Comenzó
la tertulia de este viernes con el cajón de sastre sobre Panero,
poeta ya de feliz memoria cerrando una página a -lo que los críticos
llaman- la era de un poeta maldito. Aunque, Panero no se encasilla en
ninguna línea. De él, Manuel Salitre nos recitó unos poemas.
Después,
comenzó la exposición sobre Sophia de Mello
. Una exposición larga y -según mi impresión - aburrida. Así lo
siento ya que no dio tiempo para muchos comentarios sobre lo
expuesto. Mi sensación fue la de no haber conseguido la atención de
los escuchadores. Tampoco debo pedir mucho dado que agoté casi todo
el tiempo. De todas formas, y será por defecto profesional, a todos
los asistentes les envié un correo pidiéndoles disculpas por haber
abusado de su generosidad. A la carta de petición de perdón
algun@s tertulian@s han respondido diciendo que la charla fue útil y
un buen trabajo; que sirvió para acercarse a esta autora, para
muchos desconocidas; un trabajo enriquecedor. En fin paso la página
de este suceso que en realidad no tiene más importancia que la de
aprender la lección del saber hacer bien las cosas.
Para
quien desee leer un poco, esta fue la charla:
Una
aproximación a la poética
de
Sophia de Mello Breyner.
Esquema
- ¿Quién es Sophia de Mello?
- Su poesía. Rasgos generales.
- Cómo entiende el arte poético. Aspectos
- Puntos de referencias de su poesía.- El ser. Su desvelamiento. El navegante descubridor- La naturaleza. Una referencia mayor. Identidad. Como símbolo de lo significante- Y en la naturaleza: El mar, como libertad; el viento, como espíritu.- El hombre (Antropología poética). El sentido de lo humano. El hombre idealizado.
- Una poesía comprometida. El sentimiento de lo social.
1.
¿Quién es Sophia de Mello?
Es
una de las poetas portuguesas más importante del siglo XX. (Oporto 6
de noviembre de 1919-Lisboa 2 de julio de 2004)
Distinguida
con el Premio Camões en 199 fue la primera mujer portuguesa en
recibir el más importante galardón de la literatura en lengua lusa.
En el año 2003 obtuvo el premio Reina Sofía de poesía
Iberoamericana.
La
autora crece en el seno de una familia tradicional de la oligarquia
portuense de origen danés. Sophia pasará toda su infancia en una
finca de oporto llamada Quinta de Campoalegre, hoy jardín botánico.
Los
recuerdos de los veranos pasados en la playa de La Granja y de las
navidades celebradas de acuerdo con las tradiciones nordica se
reflejarán más tarde en su obra poética.
A
los tres años descubrirá la poesía, cuando una criada le enseñó
a recitar el poema A Nau catrineta 1que
se aprendió de memoria, al igual que luego otros poemas. Antes de
saber leer- dice ella- su abuelo le había enseñado a recitar poemas
de Camões y de Antero de Quental. Desde los doce años y durante
toda su adolescencia y primera juventud escribió versos de manera
compulsiva.
De
1936 al 39 estudió filología clásica en la universidad de Lisboa.
No llegó a terminar pero se familiarizó con la civilización griega
lo que daría lugar a los motivos helenísticos que aparecen con
frecuencia en su obra.
Edn
1944 publicó su primera obra Poesía. En este libro se recogen
algunos poemas escritos cuando sólo tenía catorce años,
advirtiendose un intenso entusiasmo vital y juvenil que coexite, sin
embargo, con un lado nocturno y decepcionado. Rasgos que aparecerán
también en su obra posterior.
En
1946 contrajo matrimonio con el periodista político y abogado
Francisco Sousa Tavares, estableciendose definitivamente en Lisboa.
Tuvo cinco hijos. La atención a sus hijos la motivó a escribir
cuentos infantiles: A
menina do mar (1958);
A
fada Oriana (1958);
A
noite de Natal (1959);
O
cavaleiro da Dinamarca (1964);
O
rapaz de bronze (1965);
A
Floresta (1968);
A
Àrvore (1985).
La
obra de Sophia de Mello adquirió un cariz más comprometido y
atento a las realidades sociales de su tiempo desde una cosmovisión
humanista cristiana: compromiso que se aprecia especialmente en
poemarios como Livro sexto (1962) y Dual (1967. La propia autora
reconocería la influencia política de su marido en la dedicatoria
del libro Contos exemplares 81967) dedicada a Francisco “que me
ensinou a coragem e a alegria do combate desigual”. De esta manera
Sophia de Mello acabó por convertirse en una figura representativa
de la oposición a la dictadura salazarista, que fue evolucionando
desde una posición política liberal y desde su temprano apoyo al
movimiento monárquico.
Es
muy famosa su cantata de paz:
Vemos,
ouvimos, lemos. Não podemos ignorar!
Sophia
de Mello Breyner murió a los 84 años el día 2 de julio de 2004 en
el hospital de la Cruz Roja de Lisboa. Desde 2005 algunos de sus
poemas más ligados al mar figuran colocvados en las zonas de
descanso del Oceanário de Lisboa. Para que así los visitantes
puedan leerlos con el mar de fondo.
