lunes, 10 de marzo de 2014

Una aproximación a la poética de Sophia de Mello.


Comenzó la tertulia de este viernes con el cajón de sastre sobre Panero, poeta ya de feliz memoria cerrando una página a -lo que los críticos llaman- la era de un poeta maldito. Aunque, Panero no se encasilla en ninguna línea. De él, Manuel Salitre nos recitó unos poemas.

Después, comenzó la exposición sobre Sophia de Mello . Una exposición larga y -según mi impresión - aburrida. Así lo siento ya que no dio tiempo para muchos comentarios sobre lo expuesto. Mi sensación fue la de no haber conseguido la atención de los escuchadores. Tampoco debo pedir mucho dado que agoté casi todo el tiempo. De todas formas, y será por defecto profesional, a todos los asistentes les envié un correo pidiéndoles disculpas por haber abusado de su generosidad. A la carta de petición de perdón algun@s tertulian@s han respondido diciendo que la charla fue útil y un buen trabajo; que sirvió para acercarse a esta autora, para muchos desconocidas; un trabajo enriquecedor. En fin paso la página de este suceso que en realidad no tiene más importancia que la de aprender la lección del saber hacer bien las cosas.

Para quien desee leer un poco, esta fue la charla:

Una aproximación a la poética
de Sophia de Mello Breyner.

Esquema

  1. ¿Quién es Sophia de Mello?
  2. Su poesía. Rasgos generales.
  3. Cómo entiende el arte poético. Aspectos
  4. Puntos de referencias de su poesía.
    - El ser. Su desvelamiento. El navegante descubridor
    - La naturaleza. Una referencia mayor. Identidad. Como símbolo de lo significante
    - Y en la naturaleza: El mar, como libertad; el viento, como espíritu.
    - El hombre (Antropología poética). El sentido de lo humano. El hombre idealizado.
  5. Una poesía comprometida. El sentimiento de lo social.

    1. ¿Quién es Sophia de Mello?
Es una de las poetas portuguesas más importante del siglo XX. (Oporto 6 de noviembre de 1919-Lisboa 2 de julio de 2004)

Distinguida con el Premio Camões en 199 fue la primera mujer portuguesa en recibir el más importante galardón de la literatura en lengua lusa. En el año 2003 obtuvo el premio Reina Sofía de poesía Iberoamericana.

La autora crece en el seno de una familia tradicional de la oligarquia portuense de origen danés. Sophia pasará toda su infancia en una finca de oporto llamada Quinta de Campoalegre, hoy jardín botánico.

Los recuerdos de los veranos pasados en la playa de La Granja y de las navidades celebradas de acuerdo con las tradiciones nordica se reflejarán más tarde en su obra poética.

A los tres años descubrirá la poesía, cuando una criada le enseñó a recitar el poema A Nau catrineta 1que se aprendió de memoria, al igual que luego otros poemas. Antes de saber leer- dice ella- su abuelo le había enseñado a recitar poemas de Camões y de Antero de Quental. Desde los doce años y durante toda su adolescencia y primera juventud escribió versos de manera compulsiva.

De 1936 al 39 estudió filología clásica en la universidad de Lisboa. No llegó a terminar pero se familiarizó con la civilización griega lo que daría lugar a los motivos helenísticos que aparecen con frecuencia en su obra.

Edn 1944 publicó su primera obra Poesía. En este libro se recogen algunos poemas escritos cuando sólo tenía catorce años, advirtiendose un intenso entusiasmo vital y juvenil que coexite, sin embargo, con un lado nocturno y decepcionado. Rasgos que aparecerán también en su obra posterior.

En 1946 contrajo matrimonio con el periodista político y abogado Francisco Sousa Tavares, estableciendose definitivamente en Lisboa. Tuvo cinco hijos. La atención a sus hijos la motivó a escribir cuentos infantiles: A menina do mar (1958); A fada Oriana (1958); A noite de Natal (1959); O cavaleiro da Dinamarca (1964); O rapaz de bronze (1965); A Floresta (1968); A Àrvore (1985).

La obra de Sophia de Mello adquirió un cariz más comprometido y atento a las realidades sociales de su tiempo desde una cosmovisión humanista cristiana: compromiso que se aprecia especialmente en poemarios como Livro sexto (1962) y Dual (1967. La propia autora reconocería la influencia política de su marido en la dedicatoria del libro Contos exemplares 81967) dedicada a Francisco “que me ensinou a coragem e a alegria do combate desigual”. De esta manera Sophia de Mello acabó por convertirse en una figura representativa de la oposición a la dictadura salazarista, que fue evolucionando desde una posición política liberal y desde su temprano apoyo al movimiento monárquico.

Es muy famosa su cantata de paz:

Vemos, ouvimos, lemos. Não podemos ignorar!

Sophia de Mello Breyner murió a los 84 años el día 2 de julio de 2004 en el hospital de la Cruz Roja de Lisboa. Desde 2005 algunos de sus poemas más ligados al mar figuran colocvados en las zonas de descanso del Oceanário de Lisboa. Para que así los visitantes puedan leerlos con el mar de fondo.

