jueves, 11 de enero de 2018

Tertulia con Daniel Casado

                       

              Este próximo viernes, los tertulianos de Página 72 tendremos al primer invitado de este año 2018, Daniel Casado (Trujillo, 1975)

                         La obra de Daniel Casado es extensa y no tendremos suficientes minutos para poder hablar de ella al completo. Y por supuesto, hablemos mucho o poco, lo que sí haremos será disfrutar de la presencia de este magnífico autor, poeta, ensayista, cantante. Un creador de los que merecen la pena no perder de vista. Desde el 2002 hasta el 2010 ha venido recibiendo premios y menciones de honor, por citar algunos el Premio Arcipreste de Hita y el de poesía de Mérida así como el accésit del Adonais (2010)

         Para mirar su creación se puede y se debe visitar su página web   http://www.danielcasado.es/home. Algunos de sus libros son: El largo andar tan breve, El viento y las brasas, El proyector de sombras, Oscuro pez del fondo, El creador del espejo, Secretos que contar,  La segunda mirada.

                        Interesante su acción creativa en el mundo de las letras y de la música. Coordina diversos club de lecturas y es cantante actualmente de la banda de rock Made in aquí.



domingo, 16 de julio de 2017

La física del Sol

Cada año,
al llegar a este punto,
envuelvo la quietud de julio
rumbo a las palabras.

Bandadas de horas
construyen versos
para el otoño,
reproducen  en papel
el gesto de  comprender
la serenidad azul
del desayuno.

Cada año,
os quiero contar
cuanto me gusta
hacer fotografías
exóticas,
desordenar el amor,
heredar sábanas
antiguas,
dibujar puentes
en la arena,
borrar el mapa
de las costumbres.

Cada año, en julio,
enciendo mi infancia
cuando  escribo y observo,
que la piel de mis manos
no soporta
la física  del Sol.


martes, 13 de junio de 2017

Silencios...

Hoy Facebook me traía el recuerdo de unos poemas de Memen Alegre. Esta es una de las grandes poetas de mi entorno, tertuliana de Página 72. Son tres silencios de los que sólo coloco unos fragmentos:


Primer silencio
(...)
Convivir con un cielo fugaz
con jirones de nubes
de rayos solares ( -)
en el dorso de las manos
(…)

El silencio número dos
rescató ángeles
de los escombros
inventó historias
que eran para nosotros
(…)

El último silencio(tres)
es la sensación
de estar cerca
de frotar su nombre
de arrebatarle el frío.

lunes, 15 de mayo de 2017

ERA, un imaginario íntimo. Antonio Castro.