La
obra de Sophia está diovida en los siguientes campos:
Poética:
Poesia (1944);
O
Dia do Mar (1947);
Coral (1950);
No
Tempo Dividido (1954);
Mar
Novo (1958);
O
Cristo Cigano (1961);
Livro
Sexto (1962);
Geografía (1967);
11
Poemas (1971);
Dual (1972);
O
Nome das Coisas (1977);
Navegações(1977);
Ilhas (1989);
Musa (1994);
O
Búzio de Cós e outros poemas (1997)
Aparte
de diversas antologías, todos estos libros fueron reunidos en los
tres volúmenes de su Obra Poética (Ed. Caminho,
Lisboa, 1990-2003); pero posteriormente se decidió no reeditar esta
publicación conjunta y volver a la edición autónoma de cada
poemario.
Cuentos:
Teatro:
Obras
traducidas al español:
Antología
griega (Ediciones
Miguel Gómez, 1999); Antología
poética (Huerga
y Fierro, 2000); En
la desnudez de la luz (Antología,
Ed. Universidad de Salamanca, 2003); Nocturno
mediodía (Antología,
traducción de Ángel Campos Pámpano, Galaxia Gutemberg-Círculo de
Lectores, 2005)..
2.
Su poesía. Rasgos generales.
La
obra poética de Sophia de Mello se caracteriza por la sobriedad
expresiva, compatible con la intensidad de los sentimientos;
se trata de “una poesía contenida, de raigambre clásica y a la
vez oriental, elíptica, que calla más que dice y sugiere más que
afirma”2
El
lenguaje de su poesía tiene un estilo característico, cuyos rasgos
más destacados son el valor intrínseco de la palabra3,
la expresión rigurosa, la riqueza de símbolos y alegorías, la
sinestesias y el ritmo evocador de una dimensión ritual. Para
De Mello, hay tres principios básicos: la
lucha contra la degradación de la palabra, la lucha contra los
eslogans y
la lucha contra la promoción de los mediocres.
Entre
sus formas recurrentes figuran el mar, la naturaleza, la noche, la
infancia, los valores de la antigüedad clásica y de la
mediterraneidad, la búsqueda de la justicia, la armonía, el
equilibrio y la añoranza de un tiempo absoluto y eterno,
arquetípico y primordial, una especie de Edad de oro anterior al
tiempo dividido en el que vivimos, el tiempo de la soledad y la
mentira.
Retomando
su primer libro Poesía (1944), como su primer
libro inaugural tenemos el primer poema LOGO que nos
habla de ese entusiasmo de la escritora en el plano de los sueños y
de las fuerzas preformativas:
A
pesar de las ruinas y de la muerte
donde
siempre acabó cada ilusión
la
fuerza de mis sueños es tan fuerte
que
en todo renace la exaltación
y
nunca mis manos están vacías.
Unas
páginas más adelante, en el poema SI PUDIESE vuelve a
aparecer la apetencia por la vida y el deseo total de la
disponibilidad por vivir:
Si
pudiese no tener lazos ni límites
Oh!
Vida de mil caras transformantes
para
poder responder a tus envites
suspenso
en la sorpresa de los días.
En
este primer libro, casi que programático en su poética, Sophía
busca ese camino poético que tiene mucho de auto reflexión.
Así aparece en sus versos del poema EL JARDIN Y LA CASA:
Traigo
el terror y traigo la claridad
y
a través de todas esas presencias
camino
hacia la única unidad
Sin
embargo, es en el poema de LAS FUENTES donde
encontramos el rumor poético de lo bien hecho. En este poema
hay una promesa de claridad y plenitud esbozandose una concepción
esencialista de la poesía como desvelamiento del ser. Más
adelante tocaremos este aspecto:
Un
día rompí todos los puentes
que
me unen a mi ser, vivo y total
la
agitación del mundo de lo irreal
y
tranquila subiré hasta las fuentes.
Iré
hasta las fuentes donde mora
la
plenitud, el limpio esplendor
que
me prometieron a cada hora
y
en la cara incompleta del amor.
Iré
a beber la luz y el amanecer
iré
a beber la voz de esa promesa
que,
a veces, como un vuelo me atraviesa
y
en ella acabaré todo mi ser.
3.
Cómo entiende el arte poético. Aspectos
-Como
una búsqueda de lo real. Un poema es como un círculo trazado
alrededor
de
la realidad, de una cosa. Su poesía que parte del aire, del mar y de
la luz fue siempre una búsqueda atenta. “Su poesía-dice
Alberto de Lacerda, el poeta mozambiqueño- es de raíz trágica
pues tiene la lucidez constante y agudisima de las antinomias4”.
Sophia
de Mello no es alguien aislada en su torre de marfil. Si se aísla es
para mejorar la condición de trabajo. Es por esto que su obra
contribuirá a la formación de una condición común. Así se
recogen en su ARTE POÉTICA, sus reflexiones sobre el hacer del
poeta.
