miércoles, 20 de julio de 2011

Justo después de la muerte

De voces y ruidos la cabeza,
encogido el tiempo,
con el aire escaso, una tras otra y
otra tras una, las campanadas.

Donde ecos usados
se deshacen,
el silencio avanza
entre hebras de voces.

Cansancio por almohada,
humedad vacía,
dolor de huesos
contra el suelo.

Sobre el barro marca
la lluvia el compás,
y en la hora que los niños
juegan, la sangre
se tiñe de silencio.

2 comentarios:

Mamen Alegre dijo...

Me sugiere una estampa que el título ya indica.


Ruidos, voces, campanadas en la cabeza.
Ecos que se deshacen, silencio entre las voces.

Cansancio y pesadez.

Lluvia, sangre y silencio.

Imágenes que trabajan sensaciones.
Creo que los títulos de los poemas son importantes, en este caso, yo, hubiera preferido que este no lo tuviera. :)

M.

Miguel Angel dijo...

Tienes toda la razón y el acierto en tu comentario, gracias, tomaré nota para el futuro.
Un abrazo.