viernes, 28 de diciembre de 2012

Sobre la tierra

Agradece a la llama su luz, pero no olvides 
el pie del candil que paciente la sostiene. 
                         (Rabindranath Tagore)

Asirme a la tierra
y que el viento no se lleve
la párvula certidumbre
o su vaivén huracanado
desmorone lo construido.

Alerta sobre los pies,
que me mantienen consciente
en la lámpara de las horas.

                                               
     

5 comentarios:

José Manuel Vivas dijo...

Estupendo el poema Mila, bien traído el verso de Tagore, y bien construida tu propia luminiscencia...

Mamen Alegre dijo...

La imprescindible consciencia.

El poema se me antoja delicado y volátil aunque creo que representa la firmeza al ser conscientes del suelo que nos sostiene. ¿Será porque no es tan sólido como queremos creer? Yo no lo sé sólo sé que me atrapan tus letras Mila.

:)

Mila dijo...

Gracias por leerme y ser capaces de verme en el poema. Bss

faustino lobato dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
faustino lobato dijo...

Ya la mística de Tagore nos lleva a otros paisajes donde solo el oriente puede desvelarnos "lo otro" a simple vista escondido. Por este motivo, los versos del filósofo-poeta Rabindranath nos llevan hacia el misterio, hacía el ser al "absconditas", a lo escondido en lo profundo que de forma gratuita aflora en los versos del poema que luego se construye.

Lo construido es un poema con dos magníficas estrofas donde los versos iniciales marcan la tonalidad de lo que se comunica.
Así, en los versos iniciales la actitud personal del ASIRME revela ese sentimiento escondido, esas voluntad, de no perder nada de lo vivido. Asirme, dice el yo poético para subrayar más ese sentido de lo firme, de lo seguro.
Luego, esa actitud se complementa con el, también, inicio de la segunda estrofa "alerta los pies". Desde que el ser humano empezó a serlo el bipedismo marcó definitivamente su hecho de pensar, de crear. Por eso estar de pie, mantenernos de pie, hace que nuestra razón, el alma para algunos, desarrolle nuestro "deimon" (genio). Lo mejor es que la poeta duplica ese hecho de estar de pie con la actitud vigilante de la palabra "alerta".
La segunda estrofa termina con el sentido de la temporalidad de la que se es consciente. Como no. Es con el sentido de lo temporal que pasa, como el yo literario termina este metarrelato de lo vivo. En el poema el tiempo se hace llama, contenida en esa metáfora "lámpara de la horas". Magnífica esta expresión, digna del Bahgavadita,donde el fuego es tiempo sin tiempo. Muy bien traída esta metáfora de la fugacidad, porque las horas son frágiles, como la llama en una lámpara y aunque pasen siempre dejan su huella.
Gracias Mila, gracias poeta, por este recorrido del instante donde el ser toma posiciones, elige. Pienso que es una bonita versión del "carpe diem".
Gracias, un placer leer tus instantes vitales convertidos en versos.

Un abrazote. Tino