                      Después de algunos años sin publicar Antonio Castro Sánchez hace entrega de una nueva obra, esta vez un poemario: Era. Editado por la Fundación Caja de Badajoz.
            La obra se sitúa en el recuerdo de la infancia, o mejor dicho, en el recuerdo como objeto poético desde donde nuestro autor desarrolla un imaginario particular, un universo intimo que sin pudor va descubriendo al lector. El espacio físico donde construye este mundo personal y poético es Villarta de los Montes. Este es un pueblo de la zona oriental de la Siberia extremeña, donde Antonio vivió y soñó los primeros años de su vida. Sí, Villarta será, en esta creación, el lugar poético donde deambulan los sueños y una manera de existir.
            La recensión la centraré en varias cuestiones: La que hace referenciaal título, ERA y la de los elementos que conforman el contenido de los poemas, en primera persona.
            Era, hace referencia al tiempo del verbo ser que se emplea para hablar de acciones del pasado –pretérito- y que todavía no han concluido. Inteligente nuestro autor porque con el título nos subraya el contenido total de la obra. Al titularlo así, nos señala que lo que nos cuenta en su libro no van a ser restos muertos almacenados en la memoria sino piezas vivas, siempre presentes.
            El título podría haber sido un erase pero la intención de Antonio Castro, reitero, no es la de contar algo del pasado y de forma imprecisa, sino de hablar de aquello que las emociones hacen presente lo ocurrido en cada gesto, en cada sueño… Y así lo expresa nuestro autor en el último poema que titula de la misma forma, ERA:
Sé lo que tengo, lo que fui…/ Reconozco el valor incalculable de cada segundo recuperado/en el pecio sumergido en los mares del ERA…
            La segunda cuestión es la del contenido explanado en quince poemas. Estos son de verso libre, de siete, once y catorce silabas que se ordenan en las estrofas dándole un ritmo particular a través del cual se muestran el poso clásico de nuestro autor.  Pero no viene al caso comentar el estilo, ni el continente estético de la obra sino los elementos que le dan contenido. Importante subrayar que en este poemario se desarrollan los versos finales que bien podrían ser el pórtico del libro:
            Yo sé bien lo que tengo. / A vosotros os tengo, la infancia que me disteis/ el universo entero en un vocablo/ y el pulso agradecido que me siembra/ con luces del ayer/ los ojos del mañana
            Esto es ERA, un poemario donde la dinámica, la acción continua deun ayer se hace hoy, presente, y trasciende al futuro. Así es, los poemas marcan los tiempos incluyendo en ellos gestos y acciones significativas, que permanecen en el existir del poeta.
            En un primer bloque de poemas se anota el gesto de enfrentar la muerte.  El poeta sabe que este hecho nos hace más humanos al tomar conciencia de nuestra fragilidad. Pues bien, aquí, en estos versos su padre,cartero del silencio, es quien habla o mejor musita LA NOTICIA de la muerte del abuelo. Apenas siete años, apunta el yo lírico como indicativo del crecimiento de la sabia nueva sobre el lecho de lo muerto-vivo. Y en este recorrido breve, que nos abre a los gestos de los mayores, los versos nos acercan a la madre-amantísima, a LA ABUELA. Era tan diminuta-dice, /de sencilla que era, tan humilde/ que nombraba las cosas con los ojos. Esta se fue, silenciosa y callada, / también como una sombra.
            Más tarde, casi en el centro del poemario, volverá sobre este asuntoEran días de penas y guadañas, sigue diciendo el yo poético, trayendo a la palestra del recuerdo la MUERTE DE UN MINERO, una muerte donde las lágrimas contenidas son engullidas en los latines amargos, de un poeta-niño perplejo ante el dolor.
            Y es que la infancia-consciente que el yo lírico trae a la memoria, se transforma en un presente continuo, que duele. De esta manera dirá que “el silencio dormido en las maletas/que voraz despertaba y que barría/ las voces y las risas de todos los rincones, marcando LA PARTIDA, esa por las que el yo dirá que le duele la infancia.
            Si nos quedáramos en este grupo de poemas parcelaríamos este libro en lo más metafísico de él por eso al avanzar el lector se dará cuenta que, en esta antología del recuerdo, aparecen varios elementos y uno en especial, el tiempo como protagonista. Este tiempo va engarzando, como un hilo conductor, las realidades de lo cotidiano donde los recuerdos son mares, dice el poeta. Y así, de forma muy emotiva el yo literario, pone en vivo imágenes intrascendentes, como lo vivido en AQUELLOS VERANOS y que de manera mágica los versos transforman en momentos llenos de luz de los que el poeta no puede desprenderse.
            A partir de estos primeros poemas, entramos en otro grupo donde las emociones surgen hasta marcar la deriva de unos versos llenos de expresiones metafóricas, de estrofas que empujan al descubrimiento solemne de lo sencillo en un presente que arde en las cenizas vivas del pasado que acaban dando su fruto. Como LAS PALABRAS DEL PADRE, esas que el autor hace suyas. Junto a estos versos otros ponen en vivo el vibrar de los sentidos, como las estrofas de esos BESOS DE AZUCAR que acercan al poeta a la playa donde habita. Sí, todo se pone al descubierto marcado por un recuerdo que apuntala, al modo más cabalístico, hasta el día, el mes y la hora, por ejemplo de EL CASTIGO. En este poema, con guiños a la oración del Padrenuestro, se muestra ese hábitat de lo temporal en el que aparece la paradoja de una tensión de contrarios donde se sucede a la vez un perdón y un castigo tras la puerta.
            Sin lugar a dudas, el tiempo, el cronos magnificado, es en este libro un elemento protagonista, tan es así que el poeta lo convierte en objeto de sus versos y a veces ese era, se convierte en un erase una vez de EL CUENTO INTERMINABLE, en el que las palabras recobraban su poder en los labios paternos. El tiempo, en este lugar, lleva a la evocación siempre de los momentos más significativos, esos que se graban a fuego en el alma y permanece para siempre entre el barro y las risas de un futuro imperfectode los DIAS DE ESCUELA, los días en los que el yo lírico adivinó la capital de Honduras.
            Sí, el tiempo lo marca el poeta, también, de forma significante en las cuestiones más comunes hasta engrandecerlas, como el ritual de EL ESQUILEO. Cómo no recordar el trabajo común de esta región, puerta de la Mesta.  Aquí, como en el resto del poemario, las metáforas saltan con asombro entre las estrofas, como la música mineral de las tijeras tomando la calle. Ese mismo asombro se vuelve admiración al repasar los gestos deLA PRIMERA VEZ de la misa temprana, cotejada por latines.  Sí, la mirada del poeta era un nido de asombro en la retina.
            Sin lugar a dudas, en este libro, Antonio Castro nos traduce, con maestría y en versos, lo vivido en acciones universales. Y desde esto vivido se habla hasta del acto más trivial, como EL APEDREO. En este poema,nuestro autor se pregunta ¿qué pasillo separa / la violencia del juego?Importante traer a la memoria, hasta este hecho intrascendenteconvirtiendo las piedras en sueños. Este y otras vicisitudes versificadas llevan a relativizar todo, como el yo lírico comenta: empiezo a comprender ahora/ (que) dormir no significa /la derrota del sueño.
            Esto es ERA, un poemario para leer despacio, dejándose invadir por la emociones de unos hechos- aparentemente baladíes- que hacen delpasado un lugar de encuentroERA es una creación en la que nuestro autor diseña, entre versos, una guía capaz de adentrarnos en el imaginario universal de aquello que fue y que sigue vivo. Porque, aunque parezca paradójico, este mundo pretérito es la vez una realidad presente.