“La
poesía es mi explicación del universo, mi convivencia con las
cosas, mi participación en lo real, mi encuentro con las voces y las
imágenes. Por eso el poema no habla de una vida ideal sino de una
vida concreta: ángulo de la ventana, eco de las calles, de las
ciudades y de los cuartos, sombras de las paredes, aparición de los
rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración
de la noche, perfume de los tilos y del orégano(...) Y es que la
poesía-sigue diciendo- no es una exigencia de especialización...sino
la entereza del propio ser, una conciencia más profunda que la
inteligencia, una fidelidad sin límites.
Me
pide que viva atenta como una antena, me pide que viva siempre, que
nunca me olvide. Me pide una obstinación sin treguas, densa y
compacta.”5
-Como
un moldear el lenguaje. Las palabras nombran su visión del
mundo, su relación con las cosas. En este ARTE POÉTICA, de Mello
recoge una experiencia de su infancia:
“Antes
de saber leer, oí y aprendí de memoria un poema tradicional
portugués, tuve así la suerte-dice- de comenzar la tradición
oral, la tradición de conocer el poema antes de conocer la
literatura.” Sophia pensaba que los poemas no eran escritos por
nadie sino que eran la respiración de la cosas consustanciales al
universo. “ ...no hay poesía en silencio sin que haya creado el
vacío y la despersonalización”. Por esto mismo comparte con
Pessoa ese “me aconteció un poema...” Ante la tensión
atenta ante la realidad surge el poema como dado “como un
dictado que escucho y anoto...” El nacer de un poema sólo es
posible a partir de aquella forma de ser, estar y vivir que nos hace
sensibles- como el negativo de una película- al ser y al aparecer d
ellas cosas.
Y
es así como surge- dice nuestra autora- el deseo de escribir,
el estado de la escritura, como un juego con lo desconocido, con la
posibilidad. “El blanco del papel se vuelve hipnótico”,
en un símbolo de la posibilidad del proyecto.
Pasa
el día contigo
no
dejes que te desvíe.
Un
poema surge tan joven y tan antiguo
que
no sabes desde cuando vivía en ti.
-Como
una búsqueda de lo justo. Este aspecto se tocará en el punto final.
Aquí digo brevemente que nuestra autora pasa de la búsqueda de
la relación justa con la naturaleza a la relación justa con el
hombre, del esplendor del mundo al sufrimiento del mismo. Por ello,
entiende la poesía como una realidad moral. Es así como
aparece el sentimiento de la justicia en sus versos. En este sentido
basta recordar el coro de Esquilo que afirma:
“Ninguna
muralla justificará a aquel que embriagado en su riqueza, derrumbre
el altar sagrado de la justicia”. La justicia se identifica,
aquí, con el equilibrio de las cosas, con el orden del mundo, con la
confianza en la evolución del hombre, con nuestra fe en el universo:
“Si
frente al esplendor del mundo nos alegramos con pasión, también
frente al sufrimiento del mundo nos rebelamos con pasión. Esta
lógica es íntima consecuente consigo misma, necesaria, fiel así
misma. El hecho de estar modelados de alabanza y protesta da
testimonio de la unidad de nuestra conciencia(...) Como Antífona, la
poesía de nuestro tiempo dice. “ Soy aquella que no aprendió a
ceder a los desastres.”
Sophia
de Mello, dice su marido Francisco de Sousa Tavares6,
es una poeta que no quiso hacer versos, sino que escribió las
visiones maravillosas que tenía, el entendimiento misterioso del
universo que en ella cantaba con un ritmo intenso. Ella escribe
su mundo, el mundo que le entró por los ojos extasiados, y todo
fundido con aquel ritmo y armonía que es para ella una exigencia y
un estilo con el que siente el mundo físico: El mar, la noche, son
los motivos de su poesía mas allá de sí misma. Este nos recuerda
un bello poema7
de Sophia sobre las imágenes poéticas:
Nada
traen consigo. Las imágenes
que
encuentran, se van de ellas despidiendo.
Nada
traen consigo, se irán
solas
y desnudas, como siempre y sus caminos
llevan
solo al espacio como el viento.
Embalados
en el propio movimiento
como
si al andar callase algún tormento
y
su mirar se fijara para siempre
en
la aparición sin fín de los horizontes.
Como
animal que se siente lejos de las fuentes
todo
en ellas se calla para escuchar
el
corazón creciente de la distancia
que
lejos está la propia ansia.
Les
es lejano el sol cuando las consume
y
les es lejana la noche y su hambre
y
les es lejano el propio cuerpo y la huella
que
deja por la arena, paso a paso.
Porque
el calor del sol no las consume
porque
el frió de la noche no las hiela
y
ni siquiera les duele la propia hambre
y
les es extraño hasta el propio rastro.
Ningún
jardín ninguna mirada las prende,
intactas
en los paisajes donde llegan
solo
encuentran lo lejano que se aleja
las
aves extranjeras que las atraviesa
y
su cuerpo es solo un nudo de frío
en
busca de mas mar y mas vacío.
4.
Punto de partida de su poesía.
-
Desvelamiento del ser. El navegante descubridor
Se
podría indicar, desde las palabras de la propia autora sobre la obra
creadora, que su poética está en la línea de Rilke o Heidegger.
