Nunca imaginé que pudiera contemplarse la propia vida como si estuvieras en la butaca de un teatro, de un cine, apoyada sobre un malecón.
Jamás se me había ocurrido mirar mi propio destino como si observara caer la lluvia.
Y aunque esa sabia manera de mirar no alivia "ni un tanto así" la pesada carga de adaptarse, reconozco que me tranquiliza elegir, de vez en cuando, al menos, sentarme a observar cómo me equivoco.
Gracias, Mamen, por "Seda".
4 comentarios:
Imagino que hablas del libro regalo de la comida Seda...Interesante. Feliz entrada de año a las dos. Un abrazote
Me alegra mucho Mila que lo hayas disfrutado. La forma de hacerlo, como tú bien dices la elegiste tú. Perdona si no comprendo muy bien el comentario, que aún así es precioso. Mirar el propio destino como el que ve caer la lluvia... Para mí el destino está más allá de lo que vemos, a veces, imagino como puede ser, pero nunca lo veo y cuando es presente ya no es destino, el destino el algo definitivo y la lluvia es un tránsito.
También, y es una forma muy personal de pensar sobre "el destino" cuando vamos por este tránsito no podemos equivocarnos, pues nunca sabremos que hubiera pasado si no nos hubiéramos "equivocado" Solo el destino podría contárnoslo, y el tal destino siempre va por delante como la zanahoria del asno en la rueda.
No hagas mucho caso a lo que digo, tal vez no comprendí nada pero sí haz caso a un abrazo enorme y un beso.
Feliz año Mila, y ya sabes que el culpable de que hayas leído Seda es JM. :D
Eso, eso, que fui yo quién te lo entregó (jejeje), pero me ha encantado vuestros comentarios...¡¡cuanta filosofía y poesía en ellos!!. Gracias por compartir vuestros sentimientos. Besos y que este año no nos derrote (como aparenta)
La vida nunca se equivoca, Bracelli ya lo tenía y yo lo recibí con la esperanza y el misterio que te ofrece cualquier libro desconocido y el resultado ha sido muy satisfactorio. Nos equivocamos nosotros, no el destino.
Bueno, la idea que intento plasmar en el comentario se expresa, casi literalmente en el relato, yo solo he refelxionado sobre ella.
Un beso grande para los dos, Mamen, Bracelli y para Tino por que está ¡siempre! ahí.
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