viernes, 28 de diciembre de 2012

Reparando planetas


Matemáticas puras

Ya te dije que no siempre dos mas dos eran cuatro
ni que la suma de los catetos era siempre igual
a la hipotenusa

Pero no todo es matemáticas o geometría
ni todo es cierto o erróneo cuando te contemplo
frente al escritorio con la calculadora en mano
y el lápiz de punta blanda que te regalé
averiguando el coste de la vida y de la muerte
mirando de reojo las noticias en el televisor
y sonriendo cuando te digo que no existe la certeza
en los números primos
ni la objetividad de las palabras en los sonetos

Ya te dije que no siempre el orden de los factores
deja de alterar el producto

Y si no pregúntale a tu mano que ahora roza mi pecho
buscando el resultado más práctico
de dos pieles que se encuentran y no son cuatro
ni hipotenusas
ni números
ni palabras
ni tan siquiera un poema
ni el factor ni el producto

Sólo el deseo y la fracción de tiempo que tardas
en buscar mi boca
y desentrañar esta fiebre de sexo
que ni es puro
ni matemático.

Sobre la tierra

Agradece a la llama su luz, pero no olvides 
el pie del candil que paciente la sostiene. 
                         (Rabindranath Tagore)

Asirme a la tierra
y que el viento no se lleve
la párvula certidumbre
o su vaivén huracanado
desmorone lo construido.

Alerta sobre los pies,
que me mantienen consciente
en la lámpara de las horas.

                                               
     

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Edición especial de "Las siete vidas del gato" de Faustino Lobato en descarga gratuita para celebrar las fiestas




Podéis descargar la edición especial del poemario de nuestro compañero Faustino Lobato en libro electrónico. Entrad en el enlace y pulsad sobre el banner que aparece en la plataforma laEditorial.es. Es nuestro regalo por estas fiestas.

Un abrazo a todos. Disfrutadlo y compartidlo.

domingo, 23 de diciembre de 2012

VIAJE

Amanece, y el tren silba a lo lejos.
No hay tiempo para el sueño y las esperas
que detienen el paso y adormecen
la vida que rezuma por sus poros.

Amanece, y mis ojos se despiertan
prendidos al milagro de la luz.
Abiertos al cortejo del paisaje,
adivinan senderos y horizontes.

Quiero surcar la tierra, palmo a palmo,
con la herida cerrada de mi huella,
gastada de curtirse en los regresos
que niegan la aventura y el asombro.

Es hora de partir, liviano el peso
que mi espalda resista en la andadura.
Dejo la puerta abierta por si un día
la paz de este silencio me reclama,
cuando los años pueblen la memoria
de recuerdos vencidos y de ausencias.

Adiós a la morada que aún acoge
los juegos de niñez, el perro viejo,
las páginas en blanco de un diario
y aquella juventud retando al viento.

Adiós a este calor que no conoce
el frío y  el dolor del desengaño;
al aroma a café y a pan caliente,
al olor de una madre, siempre alerta.

No sé si volveré. Si un día retorno,
cuando anuncien mis sienes otra albura,
me sentaré de nuevo junto al árbol
que planté con mis manos, y a su sombra,
escribiré una historia ya cumplida.

Si nunca regresara, se hizo tarde.
No es mi destino otro: llegar tarde.
El destiempo marcó con sus estigmas
mi existencia. Alejaos sin mí.
Evocadme en un rincón del mundo
saboreando el placer de lo vivido.

sábado, 15 de diciembre de 2012

La tertulia de diciembre. Mamen Alegre y la poética del silencio.


          

Ayer nos reunimos en torno a unos dulces y un café. Tan íntimo era todo que no cabía hacer fotos para no romper ese equilibrio de lo cercano. La foto la hicimos cada uno en los gestos que marcaban ese discurrir de la tarde donde la amabilidad del encuentro permitía que los poemas fluyeran con suavidad. Esta vez eran los versos de Mamen Alegre.

            Sí, la poética de Mamen tiene ese punto de lo místico que enamora y emociona. Esta nos presentó poemas sueltos sin la pretensión de darnos un trabajo terminado. Lo dejaba claro  con una indicación en el primer folio que decía “la importancia del título”. Aquí, después de dos puntos, anotaba unos cuantos temas algunos de los cuales podría ser el título de un futuro poemario. Uno de estos títulos que, al menos a mí, llamaba más la atención era el de “Pediré silencio tres veces”.