La obra de Sophia está diovida en los siguientes campos:
Poética:
Poesia (1944); O Dia do Mar (1947); Coral (1950); No Tempo Dividido (1954); Mar Novo (1958); O Cristo Cigano (1961); Livro Sexto (1962); Geografía (1967); 11 Poemas (1971); Dual (1972); O Nome das Coisas (1977); Navegações(1977); Ilhas (1989); Musa (1994); O Búzio de Cós e outros poemas (1997)


Aparte de diversas antologías, todos estos libros fueron reunidos en los tres volúmenes de su Obra Poética (Ed. Caminho, Lisboa, 1990-2003); pero posteriormente se decidió no reeditar esta publicación conjunta y volver a la edición autónoma de cada poemario.

Cuentos:


    Contos exemplares (1962); Histórias da Terra e do Mar (1984)

Teatro:


Obras traducidas al español:
Antología griega (Ediciones Miguel Gómez, 1999); Antología poética (Huerga y Fierro, 2000); En la desnudez de la luz (Antología, Ed. Universidad de Salamanca, 2003); Nocturno mediodía (Antología, traducción de Ángel Campos Pámpano, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, 2005)..

    2. Su poesía. Rasgos generales.
    La obra poética de Sophia de Mello se caracteriza por la sobriedad expresiva, compatible con la intensidad de los sentimientos; se trata de “una poesía contenida, de raigambre clásica y a la vez oriental, elíptica, que calla más que dice y sugiere más que afirma”2

El lenguaje de su poesía tiene un estilo característico, cuyos rasgos más destacados son el valor intrínseco de la palabra3, la expresión rigurosa, la riqueza de símbolos y alegorías, la sinestesias y el ritmo evocador de una dimensión ritual. Para De Mello, hay tres principios básicos: la lucha contra la degradación de la palabra, la lucha contra los eslogans y la lucha contra la promoción de los mediocres.

Entre sus formas recurrentes figuran el mar, la naturaleza, la noche, la infancia, los valores de la antigüedad clásica y de la mediterraneidad, la búsqueda de la justicia, la armonía, el equilibrio y la añoranza de un tiempo absoluto y eterno, arquetípico y primordial, una especie de Edad de oro anterior al tiempo dividido en el que vivimos, el tiempo de la soledad y la mentira.

Retomando su primer libro Poesía (1944), como su primer libro inaugural tenemos el primer poema LOGO que nos habla de ese entusiasmo de la escritora en el plano de los sueños y de las fuerzas preformativas:

A pesar de las ruinas y de la muerte
donde siempre acabó cada ilusión
la fuerza de mis sueños es tan fuerte
que en todo renace la exaltación
y nunca mis manos están vacías.

Unas páginas más adelante, en el poema SI PUDIESE vuelve a aparecer la apetencia por la vida y el deseo total de la disponibilidad por vivir:

Si pudiese no tener lazos ni límites
Oh! Vida de mil caras transformantes
para poder responder a tus envites
suspenso en la sorpresa de los días.

En este primer libro, casi que programático en su poética, Sophía busca ese camino poético que tiene mucho de auto reflexión. Así aparece en sus versos del poema EL JARDIN Y LA CASA:

Traigo el terror y traigo la claridad
y a través de todas esas presencias
camino hacia la única unidad

Sin embargo, es en el poema de LAS FUENTES donde encontramos el rumor poético de lo bien hecho. En este poema hay una promesa de claridad y plenitud esbozandose una concepción esencialista de la poesía como desvelamiento del ser. Más adelante tocaremos este aspecto:

Un día rompí todos los puentes
que me unen a mi ser, vivo y total
la agitación del mundo de lo irreal
y tranquila subiré hasta las fuentes.

Iré hasta las fuentes donde mora
la plenitud, el limpio esplendor
que me prometieron a cada hora
y en la cara incompleta del amor.

Iré a beber la luz y el amanecer
iré a beber la voz de esa promesa
que, a veces, como un vuelo me atraviesa
y en ella acabaré todo mi ser.



3. Cómo entiende el arte poético. Aspectos
    -Como una búsqueda de lo real. Un poema es como un círculo trazado alrededor
de la realidad, de una cosa. Su poesía que parte del aire, del mar y de la luz fue siempre una búsqueda atenta. “Su poesía-dice Alberto de Lacerda, el poeta mozambiqueño- es de raíz trágica pues tiene la lucidez constante y agudisima de las antinomias4”.

Sophia de Mello no es alguien aislada en su torre de marfil. Si se aísla es para mejorar la condición de trabajo. Es por esto que su obra contribuirá a la formación de una condición común. Así se recogen en su ARTE POÉTICA, sus reflexiones sobre el hacer del poeta.

La poesía es mi explicación del universo, mi convivencia con las cosas, mi participación en lo real, mi encuentro con las voces y las imágenes. Por eso el poema no habla de una vida ideal sino de una vida concreta: ángulo de la ventana, eco de las calles, de las ciudades y de los cuartos, sombras de las paredes, aparición de los rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la noche, perfume de los tilos y del orégano(...) Y es que la poesía-sigue diciendo- no es una exigencia de especialización...sino la entereza del propio ser, una conciencia más profunda que la inteligencia, una fidelidad sin límites.

