domingo, 29 de mayo de 2016

PAJARITA CIEGA. Un nuevo poemario de Sito Lerate



Hace un mes que nuestro tertuliano José Manuel Sito Lerate nos regaló su nuevo poemario, Pajarita ciega. (El exámen de ninguna respuesta a ciento de preguntas). Aprovecho el prólogo que para esta ocasión le hice para dejar en estas páginas una reseña de la obra en cuestión. 


A PROPÓSITO DE UN “CIENTO DE PREGUNTAS”. REFLEXIÓN PRIMERA.

               Tienes en tus manos un puñado de versos, distribuidos en diecinueve poemas, que hablan de las inquietudes universales de cualquier mortal bajo la sombra de la pregunta. Un libro, titulado, Pajarita Ciega (el examen de ninguna respuesta a ciento de preguntas), escrito por, el dramaturgo y poeta, José Manuel Sito Lerate.

               Antes de decirte nada, quisiera advertirte que si solo nos detuviéramos en el título, y en especial lo que está entre paréntesis, correríamos el riesgo de apreciar  la mitad de lo que esta obra contiene. Es verdad, que ante el título se tiene la sensación de estar ante un ensayo de filosofía existencial e incluso ante la paradoja de una obra que pretende  examinar lo que no tiene examen, el de ninguna respuesta a muchas preguntas. Lo cierto es que en el título, todo está latente y que por tanto es la justificación para invitarte, para invitarnos, a viajar por las inquietudes de un poeta que, en cuartetos de versos endecasílabos y sugerentes aliteraciones, plantea el hecho mismo de preguntar.

               Es a través de la pregunta, machacona, insistente, de un yo lírico como el poeta intentará introducirte en una densa reflexión que se desliza por los contornos del poemario entre pasos y pausas, donde la respuesta puede parecer una extravagancia. La pregunta, cualquiera de las preguntas, se expande en otras tantas equis preguntas, haciendo del preguntar un vicio.  Es así como, el yo literario se desnuda de corazas, ya que este estar sin coraza  responde desde los gestos, en  especial con una sonrisa. Aquí,  en un juego de contrarios,  el corazón aparece como una calle, haciendo que la voz literaria asevere que cada pregunta es un inciso en el silencio y que esto nos lanza  a mil  sugerencias.

               En la obra que vas a leer se advierte un ir de los asuntos más triviales a los más profundos donde el poeta intentará enfrentarte a una orla de temores, tiempos pasados, ironías del ayer, sueños, esperas, respuestas frustradas. En realidad, la voz literaria que interroga, aunque resulte paradójico,  al mismo tiempo responde. Este yo lírico, sin hacer espavientos, dice que somos fabulación, que los mortales somos fábula y que en nuestras ensoñaciones preguntamos si en el mar hay flores o en el sol peces, o si es sabio preguntarse. Así,  la voz literaria  insistirá en preguntar a los poros de una piedra, o a las paredes de hierbas salvajes, o a los seis lados de las rosas. Con estas preguntas, aparentemente simples, el poeta nos enfrenta a sus símbolos: que los poros de la piedra- a veces -son los rincones de nuestra realidad, o la hiedra de las paredes-muros, nuestras mentiras, o la rosa de seis lados nuestros imposibles.

               Es interesante como este poemario empuja a enfrentar nuestros propios deseos, a mirar el  sí mismo que no está en venta, porque el corazón es un regalo, un valor infinito imposible de mercadear desde lo amado. Y en este pujar por la existencia que aparece en la obra, se nos revela que la vida es como una subasta donde, al final, siempre se gana. No hay respuesta, dice el yo literario, por muchas preguntas que hagamos aunque estas la dirijamos al firmamento.  Sin respuesta, imposible dar explicación del trasfondo de los que intentan mentir. En este devenir de las cuestiones, sólo hay algo que consuela: la dulzura. Esta es como un amén  que redondea cualquier respuesta.