             Mamen, leyó, con esa prisa nerviosa de quien quiere modestamente que el "sofocón" termine pero también con la energía propia de una persona, como ella, que sabe apretar el dolor y sublimar los malos momentos, como expresa uno de sus poema:

Se trata también

de conocer el dolor, 
el azote de los algodones helados
el círculo  mudo  que nos desnuca.
Lo que sugiere la noche, a secas,
y la importancia de la costumbre.


           Al recitado le siguieron los comentarios. Siempre es penoso hablar del continente, de las formas estructurales, de comas que sobran y versos con palabras que no tienen  sentido cuando el contenido profundo, como el de nuestra tertuliana, exige con urgencia ocupar el centro ce la discusión. De todas maneras,  Mamen escuchó con la atención de la alumna que crece y que, como una “esponja”, recoge las mejores indicaciones. Maravillosa actitud, la propia del escritor-escritor. Y es que nuestra tertuliana está siempre dispuesta a recoger las sugerencias de los otros contertulios, "de los que aprendo mucho"- como ella dice- aunque a decir verdad, su humildad nos enseña a todos. Actitudes como estas dan versos como los que siguen:

Ocurrirá,
que el lento fluir de las palabras
romperá su encierro.
La inquietud de las luces apagadas
acabará por encenderse,
como si no hubiera sido
de otra forma.

Los días pulcros
en ausencia de versos,
trazarán una línea:
La locura.

O el sentirse agradecida
a las esquinas.     
         
De todos los poemas los que más impactaron fueron aquellos donde Mamen se deja llevar por la nave de la emoción. Cuánto transmiten poemas como el que sigue, titulado: Sí, recuerdo la lluvia,  cuyos versos se dejan sentir hasta lo más profundo del alma. Unas estrofas magníficas donde la música del agua marca el límite del silencio:

A veces, llovía como ahora
de una forma callada
y todo quedaba quieto.

Era una quietud de sueño gastado
un silencio de piernas largas,
un refrescar extraño.

A estas primeras estrofas le siguieron otras que dibujan el trasunto de otras realidades esas que hace que los poemas, al menos este, tuvieran ese sentido esencial del metarrelato con un perfecto desarrollo de los significantes más vitales:

Crecían más las hojas entonces
y cercana a la ventana, la tarde,
abría surcos 
para morir en la tierra.

Y es que el agua, en este caso, se convierte en signo indeleble de lo que se transforma, en la huella de tiempos mejores donde las palabras dejan de existir porque los silencios y el sentimiento emocionado ocupan su espacio:

A veces,
llovía como ahora
y después, las habitaciones
eran agua  y también los armarios,
y había que dejar
en aquellos momentos
que la vida se hiciera cargo
de la voz enmudecida,
del llanto de las ventanas
hacia adentro.

         Los poemas de Mamen dieron para hablar de muchas cuestiones donde la literatura aparecía como algo más que un oficio, en la que ella continúa a ser un punto de aprendizaje y crecimiento personal. Era tanta paz la que transmitieron los poemas de Mamen que no era difícil apreciar el silencio que, como marcas propias, iban dejando estos después de leerlos, un silencio tan solemne que es imposible  abarcarlo, tan solo se puede intuir sin saber qué hacer con él, como nuestra poeta expresa en estos versos:

Qué haré entonces con el silencio

Con la voz perfecta
que anida en la boca del pez.
Qué haré cuando se alce
en el borde de este agua,
el alma,
la palabra limpia
que todo lo rompa.
                                                                                          

               Lo importante, lo que más se resaltaba de la reunión era esa decidida intención de podar y limpiar el poema. Importa hacer este ejercicio de poda para que las ramas que resten den buenos frutos. Y lo más y mejor, que Mamen admitió así como el resto, fue el consejo de no dispersarse en la idea del poema al escribirlo ya que importa, y mucho, colocar las palabras escritas al servicio de la idea. Es interesante no diluirse en el poema.

             Así, hubo algunos poemas que acertaron a marcar las pautas de este crecimiento común al escribir dejando espacios para el silencio, como este que titula: El silencio número dos y la mentira

Gotean ojos sobre estas letras, murmullos por encima del silencio número dos. Es la caída del resto de los intentos, y sobrevivir una derrota posible. Gotean ojos y el otoño siempre abierto al golpe de aire, teje un cielo de nailon que miente con la capacidad de mirar sin ver, de hurgar en la herida que llega, girando como una náusea, a la garganta de quién lee y no conoce la procedencia de la emoción, la humedad de las lágrimas que pueden ser risueñas o tal vez mudas, de tan secas que se expresan.