Ella, como poeta atenta al ser lleva a cabo esto que damos en llamar
en filosofía, la aletheia, el desvelamiento. Como Rilke ella
traza la posibilidad estraña de hacer que vibre, al unisono, el alma
del mundo creado y su propia alma. Lee por todas partes la historia
íntima de sí misma. Ante las cosas es humilde y no busca hacer
literatura de ellas. Es por esto que su poesía no es descriptiva
sino realidades atravesadas por lo simbólico en las que el ser de
ellas se va desvelando. Es una poetica de la belleza y de la
claridad. El drama de la poesía de nuestra escritora comienza donde
acaba la belleza del mundo de los hobres, donde se deja sentir el ser
de la propia realidad.
Navegamos
hacia Oriente:
La
larga costa
era
de un verde espeso y somnoliento.
Un
verde inmóvil bajo ningún viento
hasta
la blanca playa color rosa
bañada
por las aguas transparentes.
Entonces
surgieron las islas luminosas
de
un azul tan puro y tan violento
que
excedía al fulgor del firmamento
navegado
por garzas milagrosas
Y
se extinguieron en nosotros memoria y tiempo9.
La
mirada del navegante-olhos abertos-
como el mirar del un sujeto lírico en el viaje de la gran
catábasis10.
Ojos abiertos,
asombrados ante el espanto de lo distinto, las “elaboradas
extranhezas”. De ese
ser-realidad que se desvela. Hasta el propio mar es diferente, en
una visión que engloba el imaginario y lo fantastico del “dragão”
, el “otro-mar”
desconocido, deslumbrante que inspira respeto:
Ojos
abiertos del navegador
cambian
aquí la luz, la sombra, el color
y
también rostros y gestos se modulan
según
elaboradas extrañezas
otro
recorte de olas y de peñasco
cola
de dragones siguen los barcos11.
La
imagen de la navegación se repite, no solo en esta obra sino en
otras también. Su infancia entroncada en la tradición nórdica y
portuguesa, es el camino “para un encuentro a los doce
años con Homero y la luz mediterránea, la nostalgia de lo divino
como conviene a lo real, volviendo a una mezcla de norte y sur, una
mezcla de Atlántico y Mediterráneo, de velo nórdico y de velo
helénico, que una misma sangre hizo inseparables.”
Y
será esta dualidad de contrastes en la vida de Sophia de Mello lo
que hará que su obra sea también el producto de un mestizaje rico
en imágenes y palabras, una búsqueda de unidad a partir de lo
múltiple. Y esto no es otra cosa que la búsqueda de lo
esencial. Camino difícil, como el que traza en su obra EL
MINOTAURO que le permite despertar ante las cosas haciéndole
capaz de conseguir ese estado de alerta necesario para el poeta en
la búsqueda interior del ser.
Porque
pertenezco a la raza de aquellos que recorren el laberinto
sin
perder jamás el hilo de lino de la palabra.
Con
esta expresión “fio de linho da palavra”
cierra el poema “O minotauro”.
Y es esta expresión la más elocuente para indicar ese camino
interior que nos acerca
al ser a través del laberinto, enfrentándose así a las sombras que
preceden a la luz.
Y
anduve por el interior de los palacios rojos y vehementes
palacios
sucesivos y roncos
donde
se yergue la respiración de susurrada tiniebla
y
nos miran pupilas semiazules de penumbra y terror12
El
recorrido por el laberinto es como una furia
interior donde el sujeto
lírico sobrepasa el ritual del baño, de las flores, de la hierba,
teniendo en el horizonte imaginario rituales ancestrales, como los de
Creta:
Desbastada
estaba yo misma como la ciudad en ruinas
que
nadie reconstruyó
pero
en el sol de mis patios vacíos
la
furia reina intacta
y
penetra conmigo en el interior del mar
(...)
Y
el mar de Creta por dentro es completamente azul
ofrenda
increíble de primordial alegría
donde
el sombrío Minotauro navega.
-
La naturaleza. Una referencia mayor, como símbolo de lo
significante
Por
otro lado, la poética de Sophia parte de la naturaleza como
un referente importante. Con ella se identifica. Esto es algo
característico en su poética. Así, en el poema Biografia13
aparecen el yo lírico en una continua búsqueda:
He
tenido amigos que morían, amigos que iban
otros
rompían su rostro contra el tiempo.
He
odiado lo fácil
me
he buscado en la luz, en el mar, en el viento.
La
identificación con la naturaleza aparece con más claridad en los
versos de Poema:
(…)
La tierra, el sol, el viento, el mar
son
mi biografía y son mi rostros (…)
También
en el poema Las Rosas (As rosas)14
aparece esta relación con la
naturaleza como una exigencia esencial.
Cuando
en la noche deshojo y tomo las rosas
es
como si cogiese entre mis dientes
todo
el resplandor de las noches transparentes
todo
el fulgor de las tardes luminosas,
el
viento que baila en las primaveras
la
dulzura amarga de los puentes,
y
la exaltación de todas las esperas.