 Poemario: Era.

Autor: Antonio Castro Sánchez.
Edición no venal de la Fundación Caja Badajoz.
Badajoz. Mayo 2017. (Págs ¿?)

sábado, 13 de mayo de 2017

PRESENTACIÓN DE COMO SUCEDEN LOS ARBOLES




Me vais a permitir, dado que es un servidor quien invitó a Maribel Tena en nombre de todos, que esta tarde os presente este Como suceden los árboles, último poemario de nuestra escritora y añado, creo que con sentido, mi compañera de docencia y café- allí en Orellana la Vieja- y por supuesto mi amiga.

          De entrada, el título de la obra, corresponde a los versos de una de las estrofas finales del poema de contraportada: Si sucedemos/ como suceden los árboles. Unos versos que sintetizan lo que el libro desarrolla.

               El poemario, editado por La Penúltima-editorial, vio la luz este mayo de 2016 y en la ciudad de Valladolid. Hace ya un año. Estas notas de crédito son significativas ya que contextualizan formalmente el poemario de Maribel Tena en plena primavera y en la ciudad del mejor castellano hablado, Por otro lado, hay que resaltar de esta edición su cuidada manera de envolver los versos de esta poeta villanovense que siempre nos sorprende.

               El poemario consta de tres partes definidas que van desarrollando este suceder de los árboles, 1) Raíces verticales (pág., 9); 2) El perímetro del incendio (pág. 31); 3) Aspiración del fruto (pág. 51).  En la primera parte los versos nos hablan de la realidad más próxima, esa que está en el propio crecimiento de nuestro ser y fundamenta lo que somos, un permanente despertar que se hace lección;  en la siguiente, los poemas cobran una gran intensidad al desarrollar esa meseta de lo cotidiano donde vivir se convierte en una necesidad solemne que nos devuelve contraluces  habitando lugares insólitos y sin dejar de domesticar nuestra existencia; y en la última, los versos se hacen puntos de reflexión que nos llevan a los anhelos universales que no dejan de ser voces vivas que empujan al valiente seguir y adentrarse sin resistencia alguna.

