jueves, 5 de enero de 2012

El vuelo de la trinidad


Mas la reina con sangre de sus venas
nutre su llaga y en oculto fuego
consumiéndose va.

(Virgilio, La Eneida, IV)


Toma rumbo la mirada en la carne desnuda

en medio de un bosque de manos aferradas

al vuelo de la trinidad soportado en el brocal

del agua que busca el infierno de la sed;

asida al deseo del fuego

que dobla los cuerpos transidos de pasión;

acariciando la ira de la tierra que alerta

del tiempo.


Gritan los rostros con el velo blanco

del sudor, mientras el amor clava sus dardos

en la piel vestida de miedos.


Y sigue el rito en esa trinidad de la carne desbocada

con la fuerza de un torrente y la fragilidad

del humo, hasta deshacerse en la espalda

de una nube que dibuja risas,

y en los labios

que pronuncian secretos.

4 comentarios:

Mamen Alegre dijo...

Deberíamos ahondar en tu poema como haces tú con todo lo que por aquí cae. Pero se me ocurre que nos expliques sobre lo que has escrito, tierra-agua-fuego.
¿Una trinidad cuyo ritual de fuerza y fragilidad consigue deshacerse en la espalda de una nube que dibuja risas (impresionante) y en labios que pronuncian secretos?

Un secreto a voces: ¡¡¡¡Precioso!!!

Gracias Tino

Trinidad Ródenas Alcón dijo...

Bello poema en su fondo y perfecto en su forma.
Utilizas imágenes que forman parte también de mi último trabajo aún inédito. Gracias y enhorabuena por escribir así.

faustino lobato dijo...

Mira Mamen, primero gracias por tu comentario; segundo, decirte que me resulta complicado explicar el poema que es, valga la comparación, como explicar un chiste. Respecto a estos versos solo te puedo decir que a este triángulo perfecto de los elementos, del agua-fuego-tierra, se le unen los matices del deseo-pasión-tiempo. Estos son componentes de las musas Caliope, Erato y Polimnia donde la elocuencia, la elegía y la retórica nos lleva por esos caminos donde los versos terminan por gritar un poema. Un rito de impulsos (carne desbocada)que nos conduce a la inspiración tan frágil, a veces, que puede hasta desaparecer, como el humo, mientras vas escribiendo. Es así, estos versos terminan por desvelar (apocatastasis)otras realidades, por fingir, sin llegar a la mentira la vida misma.
No sé, creo que me he liado y no te he aclarado nada.
Bueno,en este poema intento decir con metáfora puras las dificultades del escribir.En definitiva, un poema termina en una especie de orgía de los vocablos, en un orgasmo silábico que puede llegar a emocionar. Y ahora sí que la he liado. No sigo.
Un abrazote. Tino

faustino lobato dijo...

Gracias a ti Trinidad. Me alegra que entremos en esa sintonía del metarrelato donde, a veces, la lírica se espesa en un silencio de agua, de fuego o de tierra, donde las formas evitan estrangular el fondo. Complicado cuando no quieres dejarte llevar por las emociones y sin embargo el verso te lleva por esos vericuetos mágicos hasta darte la clave de realidades intangibles.
Un abrazote.
Tino