Dejo un fragmento de este poema de Ramón Carballal. Su blog es intersante de visitar.
Todos los almanaques son pequeños. Yo espío
mi herida, mi amistad roja de niño sin mapas.
Un enigma, una esfera que no elige la virtud
del tiempo. Y detrás un sueño de artilugios
que abren sus alas y no lloran. Sí, la amistad
crece como una flor de nácar y no hay
en su oasis golondrinas ni islas ni robots
de labios azules ni cánticos de azabache
o muerte
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