               Para acercarnos a este poemario, y con todos mis respetos a su autora, he seguido un método de análisis que permita ver cómo es la arquitectura literaria e intencional de la autora. Este método consiste en leer los primeros y los últimos versos de cada una de las partes observando su complementariedad y coherencia. Hay que decir, sin ambages, que el poemario, éste en concreto, tiene una arquitectura literaria impecable y sugerente, y que -independientemente de análisis- merece la pena leer dejándose llevar por sus versos.  Y esta tarde, escuchar algunos poemas en la voz de su creadora.

               En la primera parteRaíces verticales, los primeros versos son el cimiento perfecto de todo lo que se desarrollará después, diciendo así: Al pasado siempre le sobrevive/la memoria del pasado.  A esos versos le unimos los versos finales para descubrir cómo estos complementan el meta-relato: Bien valen algunas canas/ lo que aprendí de tantos viajes/ un territorio que nunca era yo misma. / No quiero más tiempo que este. / Sea.

               Esta parte nos lleva a combinar el pasado y el futuro sin perder de vista la realidad del presente. En los versos de este capítulo hay mucha coherencia argumental, una reflexión que aborda ese arrasar de la gravedad y la desmesura, de mirar aquello que uno fue y  que sin remedio mantiene lo que se es.  En esta primera, el yo literario tiene la capacidad de hacernos mirar, al lector, desde los ojos migrantes de la grulla “movida tan solo por la fuerza de la costumbre”. La costumbre, la bendita costumbre que nos mantiene en el norte de unos abrazos, de lo cercano, provocando ese escaso idioma: // cada abrazo prende la mecha/ de un pequeño verbo incendiado.

               En la segunda parte, El perímetro del incendio, y siguiendo el esquema de análisis propuesto, se observa que comienza con una estrofa de cinco versos que habla de viajes: Nadie debería marcharse/antes de haberse convertido sus manos/ en este quebradizo pergamino/ bajo el que se lee/ el mapa de nuestra sangre. Y es en este mapa, que marca la orografía de nuestra sensibilidad, donde se entroncan los versos de un poema final con notas de protesta y reivindicación y donde lo cotidiano, como el comer, se convierten en puntos de inflexión que nos retrotrae “al rumor trágico de otros mundos/ que están en este”; “a los niños ahogados en el vino medio caro que hemos elegido”; a la adolescente/ “que lucha contra el frio con un fino plástico”… Es imposible no releer, una y otra vez este nudo de la obra, esta meditación que no pretende nada más que acercarnos a lo que somos y a donde estamos.

               La tercera y última parte, Aspiración del fruto, nos deja con ganas de más versos de este tipo, con ansias de morder más fruto de esta categoría. Se inicia con un poema titulado MAYO, con unos versos que sintetizan todo lo anteriormente contado: Demos por comenzada/ la época en que se oye a las flores abrirse/ en su aspiración de fruto.  Unos versos reveladores que nos enfrenta al ideal de lo que, como humanos, tendríamos que ser. De esta forma, los versos finales de esta última parte arrancan en cada una de las estrofas, a modo de canon, con verbos en imperativo, así: inaugura…, abre…, colma…, respira. Porque es así, si queremos mantenernos en la primavera de lo existencial tendríamos que estar inaugurando, abriendo, colmando y despacio, muy despacio, respirando y “penetrados por el misterio…” Un misterio, este, en el que el yo literario confiesa creer y que es el de todo aquello/ sobre el que se posan mis ojos- dice.

              Se agradecen libros como este, en tiempos revueltos como el nuestro. Un magnífico poemario de Maribel Tena, al que hay que acercarse porque en él hay esas recomendaciones valientes, como estas- con tonos  heideggerianos-, de no nombrar el ser para evitar que desaparezca: Tantas veces/ lo que está en el aire,/ lo que ha empezado a amarse sin remedio,/deja de pertenecernos si se nombra.

Y ahora, escuchemos a nuestra invitada.





Maribel Tena en Página 72.




