Nadie me esperaba, a nadie
se lo conté, ninguna mirada
de envidia o deseo.
En la empuñadura una mano,
alrededor del deposito la otra
lo acariciaba y la hacía cómplice
de horas por recorrer.
La mirada dirección norte, bajo el
asiento dos ruedas a velocidad crucero.
Sobre el horizonte, el asfalto
sinuoso y perdido sin fin,
mientras la luz y el tiempo
corrían a mi favor.
5 comentarios:
Ya sabéis,a veces me gusta compartir por compartir, es enriquecedor ver las reacciones, y además a veces siento una emociión especial al compartir. En este caso es un poema que no sugiere, aunque vuelve a tener "la burla al tiempo" como tema central.
Lo mas probable es que lo descarte o que lo transforme completamente.
Abrazos.
Mejor es que todo lo que sientas lo guardes un rato, le des reposo y después vuelvas a él transformando la realidad en metáforas sugerentes que terminan diciendo otra cosa diferente. Ah, y lee poesía, lee a los grandes y a los pequeños...Lee por ejemplo a Luis García Montero es un poeta de lo cotidiano maravilloso.
Este escrito es una historia que tiene más de prosa que de poesía..y lo cuentas todo...deja un espacio para que uno imagine...A pesar de todo no dejes sigue...Un abrazote.
¿Por qué no pruebas con el microrrelato? Muchos de tus poemas tienen una historia pero es cierto que se parecen más ala prosa... Puedes darle ese giro...
Un abrazo Miguel Ángel, y gracias por tu constante afán de compartir.
Un abrazo para los dos.
Me estreno como lectora de tus poemas Miguel Ángel.
La idea de la moto es fantástica. A destacar la imagen de la caricia a la empuñadura y la mirada dirección norte. Hermosas imágenes.
Un abrazo, voy por los demás.
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