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Las hojas escogen el viento que las lleva a la tormenta. Las miro con el apetito creciente de ser la mano que las contenga. En un intento de vuelo el esfuerzo me lleva al principio, cuando el dolor se despereza y es eje, grieta en la que soltar lastre, perfecto hogar de las astillas.
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6 comentarios:
Genial metarrelato donde el viento y el vuelo se hacen coprotagonistas de la ductilidad y fragilidad de las hojas a la interpérie. Todo un conjunto de metáforas vitales que nos plantea el esfuerzo del alma, esa inquietud que le lleva a toparse con la génesis de la otra cara del amor, el dolor. Este existencial, lo colocas en el origen de todo...como un parto.
Precioso.
Gracias Mamen. Estos escritos nos animan a empezar la mañana.
Un abrazo.
Quizá las hojas prefieran volar... En vez de ser mano, ¿a veces no preferirías ser las hojas?
Un abrazo sensible Mamen.
Gracias a ti Tino, por la posibilidad de mostrártelo en este lugar. También por devolverme el ánimo en la mañana que ya es tarde.
Un abrazo. :D
Jo María, claro que me gustaría ser hoja, y flor, y viento, y tantas cosas... imaginar es mi deporte favorito.
Un abrazo cariñoso :)
Pues se te da muy bien, y mejor aún, trasladarlo al papel.
Besos.
Muy bueno, como utilizando concretos e imágenes, nos trasladas conceptos, abstracciones, e imposibles humanos.
Estupendo Mamen.
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