Se perfila un paisaje desolado
sucia la calle, un día de tiendas,
y hoy sólo los carteles colgando
de un ángulo que baila con el viento.
Compadezco a las sombras que habitan
los rincones orinados
de una vieja ciudad bombardeada.
Me atrapan desconchados los balcones
cristales que crujen a mi paso
es una mano invisible y atroz la que me arrastra
por las casas deshechas en escombros.
Helado clama el silencio
se escapa detrás de cada esquina
corre de un portal a un vertedero
de una alcantarilla a una terraza
y asaltan gritos anónimos
gemidos de niños asustados
una niebla sutil que aún pervive
entre árboles caídos y farolas.
Me saca a empujones de mi cama
el horror de este desánimo.
Me saca a empujones el guerrero
destripado en medio del camino
los brazos en cruz y el casco sin cabeza
ahora la ciudad es sólo polvo
ahora sólo escucho mi nombre
y no puedo negarme a esa llamada.
3 comentarios:
Magníficos versos. Me han encantado. Enhorbuena poeta. Un abrazo. Tino
Gracias, Tino, por tu comentario.
A mi también me gusta mucho. Un abrazo.
Publicar un comentario