       Poemas como este, donde la estética de lo cierto eleva a otros espacios y los signos de lo cotidiano se vuelven sublimes. Así es la poética de Mamen un  estar ocultándose para que el ser del gesto tome protagonismo. Así,  lo dejan patente estos versos:

Se trata

de esconder los ojos
ante el hosco oleaje
de algunos días.

Luego,
hay que girar lentamente
hacia la pared
anteriormente besada,
para comprobar
lo que del beso ha quedado.


La tertulia terminó en ese no finalizar que deja latente el deseo del volver a vernos, como lo será, si nada ni nadie lo impide, el primer viernes después de las  vacaciones de Navidad.

La lectura del trabajo de Mamen no impidió hablar de ese cotidiano que a todos nos embarga y nos mantiene vivos, de las alegrías, como las de Manuel Romero por tener a su hermana fuera de peligro después de un ictus y por los frutos que está dando la renovación de su empresa editorial, "la editorial profesional en línea" una de las mejores empresas para publicar libros on-line del momento.


Notamos las ausencias justificadas de María Blázquez, la de Manuel “Salitre”,  las de Miguel Ángel y Dani, incluido su amigo, las de Juan Antonio y Carmen, así como las de José Enrique Campillo y Plácido Ramírez. Alguien me ha apuntado que igualmente habrá que verse estas Navidades para, personalmente, desearnos lo mejor en estos días. Y de no ser así vayan, desde este espacio, mis mejores deseos  para todos en estas fiestas y año nuevo. Y el mejor deseo es que sigamos siendo esto buscadores de esa verdad que nos hace felices sabiendo que la felicidad es un dejarse guiar por el placer de lo auténtico en cada instante. 


lunes, 10 de diciembre de 2012

Todo cambia

                                                           A todos los que aceptan el devenir
Todo cambia en esta inercia de la  piel 
y las mañanas,cuando las horas asoman 
por el vértice singular del tiempo.Todo cambia 
en el fondo de mi alma que se adhiere 
a la  roca de la vida, más allá de los cansancios, 
donde la  corriente del  verso
 me hace solidario con la noctámbula, allí donde es fácil
el encuentro con las  dudas y el  destino ya no es un juego de dioses.

Todo cambia, en este margen de mi rostro, donde la fragilidad
de mi ser  se talla ,sin compasión, con un canto de sombra y  soledad,
o con un verbo de  angustia que  transita buscando una  morada
definitiva. Todo cambia, las formas de sentir, los caminos por tomar. 
Todo cambia en este barro que soy, donde salta la  luz, 
siempre carne, siempre sueño.

Todo cambia 
las   voces de los otros, la  claridad de los días, todo cambia
con esa  misericordia que deja la huella del  misterio 
entre los  matorrales del deseo. 

Todo cambia, sí, en el vértigo de los  muros donde creo protegerme, 
allí donde no puedo impedir que aniden las tormentas 
y que , ni siquiera se permite que el alma se doble, como juncos 
sin fuerza.Todo cambia en este  vestido de la  piel y de las  manos. Sí,
todo cambia en este río que se desborda dentro,sin matarme.

Foto de Carlos Rivero

sábado, 1 de diciembre de 2012

REGRESO

Quiero gozar la calma del regreso,
acercarme
a lo ya conocido,
desandar las aceras que allanaron destierros,
y ahuyentar desengaños.
Quiero entrar por sorpresa en la vieja morada,
 sentir
que un perfume de hierbas me da la bienvenida,
que el calor permanece,
que la estancia conserva mis pocas pertenencias,
dispuestas por su orden.

No necesito más.

Que el alba le devuelva la frescura a mi rostro,
y tejer, junto al fuego,
la quietud de los años.

martes, 20 de noviembre de 2012

“Es complicado encontrar un término medio entre riesgo editorial y rentabilidad”



Os adjunto el enlace de la entrevista que me hicieron en "De lectura obligada" (un magacín literario de Radio Joven de Elche) a mediados de septiembre, no por egolatría, sino porque menciono a la tertulia al final de la misma. Así que os pediría que leyerais el último párrafo y obviarais el resto. 

Un abrazo, se os aprecia, quiere y...

nos vemos en viernes.



domingo, 11 de noviembre de 2012

OTOÑO


                         
                         Un fruto de Página 72. El inicio de otros tantos. Un poema   construido entre todos , de forma on line.



Cómo descubrir el lenguaje de las hojas
que pasan recados a la luz en el temblor
de la tarde y dibujar la línea del verso.