Me pide que viva atenta como una antena, me pide que viva siempre, que nunca me olvide. Me pide una obstinación sin treguas, densa y compacta.5

-Como un moldear el lenguaje. Las palabras nombran su visión del mundo, su relación con las cosas. En este ARTE POÉTICA, de Mello recoge una experiencia de su infancia:
Antes de saber leer, oí y aprendí de memoria un poema tradicional portugués, tuve así la suerte-dice- de comenzar la tradición oral, la tradición de conocer el poema antes de conocer la literatura.” Sophia pensaba que los poemas no eran escritos por nadie sino que eran la respiración de la cosas consustanciales al universo. “ ...no hay poesía en silencio sin que haya creado el vacío y la despersonalización”. Por esto mismo comparte con Pessoa ese “me aconteció un poema...” Ante la tensión atenta ante la realidad surge el poema como dado “como un dictado que escucho y anoto...” El nacer de un poema sólo es posible a partir de aquella forma de ser, estar y vivir que nos hace sensibles- como el negativo de una película- al ser y al aparecer d ellas cosas.

Y es así como surge- dice nuestra autora- el deseo de escribir, el estado de la escritura, como un juego con lo desconocido, con la posibilidad. “El blanco del papel se vuelve hipnótico”, en un símbolo de la posibilidad del proyecto.

Pasa el día contigo
no dejes que te desvíe.
Un poema surge tan joven y tan antiguo
que no sabes desde cuando vivía en ti.

-Como una búsqueda de lo justo. Este aspecto se tocará en el punto final. Aquí digo brevemente que nuestra autora pasa de la búsqueda de la relación justa con la naturaleza a la relación justa con el hombre, del esplendor del mundo al sufrimiento del mismo. Por ello, entiende la poesía como una realidad moral. Es así como aparece el sentimiento de la justicia en sus versos. En este sentido basta recordar el coro de Esquilo que afirma:
Ninguna muralla justificará a aquel que embriagado en su riqueza, derrumbre el altar sagrado de la justicia”. La justicia se identifica, aquí, con el equilibrio de las cosas, con el orden del mundo, con la confianza en la evolución del hombre, con nuestra fe en el universo:

“Si frente al esplendor del mundo nos alegramos con pasión, también frente al sufrimiento del mundo nos rebelamos con pasión. Esta lógica es íntima consecuente consigo misma, necesaria, fiel así misma. El hecho de estar modelados de alabanza y protesta da testimonio de la unidad de nuestra conciencia(...) Como Antífona, la poesía de nuestro tiempo dice. “ Soy aquella que no aprendió a ceder a los desastres.


Sophia de Mello, dice su marido Francisco de Sousa Tavares6, es una poeta que no quiso hacer versos, sino que escribió las visiones maravillosas que tenía, el entendimiento misterioso del universo que en ella cantaba con un ritmo intenso. Ella escribe su mundo, el mundo que le entró por los ojos extasiados, y todo fundido con aquel ritmo y armonía que es para ella una exigencia y un estilo con el que siente el mundo físico: El mar, la noche, son los motivos de su poesía mas allá de sí misma. Este nos recuerda un bello poema7 de Sophia sobre las imágenes poéticas:

Nada traen consigo. Las imágenes
que encuentran, se van de ellas despidiendo.
Nada traen consigo, se irán
solas y desnudas, como siempre y sus caminos
llevan solo al espacio como el viento.

Embalados en el propio movimiento
como si al andar callase algún tormento
y su mirar se fijara para siempre
en la aparición sin fín de los horizontes.

Como animal que se siente lejos de las fuentes
todo en ellas se calla para escuchar
el corazón creciente de la distancia
que lejos está la propia ansia.

Les es lejano el sol cuando las consume
y les es lejana la noche y su hambre
y les es lejano el propio cuerpo y la huella
que deja por la arena, paso a paso.

Porque el calor del sol no las consume
porque el frió de la noche no las hiela
y ni siquiera les duele la propia hambre
y les es extraño hasta el propio rastro.

Ningún jardín ninguna mirada las prende,
intactas en los paisajes donde llegan
solo encuentran lo lejano que se aleja
las aves extranjeras que las atraviesa
y su cuerpo es solo un nudo de frío
en busca de mas mar y mas vacío.




4. Punto de partida de su poesía.
    - Desvelamiento del ser. El navegante descubridor
Se podría indicar, desde las palabras de la propia autora sobre la obra creadora, que su poética está en la línea de Rilke o Heidegger. Ella, como poeta atenta al ser lleva a cabo esto que damos en llamar en filosofía, la aletheia, el desvelamiento. Como Rilke ella traza la posibilidad estraña de hacer que vibre, al unisono, el alma del mundo creado y su propia alma. Lee por todas partes la historia íntima de sí misma. Ante las cosas es humilde y no busca hacer literatura de ellas. Es por esto que su poesía no es descriptiva sino realidades atravesadas por lo simbólico en las que el ser de ellas se va desvelando. Es una poetica de la belleza y de la claridad. El drama de la poesía de nuestra escritora comienza donde acaba la belleza del mundo de los hobres, donde se deja sentir el ser de la propia realidad.


