Ayer
nos reunimos en torno a unos dulces y un café. Tan íntimo era todo que no cabía
hacer fotos para no romper ese equilibrio de lo cercano. La foto la hicimos
cada uno en los gestos que marcaban ese discurrir de la tarde donde la
amabilidad del encuentro permitía que los poemas fluyeran con suavidad. Esta
vez eran los versos de Mamen Alegre.
Sí, la
poética de Mamen tiene ese punto de lo místico que enamora y emociona. Esta nos
presentó poemas sueltos sin la pretensión de darnos un trabajo terminado. Lo dejaba
claro con una indicación en el primer
folio que decía “la importancia del título”. Aquí, después de dos puntos,
anotaba unos cuantos temas algunos de los cuales podría ser el título de un futuro poemario. Uno
de estos títulos que, al menos a mí, llamaba más la atención era el de “Pediré
silencio tres veces”.
Mamen,
leyó, con esa prisa nerviosa de quien quiere modestamente que el "sofocón" termine pero también con la energía propia de una persona, como ella, que sabe
apretar el dolor y sublimar los malos momentos, como expresa uno de sus poema:
Se trata también
de conocer el dolor,
el azote de los algodones helados
el círculo mudo que nos desnuca.
Lo que sugiere la noche, a secas,
y la importancia de la costumbre.
Al recitado le siguieron los comentarios. Siempre es penoso hablar del continente, de las formas estructurales, de comas que sobran y versos con palabras que no tienen sentido cuando el contenido profundo, como el de nuestra tertuliana, exige con urgencia ocupar el centro ce la discusión. De todas maneras, Mamen escuchó con la atención de la alumna que crece y que, como una “esponja”, recoge las mejores indicaciones. Maravillosa actitud, la propia del escritor-escritor. Y es que nuestra tertuliana está siempre dispuesta a recoger las sugerencias de los otros contertulios, "de los que aprendo mucho"- como ella dice- aunque a decir verdad, su humildad nos enseña a todos. Actitudes como estas dan versos como los que siguen:
Ocurrirá,
que el lento fluir de
las palabras
romperá su encierro.
La inquietud de las
luces apagadas
acabará por
encenderse,
como si no hubiera
sido
de otra forma.
Los días pulcros
en ausencia de versos,
trazarán una línea:
La locura.
O el sentirse
agradecida
a las esquinas.
De todos los poemas los que más impactaron fueron aquellos
donde Mamen se deja llevar por la nave de la emoción. Cuánto transmiten poemas
como el que sigue, titulado: Sí, recuerdo la lluvia, cuyos versos se
dejan sentir hasta lo más profundo del alma. Unas estrofas magníficas donde la música del agua
marca el límite del silencio:
A veces, llovía como ahora
de una forma callada
y todo quedaba quieto.
Era una quietud de sueño gastado
un silencio de piernas largas,
un refrescar extraño.
A estas primeras estrofas le
siguieron otras que dibujan el trasunto de otras realidades esas que hace que
los poemas, al menos este, tuvieran ese sentido esencial del metarrelato con un
perfecto desarrollo de los significantes más vitales:
Crecían más las hojas entonces
y cercana a la ventana, la tarde,
abría surcos
para morir en la tierra.
Y es que el agua, en este caso,
se convierte en signo indeleble de lo que se transforma, en la huella de
tiempos mejores donde las palabras dejan de existir porque los silencios y el
sentimiento emocionado ocupan su espacio:
A veces,
llovía como ahora
y después, las habitaciones
eran agua y también los armarios,
y había que dejar
en aquellos momentos
que la vida se hiciera cargo
de la voz enmudecida,
del llanto de las ventanas
hacia adentro.
Los poemas de Mamen dieron para
hablar de muchas cuestiones donde la literatura aparecía como algo más que un
oficio, en la que ella continúa a ser un punto de aprendizaje y crecimiento
personal. Era tanta paz la que transmitieron los poemas de Mamen que no era
difícil apreciar el silencio que, como marcas propias, iban dejando estos
después de leerlos, un silencio tan solemne que es imposible abarcarlo, tan solo se puede intuir sin saber
qué hacer con él, como nuestra poeta expresa en estos versos:
Qué haré entonces con
el silencio
Con la voz perfecta
que anida en la boca
del pez.
Qué haré cuando se
alce
en el borde de este agua,
el alma,
la palabra limpia
que todo lo rompa.
Lo importante, lo que más se
resaltaba de la reunión era esa decidida intención de podar y limpiar el poema.
Importa hacer este ejercicio de poda para que las ramas que resten den buenos
frutos. Y lo más y mejor, que Mamen admitió así como el resto, fue el consejo
de no dispersarse en la idea del poema al escribirlo ya que importa, y mucho,
colocar las palabras escritas al servicio de la idea. Es interesante no
diluirse en el poema.
Así, hubo algunos poemas que
acertaron a marcar las pautas de este crecimiento común al escribir dejando
espacios para el silencio, como este que titula: El silencio número dos y la
mentira
Gotean ojos sobre estas letras, murmullos por encima del silencio
número dos. Es la caída del resto de los intentos, y sobrevivir una derrota
posible. Gotean ojos y el otoño siempre abierto al golpe de aire, teje un cielo
de nailon que miente con la capacidad de mirar sin ver, de hurgar en la herida
que llega, girando como una náusea, a la garganta de quién lee y no conoce la
procedencia de la emoción, la humedad de las lágrimas que pueden ser risueñas o
tal vez mudas, de tan secas que se expresan.
Poemas como este, donde la
estética de lo cierto eleva a otros espacios y los signos de lo cotidiano se
vuelven sublimes. Así es la poética de Mamen un
estar ocultándose para que el ser del gesto tome protagonismo. Así, lo dejan patente estos versos:
Se trata
de esconder los ojos
ante el hosco oleaje
de algunos días.
Luego,
hay que girar
lentamente
hacia la pared
anteriormente besada,
para comprobar
lo que del beso ha quedado.
La tertulia
terminó en ese no finalizar que deja latente el deseo del volver a vernos, como lo será, si nada ni nadie lo impide, el primer viernes después de las
vacaciones de Navidad.
La lectura del
trabajo de Mamen no impidió hablar de ese cotidiano que a todos nos embarga y
nos mantiene vivos, de las alegrías, como las de Manuel Romero por tener a su
hermana fuera de peligro después de un ictus y por los frutos que está dando la
renovación de su empresa editorial, "la editorial profesional en línea" una de las mejores empresas para publicar libros on-line del
momento.
3 comentarios:
De alguna forma, estuve con vosotros.
Os quiero.
Abrazos mil.
Otros miles para ti y tu familia. Tino
No sé si tomar distancia también de lo que comentas Tino. Me abruma lo que leo y en cierta medida, pienso que pesa. Como debe de pesarte a ti el saco de gracias que llevas a cuestas. :)
Abrazos María, guapa.
Abrazos querido Tino.
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