               Al poeta, exigente con las preguntas, no le importan las respuestas. Por esto, dirigiéndose a un tú literario, expresa su reparo y vuelve a preguntar por lo plano o lo abrupto, por la queja siempre latente, por la verdad en la mentira, por la confusión en la transparencia, por esa incomprensión presente en el día a día, mientras más respiro-dice-. Y es así, como el yo literario, al que llaman “el preguntas”, dirigiéndose a un tú lírico –con tonos socráticos-, le dice si sabe que lo es mejor ignorar porque, en este hecho, está el saber, y  porque esta ignorancia no deja de estar  impresa en el nombre de las cosas.
               El poemario, es un recorrido por los rincones de un pensamiento que quiere averiguar dónde está la sombra de la duda, dónde la llave, como clave, del alma y la fortuna. Y entre endecasílabos, aliteraciones y rimas asonantes, la voz literaria volverá a las preguntas ante el hecho de estar solos, y a los porqués de no tener respuestas sino llama llameante que no aclara y quema la interrogación. Por eso, en un siempre volver,  todo se explica preguntando por el presente y el pasado, por lo que somos, por lo que fuimos, por las coordenadas que marcan el norte vital, -dice el poeta- , como está escrito.

               Como conclusión a esta sinfonía de versos que forman la obra de José Manuel Sito, la única respuesta que encuentro, ante las preguntas que él manifiesta en ella,  es la del silencio. Porque esto es lo que hace el poeta, ir subrayando el silencio en medio de tanta pregunta repartida. Es el silencio,  el que marca las pautas de la historia, la personal, que habla de lo que somos, de esa historia de casi un millón de besos de colores, esa que, en definitiva,  reduce el tiempo de la memoria.  Por esto mismo, no importa si hay zozobras, ya que en el silencio se advierte la soledad de océanos sin ballenas, o huertos sin rosas, o el  que no haya mariposas, ni sangre en las venas. Un silencio que empuja a seguir preguntándose, aunque la inquietud atente contra el propio yo y a este  lo mantenga dividido. La justificación a todo esto se expresa en  el poema final con el imperativo del  dime que remata este estado de inquietudes, a veces silentes, donde es fácil advertir como en  lo inconcreto se busca lo definido.

               Antes de dejar esta página del prólogo, que el autor me encargó escribir, quiero agradecerle este honor de poder acercarme a su obra. Este hecho de prolongar me ha dado la oportunidad de apreciar, entre los versos, la inquietud, la sensibilidad de alguien que creía conocer y que a la postre desconocía. Y aunque su forma de versificar no es la mía, no dejo de apreciar la excelencia de estos endecasílabos que sirven, como estructura-continente, para la reflexión sobre el hecho mismo del preguntar. Con este prólogo, José Manuel Sito Lerate, me ha concedido el favor de  mirar dentro de su alma acercándome a sus interrogantes más lacerantes. Es laudable, y reitero mi agradecimiento, el haberme permitido ser el primer lector que admire su obra, Pajarita Ciega (el examen de ninguna respuesta a ciento de preguntas).

               Te recomiendo, a ti lector que te atreves a pisar el umbral de esta obra,  que no tengas prisa por avanzar y terminar. Al comenzar, hazlo despacio y sin reparos, déjate mecer por las preguntas que nuestro autor lanza, y en el silencio- que muchas de ellas provocan- procura descubrir las propias preguntas, esas que tú y yo no nos atrevemos a hacer a los otros y mucho menos a hacernos.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Mañana, presentación de "El nombre secreto del agua", del poeta Faustino Lobato

Quiero desearle lo mejor a Faustino para el evento de mañana, hasta aquí, hasta Zafra, seguro que me llegará su voz honda y sentida al recitar algunos de los versos de su nuevo poemario.

Un abrazo, querido amigo, y buena suerte.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Azota

Azota bruscamente
la aparente levedad de mis cristales, lluvia.
Mi ventana está lejos
de tu endemoniado repicar.
Las esponjas de mis cristales
te están esperando.






sábado, 7 de mayo de 2016

Momentos de la Tertulia con Pedro Piquero.


Diferentes momentos de la Tertulia

Sito, haciéndonos partícipe de su reciente publicación, PAJARITA CIEGA (El examen de ninguna respuesta a ciento de preguntas) Editado por Corona del Sur.