Estos aspectos apuntados se descubren en su obra NAVEGACIONES (Navegações-1983). Los navegantes de la era de los descubrimientos llegaban a la nueva tierra con la mirada puesta en la costa, con una mirada de primer día: sin mapas, sin relatos, sin imágenes previas. El descubrimiento ante lo diferente, ante la multiplicidad de lo real. Este es el “privilegio de la mirada”8.

Navegamos hacia Oriente:
La larga costa
era de un verde espeso y somnoliento.

Un verde inmóvil bajo ningún viento
hasta la blanca playa color rosa
bañada por las aguas transparentes.

Entonces surgieron las islas luminosas
de un azul tan puro y tan violento
que excedía al fulgor del firmamento
navegado por garzas milagrosas
Y se extinguieron en nosotros memoria y tiempo9.
La mirada del navegante-olhos abertos- como el mirar del un sujeto lírico en el viaje de la gran catábasis10. Ojos abiertos, asombrados ante el espanto de lo distinto, las “elaboradas extranhezas”. De ese ser-realidad que se desvela. Hasta el propio mar es diferente, en una visión que engloba el imaginario y lo fantastico del “dragão” , el “otro-mar” desconocido, deslumbrante que inspira respeto:

Ojos abiertos del navegador
cambian aquí la luz, la sombra, el color
y también rostros y gestos se modulan
según elaboradas extrañezas
otro recorte de olas y de peñasco
cola de dragones siguen los barcos11.



La imagen de la navegación se repite, no solo en esta obra sino en otras también. Su infancia entroncada en la tradición nórdica y portuguesa, es el camino “para un encuentro a los doce años con Homero y la luz mediterránea, la nostalgia de lo divino como conviene a lo real, volviendo a una mezcla de norte y sur, una mezcla de Atlántico y Mediterráneo, de velo nórdico y de velo helénico, que una misma sangre hizo inseparables.

Y será esta dualidad de contrastes en la vida de Sophia de Mello lo que hará que su obra sea también el producto de un mestizaje rico en imágenes y palabras, una búsqueda de unidad a partir de lo múltiple. Y esto no es otra cosa que la búsqueda de lo esencial. Camino difícil, como el que traza en su obra EL MINOTAURO que le permite despertar ante las cosas haciéndole capaz de conseguir ese estado de alerta necesario para el poeta en la búsqueda interior del ser.
Porque pertenezco a la raza de aquellos que recorren el laberinto
sin perder jamás el hilo de lino de la palabra.

Con esta expresión “fio de linho da palavra” cierra el poema “O minotauro”. Y es esta expresión la más elocuente para indicar ese camino interior que nos acerca al ser a través del laberinto, enfrentándose así a las sombras que preceden a la luz.

Y anduve por el interior de los palacios rojos y vehementes
palacios sucesivos y roncos
donde se yergue la respiración de susurrada tiniebla
y nos miran pupilas semiazules de penumbra y terror12

El recorrido por el laberinto es como una furia interior donde el sujeto lírico sobrepasa el ritual del baño, de las flores, de la hierba, teniendo en el horizonte imaginario rituales ancestrales, como los de Creta:

Desbastada estaba yo misma como la ciudad en ruinas
que nadie reconstruyó
pero en el sol de mis patios vacíos
la furia reina intacta
y penetra conmigo en el interior del mar
(...)
Y el mar de Creta por dentro es completamente azul
ofrenda increíble de primordial alegría
donde el sombrío Minotauro navega.


    - La naturaleza. Una referencia mayor, como símbolo de lo significante

Por otro lado, la poética de Sophia parte de la naturaleza como un referente importante. Con ella se identifica. Esto es algo característico en su poética. Así, en el poema Biografia13 aparecen el yo lírico en una continua búsqueda:


He tenido amigos que morían, amigos que iban
otros rompían su rostro contra el tiempo.
He odiado lo fácil
me he buscado en la luz, en el mar, en el viento.

La identificación con la naturaleza aparece con más claridad en los versos de Poema:
(…) La tierra, el sol, el viento, el mar
son mi biografía y son mi rostros (…)

También en el poema Las Rosas (As rosas)14 aparece esta relación con la naturaleza como una exigencia esencial.

Cuando en la noche deshojo y tomo las rosas
es como si cogiese entre mis dientes
todo el resplandor de las noches transparentes
todo el fulgor de las tardes luminosas,
el viento que baila en las primaveras
la dulzura amarga de los puentes,
y la exaltación de todas las esperas.