Es
una comunión con la naturaleza la que nuestra poeta establece
a lo largo de toda su obra. La imágenes se repiten de manera
compulsiva, como si tuviera que desarrollar una liturgia de lo
concreto, de la realidad, como si estableciera una fidelidad con la
tierra. Este es el sentido telúrico de la poetica de Sophia-
como dice Antonio Ferrera Gomes-su estética de lo acuático, del
mar, de la niebla, y del olor de la sal, así como la fusión con el
aire, el viento y la lejanía del horizonte. En realidad esto es
una comunión con la palabra en la que los versos establecen
esa liturgia inimitable. Estas ideas se expresan en un poema Breve
encuentro (Breve
encontro)15Aquí
la palabra es un encuentro con la vida, con la naturaleza en
plenitud.:
Este
es el amor de las palabras demoradas
lugares
habitados
donde
vive
con
memoria y demora
nuestro
encuentro con la vida.
- Y en la naturaleza: el mar, como libertad; el viento, como espíritu.
(…)
Os diré la playa donde lucía
la
primitiva mañana de la creación (…)
Ver
en el agua el sentido de lo primordial es darle también, y al mismo
tiempo, un carácter casi divino, una realidad intocable pero sí
nombrada. De esta forma cuando relata su viaje por la islas griegas y
dedica algunos versos a su poeta de referencia Fernando Pessoa16,
dice lo siguiente:
Tu
destino debería haber pasado por este puerto
donde
todo se vuelve impersonal y libre
donde
todo es divino como conviene a lo real.
Aunque
en realidad más allá de la consideración significante del agua es
el mar, como signo de libertad lo que aparece en nuestra
escritora. Y es el espacio de pureza el que muestra la unidad del
principio, el ritmo natural de las olas marcando el tiempo de
libertad:
Aquí
en esta playa donde
no
hay huella alguna de impureza,
aquí
donde hay solamente
olas
que caen incesantemente,
puro
espacio y lúcida unidad,
aquí
el tiempo apasionadamente
halla
su propia libertad17.
Un
mar que es sujeto lírico, con el que la escritora se identifica
Mar
mitad
de mi alma hecha de mareas.18
a)
El mar es el espacio de libertad, como aparece en el poema Día
del mar en el aire (Dia do mar no ar)19
y donde de una forma expresa marca, en dos estrofas, las dualidades a
las que estamos sometidos: los espacios cerrados ( su habitación) y
los espacios abiertos (el aire, las olas, las nubes, como una
gaviota):
Día
de mar en el aire, construido
con
las sombras de caballos y plumas
Día
del mar en mi habitación-cubo
donde
mis gestos sonámbulos se deslizan
entre
el animal y la flor como medusas
Día
del mar en el aire, día alto
donde
mis gestos son gaviotas que se pierden
rodando
sobra las olas, sobre las nubes.20
El
mar es el espacio gritado, que
se identifica con el origen de las cosas y la renovación
de la vida. Es un proceso similar al descrito por aquellos filósofos
presocráticos en su búsqueda del arje
en la physis.
El
mar azul y blanco y las lúcidas
piedras-el
espacio gritado-
donde
lo que esta lavado se relava
para
el rito del espanto y de lo comentado
donde
estoy propiamente devuelta,
con
sal,espuma y concha, regresada
a
la playa inicial de mi vida.21
En
esa expresión del espacio gritado...con sal, espuma y concha
regresada a la playa inicial...hay una clara alusión a Venus. Esta
es la diosa que une el cielo y la tierra en la espuma de Urano cuando
sus testículos cortados son tirados al mar, librando al cielo de la
tiranía de este dios que devoraba a sus hijos. Venús significa el
amor, fruto de este hecho que rompe las cadenas con el poderoso.
En
realidad esta idea de la unión mistificadora del sujeto lírico
con el mar marcando la idea de libertad se aprecia en multitud de
poemas de Sophia de Mello, un mar que es:
Mar
sonoro, mar sin fondo mar sin fin...22
La
idea de libertad Sophia la tratará en multitud de ocasiones23.
b) Y si el agua es un punto de referencia en la naturaleza, el
viento lo será también. En este elemento, dice Sophia, nos
confundimos, nos lleva a pensar otras realidades en las que
significativamente el poeta y el interlocutor se sienten libre.
Son
claros y vastos los espacios
donde
se mueve el viento
Y
el viento contra las ventanas
me
hace pensar que tal vez sea un pájaro.
Por
mi parte me siento naufragar
en tantos gestos perdidos
pero
el alma, dispensa los sentidos
bajo
los peldaños del aire.
El
viento, siempre presente en ese deseo de ser auténticos:
Hay
siempre un dios fantástico en las casas
en
las que vivo y a la vuelta de mis pasos
siento
a los ángeles cuyas alas
contienen
todo el viento de los espacios.
- Antropología poética. El sentido de lo humano.
Hay
en Sophia una idealización del primer hombre, de su fusión con la
tierra, el sol y el viento. Así se expresa en su poema
Era
como un árbol de tierra nacido
confundida
con el ardor de la tierra su vida
y
en el vasto cantar de los mares llenos
continuaban
a batir sus velas
creado
a medida de los elementos
el
alma y los sentimientos
en
sí no eran tormentos.
sino
graves, grandes, vagos,
lagos
reflejando
el mundo
y
el eco sin fondo
de
la ascensión de la tierra a los espacios
eran
impulsos de su pecho
floreciendo
a un ritmo perfecto
en
el gesto de sus brazos.