Descubrir el instante en el que miras,
el azul que se cuela entre las alzadas ramas
hacia el horizontal aire que irónico llevas.

El humo que se mezcla y sube a la espalda
huele a claro entre árboles que se arrugan
y marrón y naranja que rie al pisarlo.

El color húmedo que cruje ante nuestros pasos
de medias lunas repetidas en el camino
y que como flores muertas pintan el trayecto
.


Cómo leer  el misterio silente de las horas
que lento resbala por el color de los días
en un constante vivir bajo lo aparente.

Aguanieve: las gotas que bailan en los labios;
galletas de castañas y charcos de chocolate
mientras el refugio de tu escarcha me abriga.

Nada se te niega en estas noches blancas,
en estos sueños de colores prestados
por el alma del viento y el bronce de las calles.

Oxidado abrigo que lento se desplaza,
anidan en sus bolsillos pájaros muertos,
se pierden en la niebla sus trágicos zapatos.

Cómo trazar verbos en el leve resplandor
de las mañanas y saborear adjetivos
de lluvias tempranas y resucitados vuelos.

Y cómo iba a recordar tu nombre
sin más caligrafía que llamarte
hoja a hoja transición de hojarascas.

Para qué saber si lloverá mañana,
si  todo es lluvia y las inútiles palabras
no alcanzan, vagamente, a describirte.   

Cómo inventar el sueño perfecto de la hoja
la importancia de la caricia del aire tibio
sobre el pulso seco de las horas otoñales.

Tertulianos de Página 72


sábado, 10 de noviembre de 2012

NIÑOS DE HOY

Quieren ser los primeros.
Corren por los pasillos a encabezar sus filas.
Exhiben las mochilas que los Reyes compraron
en las tiendas de moda.
Camisetas y chándals con la marca visible.
Juegan a ser los ídolos al uso,
y calzan deportivas.

Atesoran porqués,
cuestionan las respuestas.
Y descubren sin miedo que no hay lobos feroces.
El lobo de su tiempo solo es un lobo amigo
que comparte merienda en las tardes de parque.
Y descubren sin miedo que no hay ogros ni fantasmas,
solo brujitas buenas que volarán con ellos
en su mejor escoba.

Son los niños de hoy,
a lomos de este siglo que crecerá con ellos.
Niños de risa abierta y mirada que abarca
el mundo imaginario que habita en su mañana.
Sueñan, mientras invaden el patio de recreo,
que la vida y sus héroes les salgan al encuentro.

lunes, 5 de noviembre de 2012

CIELO SIN ALAS

Una gota de sangre
Una gota de semen
Una gota de agua
Un rayo de luz
Una bala

======================

Silencio y nubes
Gente que pasa
Lluvia y asfalto
Cielo sin alas.


=======================

Coge un puñado de tierra
Una rama de olivo
Un reflejo de sol
Y el agua que te quepa entre las manos
Ése soy yo

sábado, 3 de noviembre de 2012

CREPÚSCULO

Cuántos atardeceres han pasado conmigo,
se han sentado conmigo detrás de los cristales.
Cuántos atardeceres han secado mis lágrimas
y han llorado mi llanto...

He perdido la cuenta.

Sabían dónde hallarme.
Donde el recuerdo resume la existencia,
donde el ayer es muerte, todo muerte,
donde el tedio se viste de finas porcelanas
que adornan los estantes, desnudas, bajo el polvo.

Engendraron poemas
-quién salvará mis versos del olvido-,
plasmaron en el lienzo los colores más tristes.

¿Hay algo por hacer?

El crepúsculo anuncia
que el cielo se abandona a sus fantasmas.

¿Algún dolor pendiente?

He perdido la cuenta.

sábado, 27 de octubre de 2012

A DESTIEMPO

Con el paso ligero avanzo entre las gentes.
Vamos hacia el mismo lugar:
"El banquete del hambre".
La mesa está servida. La fiesta comenzó.
Y llego tarde.
Me van dejando atrás,
y llego tarde.
No es mi destino otro.

Ocupan cada uno sus asientos.
No falta nadie. Nadie me extraña.
Todos cantan, celebran y levantan sus copas.

Llegué tarde a la cita.

Hay restos de manjares esparcidos,
y el vino se derrama sobre un mantel bordado.

Alguien entra y me indica la salida.