Es una comunión con la naturaleza la que nuestra poeta establece a lo largo de toda su obra. La imágenes se repiten de manera compulsiva, como si tuviera que desarrollar una liturgia de lo concreto, de la realidad, como si estableciera una fidelidad con la tierra. Este es el sentido telúrico de la poetica de Sophia- como dice Antonio Ferrera Gomes-su estética de lo acuático, del mar, de la niebla, y del olor de la sal, así como la fusión con el aire, el viento y la lejanía del horizonte. En realidad esto es una comunión con la palabra en la que los versos establecen esa liturgia inimitable. Estas ideas se expresan en un poema Breve encuentro (Breve encontro)15Aquí la palabra es un encuentro con la vida, con la naturaleza en plenitud.:

Este es el amor de las palabras demoradas
lugares habitados
donde vive
con memoria y demora
nuestro encuentro con la vida.


  • Y en la naturaleza: el mar, como libertad; el viento, como espíritu.


En realidad si un elemento de la naturaleza es querido por Sophia este es el agua. El agua es el símbolo esencial en su obra. Para ella es el símbolo de la pureza. Y si este agua es la del mar, esta se convertirá en elemento de lo inmenso, de lo infinito, de la eternidad. Así, las referencias al agua de la playa, a las olas blancas, al mar azul, a ese mar “enorme, inmenso solitario y antiguo, imagen de lo primordial:

(…) Os diré la playa donde lucía
la primitiva mañana de la creación (…)

Ver en el agua el sentido de lo primordial es darle también, y al mismo tiempo, un carácter casi divino, una realidad intocable pero sí nombrada. De esta forma cuando relata su viaje por la islas griegas y dedica algunos versos a su poeta de referencia Fernando Pessoa16, dice lo siguiente:

Tu destino debería haber pasado por este puerto
donde todo se vuelve impersonal y libre
donde todo es divino como conviene a lo real.

Aunque en realidad más allá de la consideración significante del agua es el mar, como signo de libertad lo que aparece en nuestra escritora. Y es el espacio de pureza el que muestra la unidad del principio, el ritmo natural de las olas marcando el tiempo de libertad:


Aquí en esta playa donde
no hay huella alguna de impureza,
aquí donde hay solamente
olas que caen incesantemente,
puro espacio y lúcida unidad,
aquí el tiempo apasionadamente
halla su propia libertad17.

Un mar que es sujeto lírico, con el que la escritora se identifica

Mar
mitad de mi alma hecha de mareas.18

a) El mar es el espacio de libertad, como aparece en el poema Día del mar en el aire (Dia do mar no ar)19 y donde de una forma expresa marca, en dos estrofas, las dualidades a las que estamos sometidos: los espacios cerrados ( su habitación) y los espacios abiertos (el aire, las olas, las nubes, como una gaviota):

Día de mar en el aire, construido
con las sombras de caballos y plumas

Día del mar en mi habitación-cubo
donde mis gestos sonámbulos se deslizan
entre el animal y la flor como medusas

Día del mar en el aire, día alto
donde mis gestos son gaviotas que se pierden
rodando sobra las olas, sobre las nubes.20

El mar es el espacio gritado, que se identifica con el origen de las cosas y la renovación de la vida. Es un proceso similar al descrito por aquellos filósofos presocráticos en su búsqueda del arje en la physis.

El mar azul y blanco y las lúcidas
piedras-el espacio gritado-
donde lo que esta lavado se relava
para el rito del espanto y de lo comentado
donde estoy propiamente devuelta,
con sal,espuma y concha, regresada
a la playa inicial de mi vida.21

En esa expresión del espacio gritado...con sal, espuma y concha regresada a la playa inicial...hay una clara alusión a Venus. Esta es la diosa que une el cielo y la tierra en la espuma de Urano cuando sus testículos cortados son tirados al mar, librando al cielo de la tiranía de este dios que devoraba a sus hijos. Venús significa el amor, fruto de este hecho que rompe las cadenas con el poderoso.
En realidad esta idea de la unión mistificadora del sujeto lírico con el mar marcando la idea de libertad se aprecia en multitud de poemas de Sophia de Mello, un mar que es:

Mar sonoro, mar sin fondo mar sin fin...22

La idea de libertad Sophia la tratará en multitud de ocasiones23.

b) Y si el agua es un punto de referencia en la naturaleza, el viento lo será también. En este elemento, dice Sophia, nos confundimos, nos lleva a pensar otras realidades en las que significativamente el poeta y el interlocutor se sienten libre.

Son claros y vastos los espacios
donde se mueve el viento
Y el viento contra las ventanas
me hace pensar que tal vez sea un pájaro.
Por mi parte me siento naufragar
en tantos gestos perdidos
pero el alma, dispensa los sentidos
bajo los peldaños del aire.

El viento, siempre presente en ese deseo de ser auténticos:

Hay siempre un dios fantástico en las casas
en las que vivo y a la vuelta de mis pasos
siento a los ángeles cuyas alas
contienen todo el viento de los espacios.


