miércoles, 13 de abril de 2011

Cuando lo femenino habla. Un dialogo con Irene Sánchez Carrón.




El día uno de este mes de abril tuvimos la Tertulia de Página 72 habitual de todos los primeros viernes. Esta vez hemos tratado el monográfico de la primera parte con Irene Sánchez Carrón.

Qué decir de ella que ya no esté dicho, en cuanto a su bibliografía, sin embargo sí hay que decir bastante de su humanidad y cercanía. En el diálogo, que los tertulianos tuvimos con ella, la sencillez fue la protagonista de todo favoreciendo así la conversación distendiday por supuesto el respeto y libertad de expresión, como notas dominantes.

Maravilloso encuentro con nuestra amiga poeta, que nunca agradeceremos lo suficiente por este su querer estar con nosotros, animándonos en la andadura, todavía incipiente, de Página 72.
Para evitar extenderme sin necesidad quiero argumentar mi agradecimiento a Irene trayendo a esta palestra del blog algunas de las cuestiones que se abordaron.




De entrada, todos partíamos de la lectura de su obra “Ningún mensaje nuevo” un poemario donde Irene retomando la voz de María Zambrano (pg.9) en su cita inicial, sitúa su libro en el marco de la cotidianidad y del tiempo aceptado, como dice la filósofa-poeta.

Así,los tertulianos la abordamos preguntándole por el hilo conductor de esta obra. Ante esto Irene respondió que éste poemario era diferente a los anteriores, entre otras cosas porque el yo poético está situado en una mujer. Es la historia de una mujer, situada en diferentes lugares desde un bar hasta la biblioteca, donde la emoción, las sensaciones y los deseos, se ponen a flor de piel. Así,en este decir de lo femenino justifica las múltiples citas de poetisas la mayoría de ellas sudamericanas, voces como las de Ángela Figuera (pag,.14); Concha Méndez( pag.17) Juana de Ibarbourou>(pag.31), Ana Rossetti (pag.37); Ada Salas (pag58) ; Bebe >(pag 40).




Después de mucho conversar se le indicó que los poemas tenían facturas situacionales diferentes a lo que Irene respondió que efectivamente este poemario no se escribió de golpe, y responde a momentos diferentes de la cotidianidad. Lo interesante fue esa labor de “bolillos” de ir armonizando todo. Y la complejidad llegó cuando, una vez terminado el poemario, hubo de escoger un título que aglutinara todo. Se tomó del título de uno de los poemas de la sección central donde la realidad interior es arropada por esa otra visión de lo exterior. En este poema, que da título a la obra, el esquema argumenal se desenvuelve en esa metafísica propia del mensaje que hace que la emoción se vaya expresando en una entrecortada anáfora de un “comprobar los mensaje sin ver ningún mensaje nuevo”. Resumiendo, Irene comentó que esto de titular poemas o poemarios es algo laborioso ya que el titulo puede decirlo todo o no decir nada y es importante saberlo elegir.



En otro de los momentos de la reunión, un tertuliano subrayó la forma que tiene el poemario de hablar de ese tener “mariposas en el estómago”, del amor, que no es fácil de escribir, y que en su entender estaban maravillosamente. A este respecto basta mirar La declaración de amor o Amor de biblioteca >(pag.34-35) para comprobarlo. En el último de los poemas citados Irene, a través de términos técnicos, escribe sobre lo amatorio trazando los perfiles de la ilusión y la exageración como notas de unos sonidos paradójicos propios del amor quedando claro que es una poeta, una fingidora, como dice Pessoa:

Sólo sé hacer poemas,
llenarte los armarios de quimeras, de hipérboles,
alimentarte el alma de aliteraciones,
poner todo perdido de rimas asonantes
y transformar tu vida con multitud de hipérbatos
.”

Ningún mensaje nuevo, con sus treinta y cuatro poemas, es una de las obras más conseguidas de Irene. Basta dar un “paseo” por esas tres secciones, en las que se divide el poemario, para comprobar los sentimientos comunes.

Irene insistió en la tertulia que las situaciones de este poemario son recreaciones, ficción, aunque, por supuesto, algunas de ellas coinciden con la realidad. Este mirar "más allá" tiene que ir emocionando, ya que de eso se trata al comunicar, de mover al lector hacia otra realidad apenas perceptible. Irene aclara que muchos de los poemas están dedicados a personas concretas de su entorno y que, por motivos de estética, los ha colocado al final del libro. De esta forma evita dar una idea de poemas ubicados en parcelas acotadas. Se trata de dar una visión armónica, de conjunto.