            Comenzamos, como siempre, el Cajón de Sastre. En esta charla informal se habló: de cómo iba la Antología; del cómo de la última tertulia, el sábado 3 de junio. Se concretó un tiempo mayor al Cajón de Sastre para revisar cuestiones de funcionamiento, reparto de responsabilidades. Se recordó que la tertulia la hacemos entre todos. En esta tertulia se abordará como ya estaba previsto, según el calendario, el trabajo de José Manuel Vivas. Finalmente, se expusieron algunas experiencias de presentaciones de libros. José Manuel comentó su experiencia de la Feria del Libro de Plasencia, presentando su última obra publicada: Guaridas. Y por mi parte, comenté la experiencia de presentación de mi libro, El nombre secreto del agua, en la Fundación Caballero Bonald de Jerez de la Frontera. Subrayé el buen trato que recibí por parte de su coordinadora Pepa Parra y de Juan Salguero, exconcejal de ese Ayuntamiento. La presencia de la poeta Dolors Alberola hizo posible un recitado con tonos femeninos.

Al cajón de sastre le siguió la presentación de nuestra invitada, Maribel Tena y de su obra, Como suceden los árboles. Coloco en un post aparte esta presentación.  Después escuchamos a nuestra invitada. Esta comentó el hecho de la creación de su obra al mismo tiempo que se le fueron haciendo preguntas. De entrada, dijo que en este poemario ha ordenado sus obsesiones. Según ella, ha venido escribiendo de lo mismo que hasta el momento. Reconoció que en este segundo poemario todo está más ordenado. Aquí si hay un hilo conductor el suceder natural, como los árboles.

Este es un poemario muy personal y esto se nota, más que en ningún otro, en el primer capítulo, RAÍCES VERTICALES. En el segundo capítulo, EL PERÍMETRO DEL INCENDIO nuestra invitada dice que convierte en objeto literario el nosotros. Fue importante escoger esta imagen del incendio perimetrado, lo que afecta al entorno. La visión cambia en el tercer capítulo, ASPIRACIÓN DE FRUTO, porque con él se muestra que no todo está acabado, que hay posibilidad de regeneración después del incendio. En el libro hay un movimiento de cámara -comentó nuestra autora- que va del “yo” al “nosotros” para terminar en un “más allá” de lo que podría suponer la anécdota personal.  El proceso de creación ha sido arduo e importante.

Hablando del estilo Maribel respondió “No pienso mucho en el estilo, lo que sí hago-dijo- es leer en voz alta cuando creo que el poema está terminado.
En Como suceden los arboles parece haber un estilo diferente pero eso se debe a que la forma de trabaja ha evolucionado. Se ha pasado del impulso al orden. Y esto ha hecho su efecto.

Maribel respondió que de todas las partes la segunda le preocupó, especialmente por los primeros versos. Tuve-expresó- una sensación de extrañamiento. Siempre me da vértigo mirar desde los otros. Nunca consideré “lo otro”-diferente a mí- como materia poética. Un día, por ejemplo-siguió- me descubrí mirando las noticias de una mujer india, no sabía el nombre por eso-después de referenciarla-la llamé R. He aquí el poema:

R

Hoy desayuno, como siempre,
un café poco cargado
con las noticias de fondo.
En Nueva Delhi
un fotógrafo ha elegido
como modelos para su próxima campaña
a cinco mujeres quemadas con ácido.

Una de ellas es entrevistada
detrás de su máquina de coser eléctrica.
Inclina el rostro
-como tantas veces lo haría antes-
para concentrar su única pupila viva
sobre un delicado pespunte.
Va contando su historia
mientras elige un retal estampado de explosivas flores
con el que remendar el futuro.

El párpado de su ojo izquierdo
está plegado sobre sí mismo para siempre.
Me pregunto por qué no puedo apartar la vista
del hueco huérfano de luz,
del ojo pandórico que encierra
toda la barbarie de este mundo.
De su nombre sólo recuerdo que empieza por R.

En la tele, frente a mí,
un cíclope de ternura
llora únicamente por el ojo que fue.
De ese pozo oscuro
mana el agua de su rotunda belleza.