Este
es el hombre mortal, contingente:
Así
los claros hijos del mar ancho
alcanzados
por el sueño más secreto
cayeron
de golpe sobre la tierra
hasta
ser poseídos por la muerte.24
Estas
ideas antropológicas aaprecen en el poema Las tres parcas25.
Estas, la muerte, son las que marcan el destino de los humanos. Para
Sophia de Mello son el sujeto lírico a la hora de hablar de la
fragilidad del ser humano.
Las
tres Parcas26
que tejen errados
caminos
donde al reir traicionamos
el
tiempo puro a donde nunca llegamos.
Las
tres Parcas conocen los malos fados
por
nosotros ellas esperan nuestros cambios
por
alguien que no somos ni amamos.
Mas
que presos nos tienen dominados.
Nunca
más el dulce viento aéreo
nos
llevará al mundo deseado
y
nunca más el rostro de misterio
será
nuestro rostro conquistado.
Ni
los dioses nos darán el imperio
que
en nuestra espera habían inventado.
En
otro poema aparece aquello que ella llama la ausencia de la
naturaleza en el ser humano.
En
un desierto sin agua
en
un país sin nombre
en
una noche sin luna
o
en una tierra desnuda
por
grande que sea el desespero
ninguna
ausencia será
más
profunda que la tuya.
Siempre
en ella hay un lamentarse por la perdida y un deseo, un anhelo por
recuperar esa inquietud de relacionarse con las realidades físicas
del entorno volviéndonos mas nosotros en la vegetación, en el
viento y en el mar.
Evadirme,
olvidarme, regresar
a
la frescura de las cosas vegetales
al
verde fluir de los pinos
recorridos
de sabias virginales
y
el gran viento del mar.
Este hombre del que habla nuestra autora es el de tierra adentro como
dice en el poema de Las cigarras. Son
estas, las cigarras, las que expresan ese sentimiento de-tierra
adentro.
Como
el fuego del cielo, cae la calma
en
el muro blanco, las sombras son directas
la
luz persigue cada cosa hasta
lo
más extremo de lo visible
las cigarras se oyen más que el mar27.
La
idea del hombre de tierra adentro aparecerá, de una manera especial,
en el poema Las fotografias.
Era
casi invierno aquel día
tiempo
de grandes paseos
confusamente
ahora recordados
la
carretera atravesaba la sierra por el medio
en
rugosos muros de piedra y musgo
la
mano se deslizaba.
Tiempo
de retratos tirados
de
ojos fruncidos bajo un sol de frente
retratos
que guardan para siempre
el
perfume del pinar de la tarde
y
el perfume de leña y mosto de las aldeas.
Antonio
Ferreira Gomes, el comentarista y crítico de la poesía de la Mello
dirá que cuando nuestra escritora se expresa así se está
refiriendo a la empatía, a la comunión con el ser primordial.
Sophia de Mello hace una opción primera por el amor, en realidad por
el ser en su estado más metafísico. Tenemos que Heidegger cuando
retoma la afirmación del maestro Eckart en un comentario que hace
del Aeropagita dice: “El amor es de tal naturaleza que
transforma al hombr en aquello que ama”, recuperando así el camino
platónico, el camino hacia la verdad con toda el alma. En
este contexto vemos integrados algunos poemas de Sophia, unos versos
que plantean la unión con todo cuando existe o el morir
trasfigurado en cuanto amó:
No
alrededor de la cosas sino muriendo
se
transforma todo cuanto amé.
Un
día seré el mar o la arena,
a
todo cuanto existe me uniré.
5.
Una poesía comprometida. El sentimiento de lo
humano.
Sophia
ya se había preocupado de mirar al hombre, sobre todo al que más
conoce, al hombre de ciudad. Y pondrá en sus versos la protesta del
hombre que vive la
precariedad lejos del mar -figura
de la libertad- El sentimiento de falta de libertad lo sitúa en la
ciudad, para la Mello es la oposición a la naturaleza. De
esta manera, cuando escribe sobre el
tiempo dividido en la vida urbana,
del ciudadano que pierde, en su cotidianidad el contacto con la
naturaleza, con lo que es primordial y por tanto permitiendo la
desolación, la tristeza. Es el estado del marinero
sin mar. Este estado es
el de la falta de libertad que solo se consigue en la naturaleza. Y
así lo expresa:
(…)
Porque él perdió lo que era eterno
separó
su cuerpo de la unidad
y
se entregó al tiempo dividido
de
las calles sin piedad.
El
hombre citadino, urbano, está lejos de este significante puro y
primigenio:
Ciudad,
rumor y vaivén sin paz en las calles
Oh,
vida sucia, hostil inútilmente gastada.
Saber
que existe el mar y las desnudas playas
montañas
sin nombre y vastas planicies
que
deseo.
Pero
estoy en ti encerrada y apenas veo
los
muros y las paredes y no veo
ni
la crecida del mar ni el cambio de las lunas
Saber
que tomas en ti mi vida
y
que arrastras, por la sombra de las paredes,
mi
alma que se prometió
a
las olas blancas, a los bosques verdes.
Mas
adelante, nuestra autora repetirá, lamentándose de estar
“sola en la ciudad lejana ( sozinha estou contra a cidade alheia)”.