  • Antropología poética. El sentido de lo humano. 
Hay en Sophia una idealización del primer hombre, de su fusión con la tierra, el sol y el viento. Así se expresa en su poema

Era como un árbol de tierra nacido
confundida con el ardor de la tierra su vida
y en el vasto cantar de los mares llenos
continuaban a batir sus velas
creado a medida de los elementos
el alma y los sentimientos
en sí no eran tormentos.
sino graves, grandes, vagos,
lagos
reflejando el mundo
y el eco sin fondo
de la ascensión de la tierra a los espacios
eran impulsos de su pecho
floreciendo a un ritmo perfecto
en el gesto de sus brazos.
Este es el hombre mortal, contingente:

Así los claros hijos del mar ancho
alcanzados por el sueño más secreto
cayeron de golpe sobre la tierra
hasta ser poseídos por la muerte.24

Estas ideas antropológicas aaprecen en el poema Las tres parcas25. Estas, la muerte, son las que marcan el destino de los humanos. Para Sophia de Mello son el sujeto lírico a la hora de hablar de la fragilidad del ser humano.

Las tres Parcas26 que tejen errados
caminos donde al reir traicionamos
el tiempo puro a donde nunca llegamos.
Las tres Parcas conocen los malos fados
por nosotros ellas esperan nuestros cambios
por alguien que no somos ni amamos.
Mas que presos nos tienen dominados.
Nunca más el dulce viento aéreo
nos llevará al mundo deseado
y nunca más el rostro de misterio
será nuestro rostro conquistado.
Ni los dioses nos darán el imperio
que en nuestra espera habían inventado.
En otro poema aparece aquello que ella llama la ausencia de la naturaleza en el ser humano.

En un desierto sin agua
en un país sin nombre
en una noche sin luna
o en una tierra desnuda
por grande que sea el desespero
ninguna ausencia será
más profunda que la tuya.

Siempre en ella hay un lamentarse por la perdida y un deseo, un anhelo por recuperar esa inquietud de relacionarse con las realidades físicas del entorno volviéndonos mas nosotros en la vegetación, en el viento y en el mar.

Evadirme, olvidarme, regresar
a la frescura de las cosas vegetales
al verde fluir de los pinos
recorridos de sabias virginales
y el gran viento del mar.

Este hombre del que habla nuestra autora es el de tierra adentro como dice en el poema de Las cigarras. Son estas, las cigarras, las que expresan ese sentimiento de-tierra adentro.

Como el fuego del cielo, cae la calma
en el muro blanco, las sombras son directas
la luz persigue cada cosa hasta
lo más extremo de lo visible
las cigarras se oyen más que el mar27.

La idea del hombre de tierra adentro aparecerá, de una manera especial, en el poema Las fotografias.

Era casi invierno aquel día
tiempo de grandes paseos
confusamente ahora recordados
la carretera atravesaba la sierra por el medio
en rugosos muros de piedra y musgo
la mano se deslizaba.
Tiempo de retratos tirados
de ojos fruncidos bajo un sol de frente
retratos que guardan para siempre
el perfume del pinar de la tarde
y el perfume de leña y mosto de las aldeas.

Antonio Ferreira Gomes, el comentarista y crítico de la poesía de la Mello dirá que cuando nuestra escritora se expresa así se está refiriendo a la empatía, a la comunión con el ser primordial. Sophia de Mello hace una opción primera por el amor, en realidad por el ser en su estado más metafísico. Tenemos que Heidegger cuando retoma la afirmación del maestro Eckart en un comentario que hace del Aeropagita dice: “El amor es de tal naturaleza que transforma al hombr en aquello que ama”, recuperando así el camino platónico, el camino hacia la verdad con toda el alma. En este contexto vemos integrados algunos poemas de Sophia, unos versos que plantean la unión con todo cuando existe o el morir trasfigurado en cuanto amó:
No alrededor de la cosas sino muriendo
se transforma todo cuanto amé.
Un día seré el mar o la arena,
a todo cuanto existe me uniré.


    5. Una poesía comprometida. El sentimiento de lo humano.
Sophia ya se había preocupado de mirar al hombre, sobre todo al que más conoce, al hombre de ciudad. Y pondrá en sus versos la protesta del hombre que vive la precariedad lejos del mar -figura de la libertad- El sentimiento de falta de libertad lo sitúa en la ciudad, para la Mello es la oposición a la naturaleza. De esta manera, cuando escribe sobre el tiempo dividido en la vida urbana, del ciudadano que pierde, en su cotidianidad el contacto con la naturaleza, con lo que es primordial y por tanto permitiendo la desolación, la tristeza. Es el estado del marinero sin mar. Este estado es el de la falta de libertad que solo se consigue en la naturaleza. Y así lo expresa:

(…) Porque él perdió lo que era eterno
separó su cuerpo de la unidad
y se entregó al tiempo dividido
de las calles sin piedad.

El hombre citadino, urbano, está lejos de este significante puro y primigenio:

Ciudad, rumor y vaivén sin paz en las calles
Oh, vida sucia, hostil inútilmente gastada.
Saber que existe el mar y las desnudas playas
montañas sin nombre y vastas planicies
que deseo.
Pero estoy en ti encerrada y apenas veo
los muros y las paredes y no veo
ni la crecida del mar ni el cambio de las lunas

Saber que tomas en ti mi vida
y que arrastras, por la sombra de las paredes,
mi alma que se prometió
a las olas blancas, a los bosques verdes.


