De aquella primavera
guardo una flor dormida.
Tan pródiga en aromas,
tan frágil, tan pequeña,
y entre tus dedos libre.
Aquella flor,
que en tu jardín fue lirio,
sembró mi frente de pétalos caídos:
cada momento en ti,
cada fiesta de abril de tu alegría,
cada suspiro lento de tu voz,
son pétalos marchitos que caen como la tarde
o es mi voz que te nombra.
Permanece la flor en cada pétalo.
Sobre mi frente luce cual corona de ninfas,
sobre mi pelo duerme,
al arrullo de un canto que amanece sosegado en tu oído,
al cimbreo doliente de los tallos de los lirios de abril,
lirios que fueron
mes de mayo en los días,
hoy,
solo una flor que mece la música callada,
solo una flor dormida.
(Del poemario "Horas Caídas")
2 comentarios:
Preciosos estos versos. Cómo tengo ganas de que lleguen las vacaciones para dedicarme a la lectura y comentar como "il faut".
un abrazote
Gracias, Tino, por tus alentadoras palabras.
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