sábado, 13 de mayo de 2017

Maribel Tena en Página 72.




            Comenzamos, como siempre, el Cajón de Sastre. En esta charla informal se habló: de cómo iba la Antología; del cómo de la última tertulia, el sábado 3 de junio. Se concretó un tiempo mayor al Cajón de Sastre para revisar cuestiones de funcionamiento, reparto de responsabilidades. Se recordó que la tertulia la hacemos entre todos. En esta tertulia se abordará como ya estaba previsto, según el calendario, el trabajo de José Manuel Vivas. Finalmente, se expusieron algunas experiencias de presentaciones de libros. José Manuel comentó su experiencia de la Feria del Libro de Plasencia, presentando su última obra publicada: Guaridas. Y por mi parte, comenté la experiencia de presentación de mi libro, El nombre secreto del agua, en la Fundación Caballero Bonald de Jerez de la Frontera. Subrayé el buen trato que recibí por parte de su coordinadora Pepa Parra y de Juan Salguero, exconcejal de ese Ayuntamiento. La presencia de la poeta Dolors Alberola hizo posible un recitado con tonos femeninos.

Al cajón de sastre le siguió la presentación de nuestra invitada, Maribel Tena y de su obra, Como suceden los árboles. Coloco en un post aparte esta presentación.  Después escuchamos a nuestra invitada. Esta comentó el hecho de la creación de su obra al mismo tiempo que se le fueron haciendo preguntas. De entrada, dijo que en este poemario ha ordenado sus obsesiones. Según ella, ha venido escribiendo de lo mismo que hasta el momento. Reconoció que en este segundo poemario todo está más ordenado. Aquí si hay un hilo conductor el suceder natural, como los árboles.

Este es un poemario muy personal y esto se nota, más que en ningún otro, en el primer capítulo, RAÍCES VERTICALES. En el segundo capítulo, EL PERÍMETRO DEL INCENDIO nuestra invitada dice que convierte en objeto literario el nosotros. Fue importante escoger esta imagen del incendio perimetrado, lo que afecta al entorno. La visión cambia en el tercer capítulo, ASPIRACIÓN DE FRUTO, porque con él se muestra que no todo está acabado, que hay posibilidad de regeneración después del incendio. En el libro hay un movimiento de cámara -comentó nuestra autora- que va del “yo” al “nosotros” para terminar en un “más allá” de lo que podría suponer la anécdota personal.  El proceso de creación ha sido arduo e importante.

Hablando del estilo Maribel respondió “No pienso mucho en el estilo, lo que sí hago-dijo- es leer en voz alta cuando creo que el poema está terminado.
En Como suceden los arboles parece haber un estilo diferente pero eso se debe a que la forma de trabaja ha evolucionado. Se ha pasado del impulso al orden. Y esto ha hecho su efecto.

Maribel respondió que de todas las partes la segunda le preocupó, especialmente por los primeros versos. Tuve-expresó- una sensación de extrañamiento. Siempre me da vértigo mirar desde los otros. Nunca consideré “lo otro”-diferente a mí- como materia poética. Un día, por ejemplo-siguió- me descubrí mirando las noticias de una mujer india, no sabía el nombre por eso-después de referenciarla-la llamé R. He aquí el poema:

R

Hoy desayuno, como siempre,
un café poco cargado
con las noticias de fondo.
En Nueva Delhi
un fotógrafo ha elegido
como modelos para su próxima campaña
a cinco mujeres quemadas con ácido.

Una de ellas es entrevistada
detrás de su máquina de coser eléctrica.
Inclina el rostro
-como tantas veces lo haría antes-
para concentrar su única pupila viva
sobre un delicado pespunte.
Va contando su historia
mientras elige un retal estampado de explosivas flores
con el que remendar el futuro.

El párpado de su ojo izquierdo
está plegado sobre sí mismo para siempre.
Me pregunto por qué no puedo apartar la vista
del hueco huérfano de luz,
del ojo pandórico que encierra
toda la barbarie de este mundo.
De su nombre sólo recuerdo que empieza por R.

En la tele, frente a mí,
un cíclope de ternura
llora únicamente por el ojo que fue.
De ese pozo oscuro
mana el agua de su rotunda belleza.

En mi café,
un poco más amargo,
destila R su pena química.


            Se le dijo que en este libro, como en el anterior, hay un sello personal interesante. Maribel es de estas poetas que fuera de líneas y de matrices prefiguradas nos volverá a sorprender con su próximo libro.

Después de hablar de su creación con diálogo incluido, Maribel Tena nos leyó algunos poemas. Así, entre otros, de la primera parte leyó:

GEN TAS2R38

Ya los neandertales tenían en la lengua
un pequeño territorio carnoso
que permitía detectar lo amargo.
En forma de invisibles partículas,
llegaba hasta el fondo de su tosca boca
el aviso de la vida y su veneno.
Parece ser el motivo por el que algunos niños
-con su limpia porción de instinto-
rechazan el brócoli o un pomelo.
Soy parte del misterio evolutivo
que evitó el perfeccionamiento de ese gen.
Ahora nos sabe dulce el beso nocivo;
la palabra brillante que, como una baya,
hace estallar en el paladar su toxina.
Se adentra el pez de la desgracia en nuestra mandíbula
y allí desova irremediablemente.
Bendito el tiempo remoto
en que era la lengua profeta del peligro.

De la segunda parte leyó R, poema arriba expuesto. Y de la tercera parte, ORNITOLOGÍA PARA VIVIR

No pronuncies sus nombres.

No digas si eran tucanes acaso
abriendo la cicatriz de oro de la mañana
en la bahía de Kantiang;

si era o no un gorrión
el minúsculo animal herido
que cogí del suelo en la avenida Canalejas
y murió latiendo entre mis manos;

quizá eran palomas torcaces
lo que me despertaba en Lisboa,
tampoco quiero saberlo.

Prefiero desconocer cómo se llaman
los pájaros que ahora mismo
-mientras escribo este poema-
rompen el cielo de la primavera que anuncian.

Tantas veces
lo que está en el aire,
lo que ha empezado a amarse sin remedio,
deja de pertenecernos si se nombra.






            Agradecemos a Maribel tena su presencia entre nosotros. Como siempre, nos hizo crecer ante la palabra escrita. Un honor y un placer contar con ella en cada uno de sus partos creativos. 

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