Momento del diálogo con Pedro Piquero. Intenso y magnífico diálogo.





 Momento final de la tertulia, con Pedro Piquero y Santiago Corchete



Algunas de las mujeres interesantes de Página 72









miércoles, 4 de mayo de 2016

De como IBM se convirtió en HAL y triunfó cantando Daisy. Manu Salitre



El pasado mes de abril tuvimos la tertulia con un programa extraordinario, como extraordinario es siempre todo lo que aquí sucede. Era el primer viernes de mes y nuestro tertuliano, Manu Salitre, que el padre nos perdone por borrarle el apellido, nos presentaba parte de su última creación:  De como IBM se convirtió en HAL y triunfó cantando Daisy.

Antes de que nuestro tertuliano Manu Salitre comenzara a exponer su obra, y en el espacio del “cajón de sastre”, Jose Manuel Vivas- recién llegado de esos viajes literarios que nos lo tienen secuestrado-, nos habló del evento que había vivido en Logroño. Había estado con los poetas de Voces del Extremo. Este  encuentro reúne cada año a poetas de todos los rincones de España para celebrar la palabra, y ésta como vehículo crítico desde la poesía.

El evento al que asistió nuestro tertuliano se celebró bajo el título de “Poesía y raíces”. Este evento poético de Logroño tiene que ver con la idea original de Voces del extremo que surge en Palos de Moguer (Huelva).  Estos encuentros desde el inicio ha sido una instancia vertebradora del movimiento llamado poesía de la conciencia o lo que algunos llaman poesía social o política. La celebración de Logroño  es un reflejo de  aquel movimiento de 1999 auspiciado por la Fundación Juan Ramón Jiménez coordinado Antonio Orihuela.

Jose Manuel nos contó que en el encuentro de Logroño se reunieron alrededor de treinta poetas durante tres días de jueves a sábado. Cuando se le preguntó cómo hacer para participar nos dijo que  la vía para ir al evento poético era a través de la invitación de otro poeta participante. Esperamos que él, ya en el grupo, nos invite y así poder intervenir de pleno.  Nos comentó, además, que el resultado de este encuentro se traduce en una Antología poética editada por Amargord.

Y para terminar en este espacio del Cajón de sastre,  Jose Manuel nos habló de otro encuentro poético al que también había asistido. Se trataba del llamado Ciclo de poesía Ciudad del Jerte .  

Ya en el segundo tramo de la tertulia, Manuel Salitre comenzó leyendo su obra. Después comentó que el hecho de este esbozo de poemario se debe a tres medios en los que él se desenvuelve: el cine, la música y la literatura. Este era un trabajo visual, un guión que pretendía acercarse a la poesía. Comentó que era como querer ser uno mismo y termina por ponerse una máscara”.



El concepto de la obra es la del plano/ secuencia que se desarrolla, poco a poco, y donde una escena lleva a otra. De hecho, algunos poemas que nos estaba presentando pueden exponerse sin referencia alguna de tipo explicativo. Lo escrito obedece a lo espontáneo, es decir Manu había plateado todo tal y  como había  venido. Él mismo se preguntaba-en voz alta- cómo terminar si es que esto hay que terminarlo.  Aquí, hizo alusión a la dificultad del límite, al hecho de hasta donde llegar e incluso, qué es lo mejor en la elaboración poética. Así, anotaba, todo esto comenzó siendo un ensayo y por tanto es susceptible de cambio.

Lo que nos presentaba nuestro tertuliano se articulaba de una forma muy significativa. Así, el título de la obra en cuestión nos lanzaba a todos a mirar ese metarrelato  oculto entre las palabras, un sintagma bastante significativo: De como IBM se convirtió en HAL y triunfó cantando Daisy. Para entender este título, tan particular,  hay que tener las referencias pertinentes de esa lucha interna del mundo de la informática que Stanley Kubrick aprovechó en 2001, Odisea del espacio.

