martes, 22 de febrero de 2011

El pueblo

Paredes gruesas miman el
silencio, sabanas blancas
abrazan el fresco de la siesta.
Fuera la cal enfrenta al sol,
dentro techos altos hablan
de muchos años ha.
Fuera el sol invade todo,
dentro el tiempo nos abraza,
y los sueños profundos son.

4 comentarios:

María Blázquez dijo...

Es bonita la idea y las sensaciones que quieres transmitir.
Creo que se podría revisar la división de los versos. En mi humilde opinión se leería mejor:
“Paredes gruesas
miman el silencio,
sábanas blancas
abrazan el fresco.” (Quitaría siesta, por la descripción siguiente el lector se ubica en ese momento del día).
O:
“Paredes gruesas miman el silencio,
sábanas blancas abrazan el fresco.”

La otra cuestión es la de la estructura. Quizá quedaría más ordenado (y el final más contundente) si hablases primero de “fuera” y después de “dentro” en lugar de hacerlo alternativamente:
“Fuera
la cal enfrenta al sol
que lo invade todo.
Dentro
los altos techos
hablan de años ha,
el tiempo nos abraza
y los sueños profundos son”.

He usado las mismas expresiones que tú porque solo me estoy refiriendo a la estructura, si usase otras ya no sería tu poema o quizá no diría lo que tú quieres decir, no voy a meterme en el contenido, no obstante, añadiría un “se” a “la cal se enfrenta al sol” y retocaría “los sueños profundos son”. Quedaría más o menos así:

“Paredes gruesas
miman el silencio,
sábanas blancas
abrazan el fresco.
Fuera,
la cal se enfrenta al sol
que lo invade todo.
Dentro,
los altos techos
hablan de años ha,
el tiempo nos abraza,
el sueño es profundo”.


Una bonita idea que da juego, conmueve tu afán por transmitir y compartir, me uno a él.
Un abrazo.

Miguel Angel dijo...

Gracias Maria por tu generoso esfuerzo.
Queda mejor como tú lo has estructurado, a pesar de que a mi me gustan versos más largos. Efectivamente se deduce que es la siesta y no hace falta nombrarla.
Sí dejaría los sueños profundos son, porque intento aludir a soñar, y no sólo a dormir.
Un abrazo.
Si tengo ocasión voy a completarlo con otro que cambia de tercio.
Es cierto que debo de trabajar más mis aportaciones, pero me pasa como a ti, que a veces la emoción me empuja.

María Blázquez dijo...

Si... Pero está bien dejarse llevar, por eso escribimos, no podemos evitarlo.

El tema de tu poema a mí también me evoca sueños pasados y los veranos de mi niñez, tengo escrito algo sobre ello, pero es muy largo y exponerlo aquí no procede.

Un abrazo Miguel Ángel.

faustino lobato dijo...

Pedonad que disienta pero creo que los versos de once suenan mejor que los de cinco o cuatro sílabas. Así, el ritmo que media entre paredes y sábanas no decae. El alejandrino siempre marca mejor el tempo de la frase.

Las paredes miman el silencio,
y abrazadas al fresco, las sábanas.


Evitaría decir fuera y dentro porque es evidente que las situaciones que describen los versos están ahí: fuera y dentro. Así

La cal enfrenta el sol,el tiempo
(gravita) en el techo y en los sueños.

Incluyo sólo gravitar, como algo que le es propio al tiempo que pasa. Seguiría quitando las evidencias de las "sábanas blancas" y la del "sol invandiéndolo todo". La adjetivaciones hacen simple los versos. No siempre convienen. Hay que sugerir, sugerir. Dejar algo para el lector-interlocutor.

Y todo es una pura y dura sugerencia Miguel. Los verso son tuyos. Sigue que vas por el bueno de los caminos. Ah, no te olvides de leer. Esto es másimportante que escribir.
Un abrazote. Tino