Y es refiriéndose a la ciudad,
donde el hombre está encerrado, cuando aparecerá el símbolo de
Nínive , la ciudad de lodo y limo. Ahora es la ciudad de la máquina,
del fluorescente, y del comercio donde el hombre está exiliado y
perdido.
Cuando
la patria que tenemos no la tenemos
perdida
por el silencio y la renuncia
hasta
la voz del mar se vuelve exilio
y
la luz que nos rodea son como peldaños.
Ahora
bien, ella no renuncia a encontrarse con una ciudad limpia, pura y en
equilibrio especialmente con la ciudad donde se vive la justicia. Y
será en este sentido, la búsqueda de lo justo, donde vuelca la
intencionalidad de sus escritos. Estos coinciden con los que se
publican a partir de los años 77:
Sé
que es posible construir un mundo justo
(...)
sé
que es posible construir la forma justa
de
una ciudad humana que sea
fiel
a la perfección del universo.
Por
eso vuelvo a empezar sin parar a partir de una página en blanco.
Este
es mi oficio de poeta la reconstrucción del mundo.
Nuestra
poeta confía en esta
reconstrucción del mundo
y se remite a personajes de su actualidad como al Ché Guevara (
traicionado y manipulado y ante cuya imagen medita queriendo salir de
un mundo podrido). Para Sophia es impactante las guerras coloniales
que Portugal está manteniendo en Angola y Mozambique. Tienen
presente la cantidad de soldados muertos en Timor. Y así dice “
qué gran dolor para un pueblo tan pequeño”
( Tão grande dor para tão piqueno povo). Y seguirá hablando,
además, de los marineros que viven con poco pan y luz de luna, y los
campesino del Alentejo, con el rostro marcado por la paciencia y el
hambre. Y es que todos ellos dice
Hacen
renacer mi gusto
por
la lucha y el combate
y
en un frente de esta gente
mi
canto se renueva
y
recomienzo la búsqueda
de
un pais libre
de
una vida limpia
y
de un tiempo justo.
Para
Sophia de Mello el poeta nos recuerda que somos herederos de la
libertad y de la dignidad del ser humano. Esto para ella es un
compromiso indiscutible que aparecerá a lo largo de toda su obra y
muy especialmente en las últimos poemarios como Libro sexto
(1967). Aquí, en un poema llamado exilio ya apunta al compromiso
político:
Cuando
esta patria nuestra ya no es nuestra
perdida
por el silencio y la renuncia
hasta
la voz del mar se hace exilio
y
la voz que nos cerca es como rejas.
Por
este compromiso social trabajará de manera infatigable. Así, en uno
de los poemas de sus Poesías Completa hace referencia a ese renacer
constaste de la dignidad humana por el que hay que trabajar:
A
pesar de las ruinas y de la muerte
donde
siempre acabó cada ilusión
la
fuerza de mis sueños es tan fuerte
que
de todo renace la exaltación
y
nunca mis manos estarán vacías.
Definitivamente
será el 25 de abril el acontecimiento que marcará a Sophia
en un poema que habla del amanecer esperado, de la llegada de la
libertad.
Esta
es la madrugada que esperaba
el
día inicial entero y limpio
en
que emergimos de la noche y del silencio
y
libres habitamos la sustancia del tiempo.28
En
un poema, con metáforas sugerentes que hablan de la revolución de
los claveles, dirá que es el puro inicio, el tiempo nuevo, la
página en blanco donde el poema emerge.
Como
casa limpia
como
suelo barrido
como
puerta abierta
Como
puro inicio
como
tiempo nuevo
sin
mancha ni vicio
Como
la voz del mar
interior
de un pueblo
Como
página en blanco
donde
el poema emerge29
Como
arquitectura
del
hombre que levanta
su
vivienda.
La
revolución es el descubrimiento de un mundo recomenzado. Esto supone
una gran responsabilidad ante la verdad de ese pueblo que parece
regresar de un gran exilio.
En
esta hora limpia de la verdad hay que decir toda la verdad
incluso
la que es impopular en este día en que se invoca al pueblo
pues
es necesario que el pueblo vuelva de su largo exilio
y
le sea propuesta una verdad completa y no una verdad a medias.
(…)
como
quien parte del sol del mar del aire
como
quien parte de la tierra donde están los hombres
para
construir el canto de lo terrestre
-bajo
la ausente mirada silente de atención-
Sophia
de Mello, dice
Eduardo Loureço,
es la voz
alada de esa revolución que
se quiso, de la justicia y de la libertad. Pero lo será desde la
precisión , desde la medida,desde el verbo claro y exacto que fue
siempre su vocación . Clarificar lo oscuro. Y así lo recuerda
Lourenço con los propias palabras de nuestra autora:
“La
poesía fue siempre para mi una persecución de lo real. Un poema fue
siempre un circulo trazado alrededor de una cosa, un círculo donde
el pájaro de lo real queda preso. Y si mi poesía , habiendo partido
del aire, del mar, de la luz evolucionó, evolucionó siempre dentro
de esa búsqueda atenta”
Y
por esto mismo, dentro de la búsqueda de lo auténtico como Sophia
de Mello tratará la consideración de la palabra. Para ella la
palabra es relevante pero se deteriora en el contexto de las
actitudes demagógicas que perduran en algunos políticos que
emplean mal:
Con
furia y rabia acuso al demagogo
y
a su capitalismo de las palabras
Pues
es preciso saber que la palabra es sagrada
y
que de lejos muy lejos un pueblo la trajo
y
en ella puso su alma confiada.