 El título hace referencia a ese diálogo infernal entre la tecnología y la inteligencia artificial. Se recordó, releyendo el título, que Daisy es la primera canción infantil cantada por un ordenador.  Y que por otro lado, el IBM 704 fuer programado para hacer esto. HAL es el ordenador que aparece en el citado film de Kubrick, encargado de controlar las funciones vitales de la nave espacial Discovery. HAL es un acrónimo en inglés de Heuristically Programmed Algorithmic Computer (Computador algorítmico heurísticamente programado).



Nuestro tertuliano, tampoco pretendió explicarnos nada, porque todo se explica, dijo, por sí solo.
Alguien le preguntó que cuándo se cerraba el proyecto, cuando se daba por concluido. La respuesta se quedó en el aire porque en realidad, todo, ya lo había dicho Manu, es un ensayo susceptible de cambio.

Otra pregunta directa fue sobre la necesidad de tener un glosario, a modo de explicación de los poemas, como había tenido que hacerse el título, en este momento de la reunión. Manu respondió que no lo consideraba necesario. En realidad todo lo que se cuenta y cómo se dice resulta sobrecogedor, apuntó una tertuliana, me gusta y empuja a una búsqueda de referencias porque hay elementos que es mejor conocer. De aquí la necesidad de un aparato critico-explicativo a modo de glosario. De no hacerlo, dijo otra tertuliana, se corre el riesgo de ser unos textos hechos para unos pocos y no para el resto de mortales, que podría disfrutar más de la obra de saber los elementos significantes que están en ella y forman parte de su esencia y también de su contexto. ¿Por qué ocultar las referencias?
A raíz de esto se le cuestionó a nuestro poeta si esto que nos presentaba tendría que pertenecer al género de la poesía y no al del relato poético.   

Está claro que esta creación de Salitre no ha dejado indiferente a nadie: primero, porque hace pensar y especialmente, por ser muy visual. Se le insistió que la creación que nos había presentado tenía la forma de relato, pequeños relatos engarzados y cada cual más intrigante y maravilloso. Ante esto, nuestro tertuliano- con esa bondad e ironía inteligente que le caracterizan- anotó el comentario sobre el modelo literario donde ubicar su obra y  dejó su agradecimiento sobre la mesa de la Tertulia. Con esta forma casi prosaica de escribir versos, dijo, no quería transmitir nada concreto, solo presentaba escenas y estas hablaban por sí solas. Alguien comentó que uno de los pecados de los poetas consistía en explicar aquello que había escrito y que por ello la obra de Manu Salitre no tenía por qué caer en esa falta. En esta obra, exenta de adjetivos, todo está hecho y, paradójicamente, todo está por hacer.

En este resumen, no he colocado ninguno de los poemas que se había leído y discutido por respeto al autor que trabaja en ello y, además, para evitar  confusiones posteriores. Para nuestro tertuliano en su creación le importa resaltar el medio,  como algo fundamental y que es así como arranca su obra… “Si alguien hubiese gritado/ ¡CORTEN!/ Julio Cesar se habría levantado/ caminando con cuidado/ para no resbalar con el sirope de fresa. “ Y que en este espacio de lo visual, los personajes, no escogidos aleatoriamente,   son- entre otros- Moshé con la forma hebraica de escribir, sabiendo que “el hebreo no tiene vocales/ está sujeto a la interpretación del lector/…;  Mikhail que suscribe  “que fue La mano Invisible/ Nada de anarquistas… la que se trabajó a tu señora.”; Frank, ese que “ca(yó) recto, (y) en su espalda una tapa abierta. Unos cables chisporrotean”; y Klaus Kinski cuyo fantasma “sigue gimiendo mientras la luz se desvanece  en el teatro”, y a Baldo Lupentino, el que dirigiéndose a Paulo IV le gustaba verle temblar “porque nunca había visto a un demonio/bailar con tanto ritmo.” Y así hasta llegar, en los apuntes de esta creación, a la INTERMISSION o a un UNIVERSO

               Con sus amores, sus guerras,
               sus cuernos y crímenes pasionales,
               sus polvos entre desconocidos,
               sus eyaculaciones precoces
               y esa panda de cabrones con suerte
               que no se corren nunca.