En mi café,
un poco más amargo,
destila R su pena química.


            Se le dijo que en este libro, como en el anterior, hay un sello personal interesante. Maribel es de estas poetas que fuera de líneas y de matrices prefiguradas nos volverá a sorprender con su próximo libro.

Después de hablar de su creación con diálogo incluido, Maribel Tena nos leyó algunos poemas. Así, entre otros, de la primera parte leyó:

GEN TAS2R38

Ya los neandertales tenían en la lengua
un pequeño territorio carnoso
que permitía detectar lo amargo.
En forma de invisibles partículas,
llegaba hasta el fondo de su tosca boca
el aviso de la vida y su veneno.
Parece ser el motivo por el que algunos niños
-con su limpia porción de instinto-
rechazan el brócoli o un pomelo.
Soy parte del misterio evolutivo
que evitó el perfeccionamiento de ese gen.
Ahora nos sabe dulce el beso nocivo;
la palabra brillante que, como una baya,
hace estallar en el paladar su toxina.
Se adentra el pez de la desgracia en nuestra mandíbula
y allí desova irremediablemente.
Bendito el tiempo remoto
en que era la lengua profeta del peligro.

De la segunda parte leyó R, poema arriba expuesto. Y de la tercera parte, ORNITOLOGÍA PARA VIVIR

No pronuncies sus nombres.

No digas si eran tucanes acaso
abriendo la cicatriz de oro de la mañana
en la bahía de Kantiang;

si era o no un gorrión
el minúsculo animal herido
que cogí del suelo en la avenida Canalejas
y murió latiendo entre mis manos;

quizá eran palomas torcaces
lo que me despertaba en Lisboa,
tampoco quiero saberlo.

Prefiero desconocer cómo se llaman
los pájaros que ahora mismo
-mientras escribo este poema-
rompen el cielo de la primavera que anuncian.

Tantas veces
lo que está en el aire,
lo que ha empezado a amarse sin remedio,
deja de pertenecernos si se nombra.






            Agradecemos a Maribel tena su presencia entre nosotros. Como siempre, nos hizo crecer ante la palabra escrita. Un honor y un placer contar con ella en cada uno de sus partos creativos. 

miércoles, 3 de mayo de 2017

Maribel Tena en Página 72. Tertulia independiente.


                                               

                           Este viernes, día 5,  Maribel Tena García, se acerca a la Tertulia independiente Página 72. Nuestra poeta nace en Villanueva de la Serena (Badajoz), en mayo de 1978. Se licencia en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, con la intención de dedicarse profesionalmente a cultivar su amor por las letras. En ello está desde el año 2000, primero enseñando español en la universidad de L’Aquila (Italia) y después a través de la docencia de Lengua y Literatura en institutos de Secundaria. 


                           En 2012 publica su primer libro de poemas, Mujer fractal (Origami), un maravillos libro que, hace tres años, tuvimos la oportunidad de leer con nuestra poeta. Maribel, aparece asimismo en las obras colectivas Voces del extremo, publicadas por la editorial Amargord: Poesía antidisturbios (2015); Poesía y Raíces (2016). 

                      Junto a otros poetas publica en 2015 en Origami la obra homenaje a Juan Antonio González Iglesias Dicebamus crastina die. Decíamos mañana. En el 2016 el último libro, publicado por La Penúltima Editorial, Como suceden los árboles.




                             Maribel son de esas personas que están sin hacer ruido y cuando desaparecen notas que, igual que un chirimiri, te ha empapado completamente. Así es su poesía, cercana silenciosa, sugerente y viva. Leer las creaciones de Maribel es acercarte a un paisaje sereno (de viveza lírica) y, paradójicamente, crítico ( no oculta lo que tiene que decir y de frente).

                             Compañera de instituto, en Orellana la Vieja, fue siempre un honor y un place colaborar con ella en las tareas extra-escolares relativas a las letras. A este propósito tengo que recordar la dedicatoria de su último libro que dice "para Tino con mucho cariño, por la vida y el bosque de palabras que hemos compartido". Gracias amiga un honor tenerte entre nosotros este viernes.