Desde
lejos muy lejos desde el inicio
el
hombre supo de sí por la palabra.
Y
nombró la piedra la flor el agua
y
todo emergió porque él lo dijo
Con
furia y rabia acuso al demagogo
que
se promueve a la sombra de la palabra
y
de la palabra hace poder y juego
y
transforma la palabra en monedas
como
se hizo con el trigo y con la tierra.
Maravilloso
nominalismo
que en la tercera estrofa del poema nos
remite a los primeros días de la creación bíblica
en la que YHW le dio el poder al hombre para ponerle nombre a las
cosas y para que así, nombrándolas, estas existieran las poseyera
en el sentido más cabalístico de la palabra. Este sentido lo
empleará Sophia en otras ocasiones. Con esta forma de pensar
introduce su poética , además, en los gestos filosóficos más
revolucionarios donde nombrar supone cobrar vida.
Como
defensora de la palabra acusa al demagogo por emplear medias
verdades y esto dice- Sophia de Mello- es como tener derecho a la
mitad de la vida.
Heráclito
de Efeso dice.
El
peor de todos los males es
la
muerte de la palabra.
Dice
el `proverbio malinke
A
un hombre se le engaña en su ración de alimento
pero
no puede engañársele en su ración de palabra.
Algunos
políticos en ese emplear la demagogia no están lejos de aquel
dictador que gobernó antes de la Revolución de abril, de Salazar.
Así cuando hace una descripción de este dirá de él que es un
viejo buitre que se alisa las plumas destruyendo las palabras:
La
podredumbre le agrada y sus discursos
tienen
el don de cambiar las almas más pequeñas.
En
ningún momento Sophia de Mello mira para otro lado ante los
acontecimientos convulsos que vive Portugal.
Tiempo
de soledad y de incertidumbre
tiempo
de miedo y tiempo de traición
tiempo
de injusticia y de vileza
tiempo
de negación
Tiempo
de cobardía y tiempo de ira
tiempo
de mascarada y de mentira
tiempo
que mata a quien lo denuncia
tiempo
de esclavitud.
La
búsqueda de la justicia es lo que le llevará a ser crítica con los
sistemas políticos30:
(…)
En
estos últimos tiempos es cierto la izquierda muchas veces
ha
desfigurado las lineas de su rostro
¿Pero
qué diremos de la meticulosa eficaz y expedita
degradación
de la vida que la derecha practica?
Sophia
no permanece indiferente a la situación social de esa década de los
setenta y será a través de sus versos como invitará a vivir el
riesgo y a sacar fuerza de la inseguridad y cantar ante el mal
tiempo, a no perder la mirada a mantenerla atenta sobre el mundo.
Empezar siempre que haga falta-dice-con un proyecto nuevo y
renovado en el intento de recobrar la unidad perdida. Y dirá:
Si
tanto me duelen que las cosas pasen
es
porque en cada instante en mi está viva
la
lucha por un bien definitivo
y
porque las cosas del amor se eternicen.
Este
compromiso ante la realidad de lo humano y de lo terrestre se hace
patente en El nombre
de las cosas (1977) donde
se pregunta por los errores y si todo tendrá que permanecer en el
pasado, abandonarse como un papel que se tira a la papelera
o se podrá recomenzar a partir de la página en blanco, igual
que la escritura-dice- de
un poema obstinado.
1Romance
del siglo XIX.
2Reseña
anónima en El cultural.
3Ver
punto 5 de este estudio.
4Contradicción
entre dos principios racionales.
5II.
Arte poética. Publicado en la revista Távoa redonda, Lisboa núm
21, enero de 1963,. recogido en Geografia (1967)
6Mar.
Posfacio.pag. 73 ss.
7Mar.
Pag. 86
8Emilio
Lledó
9As
ilhas I
10Del
griego katá -abajo-y baino-avance-. Descenso, el bajar una ladera,
la caida de la tarde...
11
Navegações-1983. XI. Pag. 86
12O
Minotauro 2ª estrof. Pag. 53
13Coral
(1950)
14O
día do mar (1947)
15O
nome das coisas (1977)
16Dual
(1972). En Hydra, evocando a Fernando Pessoa. Aparece en la
selección que hace en Mar ( 2000) pg. 49
17Mar
nuevo ( Mar novo-1958) Libertad (Liberdade)
18Atlantico.
Primer poema del libro Mar (2000) pg. 9
19Mar.
(2000)
20Mar.
Dia do mar no ar pag. 20
21Mar.
Pag. 47
22Mar.
Pag.16
23Ver
punto 5 de este estudio.
24Tiempo
dividido (1954)
25Mar
nuevo (1958)
26Nona,
la que hila; Décima, la que asigna el destino; Morta, la
inflexible.
27Livro
sexto (1962)
28El
nombre de las cosas (1977)
29idem
30Julio
de 1976
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