Y regreso en silencio por calles solitarias.

sábado, 20 de octubre de 2012

RITUAL

Un aroma humeante se expande por la casa.
Inicio el ritual:
escojo una camisa mal planchada,
me ajusto el cinturón,
y apuro con premura una taza de café.
Escucho las noticias.
Deja un regusto amargo el café muy cargado.
Y busco en los bolsillos
las llaves y el motivo de la lucha,
la razón de existir,
el precio de estar vivos.
¿Dónde aferrarnos?

Deja un regusto amargo el pan recién tostado
y el dolor de los otros.

Seguir, seguir tan solo,
caminar hacia un norte que apenas se vislumbra.
Seguir tan solo.
Seguir, sin más certeza
que el aliento del mundo.

lunes, 15 de octubre de 2012

Si no vuelves

Y que haré si no vuelves
que dilemas renacerán de sus cenizas
si desapareces
si dónde anidaba tu cuerpo
quedase sólo un haz de luz mortecina
si por dónde acampaban tus manos
le sucediera un enjambre
de huellas dactilares 
frías y desdibujadas

Y que haré si no vuelves
si la clandestina muerte
abraza tu corazón
oculta tu rostro
y deja en su lugar
una sombra deshilachada
un retazo de memoria en declive
la frágil frontera entre un naufragio
y una lengua de mar que apenas
roza mi espalda
y me desvela para siempre

sábado, 13 de octubre de 2012

FRENTE AL ESPEJO

Poso frente a ti
y me niegas tres veces.
Rompes en mil pedazos
aquella desnudez adolescente.
Mantienes la mirada
y me envuelvo en tus fríos,
y recubro mi piel
de una muerte más lenta.

Apenas te conmueves.

No es tu esencia fingir,
yo no te culpo.
Sellemos con un pacto la contienda:
acéptame cual soy, sin maquillaje,
y alcanzaré esa paz
que escapa al tiempo.

jueves, 11 de octubre de 2012

En esta soledad



                                                                                           Versos al camino natural del Guadiana.

En esta soledad tu paisaje cambia, 
muda el aire y los árboles 
se vuelven gigantes 
en esta batalla del otoño 
que avanza.

Soledad de grises que clama
en los reflejos de la corriente
donde el agua peregrina 
con un grito ausente de color, 
se escapa 
por los rincones de las orillas.

Y en esta soledad, tú  
te vuelves semblante
esperando lo mejor 
en la amabilidad
de los días por venir.


Otra versión en: 

http://wwwfaustinolobato52.blogspot.com.es/2012/09/y-en-esta-soledad.html

martes, 9 de octubre de 2012

Naturae barbacoa species plantarum


Sus pies colgaban como las jardineras de casa Amparo. Al vaivén de los silencios de la calle. Querían escapar de los botines de escarcha que ceñían sus dedos; dientes de león. Los cordones se deslizaban sobre un arcén cubierto de mala hierba biliosa, el glifosato comenzaba a aniquilarla. En breve se estremecerían, como las jardineras de casa Amparo cada septiembre. Los cordones reptarían entre las briznas, pretendiendo enraizarse con aquella tierra ámbar.

Bugainvilea (Bougainvillea Glabra)
Los papeles que tenía que rellenar estaban húmedos y olían como el ombligo de las tortugas. ¿Qué iba a saber una planta de rellenar formularios?
—Edad —y un conciso espacio en blanco—.
—¿De floración? —pensó—.

Debajo, un papel de copia de un verde apagado esperaba reproducir los trazos que intentaban las manos de megafilos. Imaginó aquella hoja verde separándose del original, anidando en su cuerpo, formándose en el tallo de su tronco humano.

Los mechones de su pelo se esfumaban en zarcillos de vid. Vibraban sobre una parra, tan insumisos y rizados como su pensamiento errático.

Ya había comenzado una fotosíntesis alimentada con los neones y las farolas; por riego el rocío que había acogido su piel y una lágrima martillo que caía esquivando sus dos rodillas.

Deseaba brotar.

Ojo de poeta (Thunbergia Alata)
Comenzaron a emanar gusanos de los dedos de los pies. Traté de ignorar lo que el hedor hacía evidente. Eran gusanos de diversos colores y distintas maniobras. Sentía sus andares y sus mordisquitos silentes como millares de rascadores de madera. Me reconfortaba ese balanceo, calmaba el picor que la arena producía en mis tobillos.

Los chasquidos del esqueleto producían unos espasmos que surgían del tuétano de mis huesos. Subían hasta la garganta, recorrían el mentón queriendo desprenderme de mi pellejo.

