jueves, 7 de julio de 2011

Narciso


En el magnífico blog de un gran poeta, como Ramón Carballal me he encontrado estos versos que tomo prestado para esta palestra de Página 72. Como siempre Ramón consigue emocionar, es una persona sencilla y cercana capaz de sacar fuera todos los fantasmas y darnos lo mejor de su intuición literaria.



A veces soy la conciencia de otro, el que jamás
besa su sombra.¿Por qué en el bosque no hay cristal
de oro ni brillos de nenúfar? Llevo la piel cálida
del designio en mi corona. Un cuerpo como un céfiro
de vocales sin mar, una raíz en mi sol. Ella se recoge
en su extrañeza y habla con la esgrima de la elipse
y el rencor. ¿Qué profecía rasga el tímido manto de un sueño?
Oh dios dame un reflejo de sal, una perla sin noviembres
ni hastío. Algo que renazca en mi sed
como una flor de agua.


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