A lo largo del diálogo se le preguntó su opinión sobre el verso rimado dado que esta obra está construida sobre el verso blanco. Nuestra poeta comentó, con ese sentido común que le caracteriza, que este trabajo suyo, como cualquiera de los anteriores,desarrollados en una estructura de versos libres no era indicativo de anclarse en una forma ya que, para ella, todas las formas y estilos son válidos. Tan interesante, dijo, es hacer un soneto como escribir un romance porque lo que importa, por encima de todo, ya sea rimado, en forma de soneto o de verso blanco, es que el poema se entienda, que proyecte una idea, que genere sensaciones y que, en definitiva, comunique y emocione. Hay que escribir sabiendo dónde se está.
Irene, con esa forma didáctica que tiene al comentar las cosas habló, también, de la inspiración, de ese enfrentarse ante el abismo del papel en blanco, y comentó que todo sirve como fuente de inspiración, las historias cotidianas, las preguntas de sus propios hijos, las canciones, todo sirve hasta los momentos más insospechados. Y por supuesto, remató la poeta, lo más importante es leer. Comentó que esto es lo que había hecho desde su infancia, allí, perdida en Navaconcejo (Cáceres, en el valle del Jerte, donde los libros eran rarezas propias de pocas personas, entre las que había que contar a su abuela. Este gusto por los libros lo expresa en este último poemario. Un poema de esa infancia, vivida y sentida, le sirve para describir las calles y la escena del parvulario donde empezó a mirar y a reconocer ese punto oculto de las cosas:

España limita al norte con el mar Cantábrico
y alguien te clava espigas
en el jersey de lana
”.

Para terminar, simplemente decir expresando el sentimiento del resto de compañeros/as tertulianos/as que nunca olvidaremos este encuentro . Un encuentro donde cada uno creció un poco más en humanidad al lado de esta mujer, de esta escritora de historias en clave poética, de esta descubridora de esperas, de “ahoras” gozosos, de “Carpem diem”, de esta contadora de lunas, de desencuentros y ausencias. Gracias Irene, mil gracias por acompañarnos. Nunca hemos apreciado tanto ese tener a alguien, como ella y, en esta ocasión, nos hubiera gustado acortar la distancia que hay de Badajoz a Cáceres.




Después, Irene siguió en la segunda parte y esta vez compartiendo el ejercicio de taller y critica literaria. En este encuentro era nuestra María Blázquez la que traía sus creaciones, poemas recién horneados dispuestos a ser “triturados” por el resto, aunque esta vez no hubo ocasión paa ello. Los poemas pertenecen a un poemario inédito titulado: "La ciudad no se esconde”. Después que María leyó los once poemas escritos en verso libre, comenzó la discusión de cada uno de ellos. Fuera de algunos comentarios críticos la mayoría coincidiamos en comprobar su crecimiento, su madurez en este arte de escribir. Por cirtar algunos retomo el titulado “Demodé” donde las secuencias se funden de forma extraordinaria. Así:

No quiero escribir poemas de amor
hoy me he dado cuenta;
hago lo imposible por evitarlo.

El murmullo de la calle
Y la lluvia sobre el asfalto
Ensordecen mis oídos.


Filosofía, Historia, Fe
o sobre el tránsito.
Todo me sirve para huir del corazón.

Tú,
Leve pájaro,
Levantas el vuelo
En desamor.


¿Acaso el amor está demodé?
Todo calla
por la falta de tu aria.


Quizás soy yo,
que he agotado mis reservas
después de haber escrito tanto.

Y lo único que escucho
son los gritos de mi sombra
que te llaman sin descanso.


Este intercalar secuencias donde la grafía forma parte del entramado formal es interesante. De esta manera, importa tener en cuenta las estrofas escritas en bastardillas para apreciar versos con un eco de lo lírico y de lo místico donde el “murmullo” inicia la procesión de los ruidos en “crecendo” y elestablece un diálogo espiritual en un “levantas el vuelo” que habla de las ausencias para terminar en un sentimiento profundo de lo amatorio en el que sólo se escuchan “los gritos de mi sombra”. Magnífica construcción que provoca emociones.

Entre otras cuestiones se resaltó de María su forma de crear palabras nuevas , como “Lluvinta”, de lluvia y tinta, para hablar de lo escrito en esos momentos en los que la lluvia invita al recogimiento y a permanecer en el rincón cálido de la casa para expresar sentimientos íntimos. En uno de sus poemas este intimismo se resalta en versos como los que siguen:

Te escribo desde el rincón
Donde solo te escribo a ti,
Sobre un folio verdiseco
Que recuerda tus ojos cuando llueve.”


De nuestra tertuliana se valoró el empleo de elementos “metaliterarios” como los de esta estrofa:

Escribir
en una falsa alborada
es robarle versos a la noche.


Enhorabuena María por tu disponibilidad a pesar de los contratiempos laborales y por tu humildad en este compartir tus creaciones. Y doblemente enhorabuena por tu pronto enlace matrimonial. En nombre de todos te deseamos a ti, y tu marido, lo mejor. Felicidades.

3 comentarios:

María Blázquez dijo...

Tino... Gracias... Por todo. Por tu tiempo, tu entrega a este grupo que ya sentimos tan nuestro, y por tu generosa valoración de mi intervención.

Un abrazo

José Manuel Vivas dijo...

Me sumo al agradecimiento y reconocimiento de tu labor, Tino, de nuevo enhorabuena y gracias...

faustino lobato dijo...

Gracias también a vosotros y al resto de tertulianos porque sois parte fundamental de este grupo. El éxito es de todos, cada uno pone aquello que tiene y puede y esto es importante para que sigamos creciendo. Los inicios, que siempre son difíciles, aquí entre todos los suavizamos. Un abrazo María y Jose.
Hasta el próximo viernes.