Antes acudieron bichos mayores: algunos portaban inmensas tenazas, otros dientes feroces que rasgaban los músculos. Los más benévolos lamían mis entrañas con una lengua de serpentina. Aquellas sí que eran cosquillas agradables.

Mis ojos, proteínas para las crisálidas, se vaciaron como dos globos de helio; emitiendo durante semanas un silbido efímero que se disipó una noche entre los cantos de los grillos. Aquello no me causó ningún daño, hacía bastante tiempo que todo se había vuelto oscuro.

—Las plantas tampoco pueden verte —idealicé—.

Chamedorea (Chamaedorea Elegans)
Ella no olvidaba que también estaba en el jardín, germinando cada pizca de tierra con sus pies, que se abrían paso entre rocas y greda. Su tallo cimentaba en el espacio, desplegando sus cloroplastos para sortear al sombreo. Se abría a cada estación para aprovechar sus recursos y se adaptaba a ellas.

Ahora que era una planta muchos detalles se le escapaban del conocimiento. Se había vuelto tarambana y rebelde como las agujas de las coníferas. Dedicaba sus ciclos a buscar la humedad de la tierra, a bañarse en la luz y broncearse de clorofila. Quería arraigar en él, pero ahora que era una planta sus deseos y su memoria dependían del riego; se tornaban yermos o húmedos en función de la lluvia.

Las yemas de sus caderas buscaban nuevos injertos. Anhelaba la luz, cada gota; que sus piernas llegaran a la tierra y rodearan su piel.

Ahora que era una planta no requería otros riegos, solo los de aquella tierra oscura cubierta de su sabor, de su presencia, necesitaba llegar a él. Las plantas olvidan tan fácilmente que en cualquier momento podría perder aquel recuerdo. Aún recordaba el aroma del café de la mañana.

—Ahora que soy una planta podría olvidarte —pensaron sus esporas—.


Romero (Rosmarinus officinalis)
Acercándose el alivio a la nieve de mis labios regresaron los grillos. Intentaban mofarse de mi suerte. Anidaron en mis tímpanos con su cri-cri desesperante. Nuevas especies saboreaban mis jugos, se alternaban en un orden preciso y pactado, parecían retirarse a un unísono —ahora te toca a ti—.

Distintos olores me acompañaban: los propios eran martillos pestilentes que ya formaban parte de mi esencia; los ajenos, de todo tipo de suertes, trataban de convertirse en abono e infiltrarse en la floración. Pensaba que los muertos no podíamos sentir el olor de la muerte, pero aquella tierra siempre había recogido los aromas de cada esencia, conmigo no iba a ser diferente.

Cuando llegaron bálsamos de rosas frías y tallos frescos los grillos dejaron de incordiar. Habitaron algunas raíces sobre mí: rodearon suavemente mis muslos y mi pecho. Acariciaron mi rostro. Besaron las heridas con su aloína. Me hicieron el amor.

Había llegado tu primavera.

Siempreviva (Helychrysum Bracteatum)
Las plantas son así, tienen vacíos los estantes y demasiadas telarañas en el pelo. Enraízan en tu vientre y beben de su serrín para hacerte el amor; te necesitan.

Cuando llegó a su tierra calmó su agonía durante un instante, se fundió en su calcio y bebió de sus minerales como un comensal más. No dejó sitio para otros parásitos. Engulló cada jirón de su ropa, cada célula de su piel. Se alimentó de su abono hasta integrarlo en su savia.

Las plantas son así. En ocasiones se esconden bajo la tierra, y los bulbos hibernan esperando otra ocasión más benévola. Otras veces se rinden ante la escasez de agua; y se secan.

Las plantas somos como la memoria, que intenta aferrarse a un espacio inexistente, a un espacio que se va difuminando en nuestros sueños, que se seca —como las hojas caducas— en el pensamiento de los estanques. Llegó mi otoño, hizo de mí un mordisco al aire.

Pero, ¿qué saben las plantas de pasión? ¿Qué sabemos las plantas de pasión?

Enouianto (Enkyanthus Campanulatus)
Un —Buenos días— acompaña a una cordialidad de barbacoa, un cariño mecánico de siete de la mañana.

No contesto. Lleno mi taza de café hasta que rebosa el platillo que la contiene. El hilillo forma un torrente que se precipita en el suelo de la cocina. Ella me mira. Me hago el idiota. Parezco idiota. Soy idiota.

Un cariño de barbacoa; una casa de amparo. Unos balcones con jardineras muertas.

Es difícil evitar que los muertos estemos muertos.