Mas adelante, nuestra autora repetirá, lamentándose de estar “sola en la ciudad lejana ( sozinha estou contra a cidade alheia)”. Y es refiriéndose a la ciudad, donde el hombre está encerrado, cuando aparecerá el símbolo de Nínive , la ciudad de lodo y limo. Ahora es la ciudad de la máquina, del fluorescente, y del comercio donde el hombre está exiliado y perdido.

Cuando la patria que tenemos no la tenemos
perdida por el silencio y la renuncia
hasta la voz del mar se vuelve exilio
y la luz que nos rodea son como peldaños.


Ahora bien, ella no renuncia a encontrarse con una ciudad limpia, pura y en equilibrio especialmente con la ciudad donde se vive la justicia. Y será en este sentido, la búsqueda de lo justo, donde vuelca la intencionalidad de sus escritos. Estos coinciden con los que se publican a partir de los años 77:

Sé que es posible construir un mundo justo
(...)
sé que es posible construir la forma justa
de una ciudad humana que sea
fiel a la perfección del universo.

Por eso vuelvo a empezar sin parar a partir de una página en blanco.
Este es mi oficio de poeta la reconstrucción del mundo.

Nuestra poeta confía en esta reconstrucción del mundo y se remite a personajes de su actualidad como al Ché Guevara ( traicionado y manipulado y ante cuya imagen medita queriendo salir de un mundo podrido). Para Sophia es impactante las guerras coloniales que Portugal está manteniendo en Angola y Mozambique. Tienen presente la cantidad de soldados muertos en Timor. Y así dice “ qué gran dolor para un pueblo tan pequeño” ( Tão grande dor para tão piqueno povo). Y seguirá hablando, además, de los marineros que viven con poco pan y luz de luna, y los campesino del Alentejo, con el rostro marcado por la paciencia y el hambre. Y es que todos ellos dice
Hacen renacer mi gusto
por la lucha y el combate
y en un frente de esta gente
mi canto se renueva
y recomienzo la búsqueda
de un pais libre
de una vida limpia
y de un tiempo justo.

Para Sophia de Mello el poeta nos recuerda que somos herederos de la libertad y de la dignidad del ser humano. Esto para ella es un compromiso indiscutible que aparecerá a lo largo de toda su obra y muy especialmente en las últimos poemarios como Libro sexto (1967). Aquí, en un poema llamado exilio ya apunta al compromiso político:

Cuando esta patria nuestra ya no es nuestra
perdida por el silencio y la renuncia
hasta la voz del mar se hace exilio
y la voz que nos cerca es como rejas.

Por este compromiso social trabajará de manera infatigable. Así, en uno de los poemas de sus Poesías Completa hace referencia a ese renacer constaste de la dignidad humana por el que hay que trabajar:
A pesar de las ruinas y de la muerte
donde siempre acabó cada ilusión
la fuerza de mis sueños es tan fuerte
que de todo renace la exaltación
y nunca mis manos estarán vacías.

Definitivamente será el 25 de abril el acontecimiento que marcará a Sophia en un poema que habla del amanecer esperado, de la llegada de la libertad.

Esta es la madrugada que esperaba
el día inicial entero y limpio
en que emergimos de la noche y del silencio
y libres habitamos la sustancia del tiempo.28

En un poema, con metáforas sugerentes que hablan de la revolución de los claveles, dirá que es el puro inicio, el tiempo nuevo, la página en blanco donde el poema emerge.

Como casa limpia
como suelo barrido
como puerta abierta

Como puro inicio
como tiempo nuevo
sin mancha ni vicio

Como la voz del mar
interior de un pueblo

Como página en blanco
donde el poema emerge29

Como arquitectura
del hombre que levanta
su vivienda.

La revolución es el descubrimiento de un mundo recomenzado. Esto supone una gran responsabilidad ante la verdad de ese pueblo que parece regresar de un gran exilio.

En esta hora limpia de la verdad hay que decir toda la verdad
incluso la que es impopular en este día en que se invoca al pueblo
pues es necesario que el pueblo vuelva de su largo exilio
y le sea propuesta una verdad completa y no una verdad a medias.
(…)
como quien parte del sol del mar del aire
como quien parte de la tierra donde están los hombres
para construir el canto de lo terrestre
-bajo la ausente mirada silente de atención-

Sophia de Mello, dice Eduardo Loureço, es la voz alada de esa revolución que se quiso, de la justicia y de la libertad. Pero lo será desde la precisión , desde la medida,desde el verbo claro y exacto que fue siempre su vocación . Clarificar lo oscuro. Y así lo recuerda Lourenço con los propias palabras de nuestra autora:

“La poesía fue siempre para mi una persecución de lo real. Un poema fue siempre un circulo trazado alrededor de una cosa, un círculo donde el pájaro de lo real queda preso. Y si mi poesía , habiendo partido del aire, del mar, de la luz evolucionó, evolucionó siempre dentro de esa búsqueda atenta”

Y por esto mismo, dentro de la búsqueda de lo auténtico como Sophia de Mello tratará la consideración de la palabra. Para ella la palabra es relevante pero se deteriora en el contexto de las actitudes demagógicas que perduran en algunos políticos que emplean mal:

Con furia y rabia acuso al demagogo
y a su capitalismo de las palabras
Pues es preciso saber que la palabra es sagrada
y que de lejos muy lejos un pueblo la trajo
y en ella puso su alma confiada.

