Recuerdo, cómo ardía
Santorini en el puerto
de tus labios. Cómo
vibraba la isla entre tus muslos.
Sin secretos, el aceite de
las horas resbalaba,
como luz, sobre el
ecuador de la carne.
Fluía la pasión en nuestra
isla de sábanas
con
olor a siesta en el límite azul del sexo.
Vértigo de
la sangre en la playa del sueño.
Un templo de amor, sin
ritos.
Santorini, memoria del
tiempo detenido
en el roce de las manos
por la cordillera
de tu espalda. Santorini.
Se respiraba
el ácido temblor de
un rap urbano.
Nuestra isla de fuego,
firme en la retina de tus ojos,
y en el centro del alma,
donde te sigo alimentando.
Cuántas tardes de verano,
acuarelas de te-quiero
susurrados a la sombra del
agua.
Santorini, caligrama del
deseo, raíz de una utopía,
palabra mágica.
Nuestro espacio amante,
donde los sueños se
pronunciaban sin
palabras.
Santorini, ahora lejana, sigue
viva en el silencio
3 comentarios:
¡Qué evocador, Tino! Tiene sensualidad y un fino erotismo difícil de transmitir, no sabría hacerlo cualquiera. Me ha encantado.
Abrazo.
subliminal
…explosión volcánica de Amor.
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