Agradecemos a Manuel su forma de trabajar porque esta nos pone ante el brete del cambio y, muy especialmente, ante  la inquietud constante de ir a lo diferente.
Terminamos la tertulia y no se habló de quienes estaban ausentes. Todos sabemos de las necesidades personales que llevan a cada uno a no estar y, porque la obligación prima ante la devoción y no deja de ser la tertulia una devoción sin fervorín.


En estos momentos que termino el resumen mando un saludo a Antonio Maqueda, nuestro tertuliano que ayer, día tres de mayo fue operado a corazón abierto. Los mejores deseos para él. 

De Manuel Pecellín. Esta no es mi patria.




El de “Marquetalia” es uno de los nombre míticos entre los muchos que jalonan la historia guerrillera y contrarrevolucionaria de Latinoamérica, herida que no acaba de cicatrizar. Mucha es la sangre que ha ido derramándose en este municipio colombiano, capital de una “república independiente”, más simbólica que efectiva, escenario de muy numerosos enfrentamientos entre guerrilleros y militares. No es raro que el autor de este poemario lo califique en el subtítulo como “un pueblo que rabia”.
Natural de Don Benito (1959), sus padres llevaron a Flórez infante a vivir en Marquetalia, donde hizo los estudios primarios. Vuelto a Extremadura, inició aquí la carrera de Medicina, que terminó en Caldas de Manizales. Siempre ha combinado labores profesionales con la creación poética y la difusión cultural, tanto en su país de adopción, como en el nativo, donde ahora reside, tras un fructífero paso por Brasil y Colombia. Ha publicado numerosos libros de poesía, no pocos con importantes premios, a ambas orillas del Atlántico.
Aunque Marquetalia vio la luz hace ya tres lustros, por razones que desconocemos no ha podido difundirse hasta estos meses últimos. Según expresara José Antonio Gabriel y Galán en su inolvidable Un país como éste no es el mío(1978), refiriéndose al rechazo que le producían las circunstancias sociopolíticas españolas, Flórez manifiesta aquí el disgusto, el rechazo, incluso la angustia y el lamento dolorido ante la transformación del paraíso infantil en un Gólgota tan injusto como insufrible. Según el escritor extremeño, dolorosamente fallecido en plena madurez y a quien se cita en varias ocasiones, Flórez reconoce que sólo posee la palabra para combatir la barbarie, pero no está dispuesto a dimitir del compromiso que cree tener con su sufrida patria.
Lo ejerce dando voz en el  libro a los que ya no pueden hablar, nombrándoles con el punto de melancolía que la memoria guarda de los felices tiempos vividos. Estructurada en cuatro partes (El poeta en su estatura, El país del caos, El paraíso perdido, Destino), la obra se construye con poemas de amplio aliento, que paulatinamente van dejando lugar a composiciones cada vez más cortas, siempre en versos libres y todas con imágenes magníficas, amén de un ritmo musical que difícilmente decae. La misma calidad  literaria exhibe alguna muestra en prosa (el libro no está paginado).
Pese a los bien perceptibles valores estéticos, lo que más impresiona de Marquetalia es su carga ética: el grito, ocasionalmente rabioso hasta el exabrupto, ante el dolor infligido a las personas; la denuncia de la violencia, por más que pretenda justificarse con apelaciones utópicas; el desgarro frente al sufrimiento de los niños. (No sabría creer en Dios mientras vea  el dolor de los más pequeños, exclamaba Albert Camus). Y cómo añora su niñez andina el autor, aquellos días en los jardines incendiados del verano, sobre la hierba fresca de los potreros, antes de que Marquetalia se disfrazase de campanas y el revuelo de los ataúdes se impusiera en las calles.
Si bien reconoce que sigue siendo sólo “un poeta en su estatura” (este es el sintagma más repetido en el libro), el escritor no se amilanará ante los sembradores del odio, la furia de los proscritos o la dolorida elipsis de la pesadilla última. Llueve sobre Marquetalia y no siempre es agua lo que cae. A todos nos importa no se apague la vida en esos hombres a los que ronda la muerte.

Antonio María Flórez Rodríguez, Marquetalia (Un pueblo que rabia). Manizales, Universidad de Caldas, 2003/2015.

Retomado del blog Hoy.es