Desde lejos muy lejos desde el inicio
el hombre supo de sí por la palabra.
Y nombró la piedra la flor el agua
y todo emergió porque él lo dijo

Con furia y rabia acuso al demagogo
que se promueve a la sombra de la palabra
y de la palabra hace poder y juego
y transforma la palabra en monedas
como se hizo con el trigo y con la tierra.

Maravilloso nominalismo que en la tercera estrofa del poema nos remite a los primeros días de la creación bíblica en la que YHW le dio el poder al hombre para ponerle nombre a las cosas y para que así, nombrándolas, estas existieran las poseyera en el sentido más cabalístico de la palabra. Este sentido lo empleará Sophia en otras ocasiones. Con esta forma de pensar introduce su poética , además, en los gestos filosóficos más revolucionarios donde nombrar supone cobrar vida.

Como defensora de la palabra acusa al demagogo por emplear medias verdades y esto dice- Sophia de Mello- es como tener derecho a la mitad de la vida.

Heráclito de Efeso dice.
El peor de todos los males es
la muerte de la palabra.

Dice el `proverbio malinke
A un hombre se le engaña en su ración de alimento
pero no puede engañársele en su ración de palabra.

Algunos políticos en ese emplear la demagogia no están lejos de aquel dictador que gobernó antes de la Revolución de abril, de Salazar. Así cuando hace una descripción de este dirá de él que es un viejo buitre que se alisa las plumas destruyendo las palabras:

La podredumbre le agrada y sus discursos
tienen el don de cambiar las almas más pequeñas.

En ningún momento Sophia de Mello mira para otro lado ante los acontecimientos convulsos que vive Portugal.

Tiempo de soledad y de incertidumbre
tiempo de miedo y tiempo de traición
tiempo de injusticia y de vileza
tiempo de negación

Tiempo de cobardía y tiempo de ira
tiempo de mascarada y de mentira
tiempo que mata a quien lo denuncia
tiempo de esclavitud.

La búsqueda de la justicia es lo que le llevará a ser crítica con los sistemas políticos30:
(…)
En estos últimos tiempos es cierto la izquierda muchas veces
ha desfigurado las lineas de su rostro
¿Pero qué diremos de la meticulosa eficaz y expedita
degradación de la vida que la derecha practica?

Sophia no permanece indiferente a la situación social de esa década de los setenta y será a través de sus versos como invitará a vivir el riesgo y a sacar fuerza de la inseguridad y cantar ante el mal tiempo, a no perder la mirada a mantenerla atenta sobre el mundo. Empezar siempre que haga falta-dice-con un proyecto nuevo y renovado en el intento de recobrar la unidad perdida. Y dirá:

Si tanto me duelen que las cosas pasen
es porque en cada instante en mi está viva
la lucha por un bien definitivo
y porque las cosas del amor se eternicen.

Este compromiso ante la realidad de lo humano y de lo terrestre se hace patente en El nombre de las cosas (1977) donde se pregunta por los errores y si todo tendrá que permanecer en el pasado, abandonarse como un papel que se tira a la papelera o se podrá recomenzar a partir de la página en blanco, igual que la escritura-dice- de un poema obstinado.






1Romance del siglo XIX.
2Reseña anónima en El cultural.
3Ver punto 5 de este estudio.
4Contradicción entre dos principios racionales.
5II. Arte poética. Publicado en la revista Távoa redonda, Lisboa núm 21, enero de 1963,. recogido en Geografia (1967)
6Mar. Posfacio.pag. 73 ss.
7Mar. Pag. 86
8Emilio Lledó
9As ilhas I
10Del griego katá -abajo-y baino-avance-. Descenso, el bajar una ladera, la caida de la tarde...
11 Navegações-1983. XI. Pag. 86
12O Minotauro 2ª estrof. Pag. 53
13Coral (1950)
14O día do mar (1947)
15O nome das coisas (1977)
16Dual (1972). En Hydra, evocando a Fernando Pessoa. Aparece en la selección que hace en Mar ( 2000) pg. 49
17Mar nuevo ( Mar novo-1958) Libertad (Liberdade)
18Atlantico. Primer poema del libro Mar (2000) pg. 9
19Mar. (2000)
20Mar. Dia do mar no ar pag. 20
21Mar. Pag. 47
22Mar. Pag.16
23Ver punto 5 de este estudio.
24Tiempo dividido (1954)
25Mar nuevo (1958)
26Nona, la que hila; Décima, la que asigna el destino; Morta, la inflexible.
27Livro sexto (1962)
28El nombre de las cosas (1977)
29idem

30Julio de 1976