lunes, 5 de diciembre de 2011

Antonio Burillo, contador de historias. Tertulia de Diciembre





Antonio Burillo, escribe sabiendo que escribir es una terapia para paliar el desgaste psicológico de estar ocho horas ante el público en una entidad bancaria. Así se presentaba nuestro invitado a la tertulia de Página 72 el viernes pasado, 2 de diciembre.

Después de tener una mala experiencia con la poesía la vuelve a retomar a través de los talleres literarios de la Universidad Popular de Plasencia. Antonio nos dejó dos poemarios editados en Vigo por Ediciones Cardeñoso, “Piel romántica” recopilación de la obra poética de los años 2003 al 2005 y “Tan solo…una palabra” obra integra de 2006.

Catalán de nacimiento y extremeño de adopción Burillo es, más que un escritor, un contador de historias. Así nos lo expresaba y así nos lo demostró con su novela “El convento de la discordia”, publicada por la Editorial Letraclara de Madrid.

La tertulia, moderada por Miguel Angel Navarro, en su primera parte tuvo la obra de Burillo como protagonista. Miguel Angel indicó de ésta que es de una lectura fácil y amena. “Mantiene la tensión-dijo-hasta el final”. Burillo retomo las palabras de presentación del moderador para, con breves discursos, aclarar su intencionalidad literaria. Así, habló de cómo los protagonistas van creciendo en importancia hasta tomar cuerpo y algunos cambiar progresivamente en la trama. En realidad, aclaró, esto es un recurso para establecer un “flashbacks” haciendo que el lector sea cómplice de lo que se narra.

Miguel Ángel, por su parte, completó que las descripciones de ropas y las ubicaciones geográficas en la novela tienen una importancia, a veces, desmesurada. A esto respondió Antonio Burillo aclarando que la novela no era más que la traza de un guión para la televisión y es por esto por lo que los elementos físicos cobran ese protagonismo audaz.

La novela que los tertulianos habíamos leído era el primer capitulo de una serie de ocho entregas para una filmación televisada. El proyecto, según su autor, se gestó en los años 84. “Es por eso, dijo nuestro autor, por lo que las descripciones son muy visuales y las ubicaciones muy precisas”. Burillo nos habló del resto de las novelas de corte policíaco y de acción.

El autor, también, intentó justificar la pregunta de por qué aparecen en la novela dos mentalidades tan dispares, la anglosajona norteamericana y la europea mediterránea, metidas en un medio físico como un convento de clausura al sur de Francia. En la ficción, -dijo- donde la protagonista tiene que prepararse para fiscal y ante la mentalidad rígida de la familia, una casa de acogida en un convento de clausura venía muy bien. Situarlo en Europa era por dar cabida a ese imaginario de las familias burguesas de la sociedad norteamericana. Estas piensan que Francia o Italia son los Paraísos de la cultura a donde, al menos una vez en la vida, hay que ir. El convento, como lugar, dice el autor, servía, además para acentuar la dinámica de estrés y presión ante unos personajes que tenían que declarar una muerte.

Antonio Burillo, contador de historias, buen conversador, respondió y dialogó con los tertulianos que viendo la cantidad de lugares de su novela le preguntaron, si todos los lugares los había visitado. Quien preguntó retomaba las palabras de Gironella diciendo que para ser buen escritor hace falta ser “un lector voraz y muy viajero”. Antonio dijo que él es un lector de un libro por semana y que, efectivamente, había visitado la mayoría de los lugares citados en EEUU y en Europa.

Los más críticos apuntaron a Burillo que la novela, en esta primera edición, necesitaba una revisión redaccional. Se hacía evidente la corrección de algunas repeticiones de vocabulario: Antonio asintió indicando que todos esos fallos se corregirán en la segunda edición.
Después de una hora y cuarto de diálogo descubrimos la afabilidad y el buen hacer de este autor. De su biografía sabemos que Antonio Burillo pertenece a la Asociación Cultural Cálamus de Jaraíz de la Vera y actualmente es Presidente de la Cátedra de Literatura del Ateneo Ciudad de Plasencia. Agradecemos el esfuerzo de Antonio que, para estar con nosotros, tuvo que hacer el periplo de Navalmoral a Badajoz y de aquí a Cáceres. Gracias.

Después, María Blázquez nos leyó algunos poemas de una obra en ciernes. Esperemos verla pronto publicada.








3 comentarios:

Mamen Alegre dijo...

Gran tarde.

Gracias Antonio. Maravillosa María.

El resumen de Tino, como siempre, impecable.

Abrazos

María Blázquez dijo...

Un placer charlar con Antonio Burillo, sin duda, un conversador nato.

Tino, mi agradecimiento por tu sensibilidad y tu tiempo a la hora de hablar tan generosamente sobre mi trabajo.

Queridos compañeros, es un lujo compartir mis inquietudes con todos vosotros.

Gracias.
Un abrazo.

Miguel Angel dijo...

Estupendo comentario Tino.
María se ha ganado el respeto de todos nosotros a su trabajo en poesía, con pasión y entrega.
Un abrazo a todos.