jueves, 4 de agosto de 2011

La hija del cazador



A pesar de ser un mes, este de agosto, anodino, incierto, caluroso y de ausencias no quiero reservarme esta entrada para aquellos que acierten a pasar y ver la maestría de Pilar Adón, una madrileña de treinta y nueve años que desde los veintisiete viene siendo reconocida como escritora.

El libro que recomiendo salió en abril de este año, editado por La Bella Varsovia, La hija del cazador.

En este libro, dice Manuel Rico, «nos aguarda un mundo en claroscuro. La niña que es mujer, que se aleja de la casa y se adentra en el bosque. Que busca un universo nuevo e incierto a la vez. Que avanza en pos de la luz que advierte detrás de los árboles. El destino es el propio sendero. Allí las sombras huyen y a la vez acechan, aguarda la ceniza y aguardan las emociones nuevas que son, a su vez, trasunto de las emociones abandonadas.

Amar al padre. Respetar al padre. / Querer ser otra. Vivir y añorar la casa donde vive el pasado y edificar la casa del futuro con la frágil materia del presente.

El libro de lo que huye y se ama y se sueña. De lo que vive y muere. De lo que nos contempla y nos da la espalda. Un poemario intenso, evocador, hecho de los temores y de las extrañezas de una realidad en tránsito
»

Pilar Adón estuvo en el aula Jose María Valverde de Cáceres, el 25 de febrero del año pasado.

En este aula de literatura leyó algunos escritos, entre ellos, poemas como este:
Si pudiera dividirme, y estar aquí y allí.
Bullir ahora y reposar ahora.
Saberme aislada y a la vez custodiada.
Contar con la posibilidad de apelar a un dios benévolo
que me conceda la pretensión de salir y no salir.
Quedarme y no quedarme. Decidir sí y decidir no.
Vagar a solas con una linterna en la mano hacia un hjielo-inagotable-
que se alza hasta los tres metros
mientras recojo mis pies calientes sobre el asiento del sofá
en la ya casi ajena casa familiar que dejé hace siglos,
en una Europa ajedrezada.


Pero la indivisibilidad nos define. Un hombre se pudre en un calabozo
y otro en una oficina.



2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué bien curra La Bella Varsovia. Lo tuve en las manos, la próxima vez me lo llevo.

faustino lobato dijo...

Pues te alegrarás, amigo, te alegrarás. Es una editorial que no está para poetas de "rebajas", como yo...Está hecha para las grandes como Pilar Andón o para un amigo mío que se llama Antolín Amador Corona.
Un abrazote.