viernes, 4 de septiembre de 2015

Crecer con y desde los otros.




            

















Crecemos cuando estamos cerca de personas que tienen capacidad para mirar allí donde otros no son capaces de ver. Por eso doy las gracias a esos amigos que, de vez en cuando, me enseñan a crecer desde el silencio de la palabra escrita. Nunca me he sentido tan a gusto entre literatos y literaturas como cuando estoy con ellos en la, ya para cinco años, tertulia Página 72. Por esto mismo gracias: 





a Trinidad Rodenas  por ese mirar bajo la piel del agua. Con ella aprendí a emocionarme desde unos versos que me acercan a la orilla de otra luz.

Milagrosa Ortega, una mujer de un golpe, de mirada directa, de palabra segura y sonora.

Mamen Alegrela poesía tras la piel, la ternura andante, la elegancia de la palabra por decir.

a María Blázquez por ser una buscadora empedernida del vocablo oculto, desde la mirada de un pintor ciego contándonos crónica que hacen hablar a las gárgolas.

Pilar Mateos, por sus silencios que son más solemnes que las propias palabras, por sus palabras siempre sencillas que invitan al obsequioso silencio.

Patrocinio Sayago y a su marido, a Fernando, y a su hijo Ernesto. Gracias a ellos porque, de vez en cuando, nos traen la ilusión de querer seguir a pesar de las distancias.

a Jose Manuel Vivas    por ser ese amigo cercano donde los gestos superan a las palabras en un trayecto memorable de vidas.

a Manuel Romero Higes, siempre ahí, aunque ahora esté allí. Un sabio. Alguien que sorprende.  

a Antonio Castro Sánchez por ser como es, ecuánime, sincero, directo sin ambages. Un amigo y un hermano.

 a Plácido Ramírez , un poeta de la tierra, un soñador, la inquietud con “patas”.

Gracias a Jose Manuel Sito Lerate, otro poeta de raza, de los grandes, de los que están ahí en ese sueño del soneto bien construido.

a Manuel (Mansilla)Salitre por esa parte del no que no es más que rebeldía ante lo de siempre, por ser auténtico,por ser un tipo directo y legal donde los haya.

a Dani Villa,  por ese saber estar en esas vueltas que da la vida, por su esfuerzo de siempre querer aprender y por este motivo a enseñarnos esa parte de lo sencillo en el esfuerzo de cada día.

a Juan Antonio Rincón, siempre atento, siempre a la escucha, que sabe más de lo que habla.

a Juan Miguel, porque cuando viene nos deja su impronta de lo mejor aprendido.



A los recién integrados:
              Manuel Muñoz del Rey por sus aportes desde el saber escuchar.
             Jose Manuel Martín Portales por regalarnos su experiencia de escritor al servicio de todos 

a todos los que pasaron por nuestras vidas y siguen estando muy presentes:
          A Jose Enrique Campillo, un sabio de pies a cabeza, un señor, un hombre bueno, una palabra siempre a punto.
           A Miguel Angel Navarro, que nos dio su entusiasmo y que siempre tendrá su lugar entre nosotros.
          A Fran Ignacio Mendoza, que nos sigue y está presente.
          A Celso que duró entre nosotros lo que una enfermedad canalla le permitió estar.



Gracias a los que nos visitaron y durante dos horas nos dejaron lo mejor de ellos: 

       Manuel Pecellin, Ana María Castillo, Irene Sánchez Carrón, Jose María Cumbreño, Paco Espada, Rufino Feliz Morillón, Maribel tena García, Benedicte, Jose Manuel Diez, Ramón Perez Parejo, Jose Manuel Martin Portales

Gracias a todos los que nunca vinieron y no nos enteremos de cuanto nos podrían haber ayudado.

Gracias a los que vendrán.




2 comentarios:

Mamen Alegre dijo...

Gracias a ti grande entre los grandes.

Eres la base, el engrudo, la templanza, el orden y nuestro gran amigo.

María Blázquez dijo...

Madre mía, Tino, no lo había leído... ¡Qué desagradecimiento que esto no obtenga respuesta! Y, a ti, ¿cómo definirte? POETA, AMIGO, COMPAÑERO... "El verbo oculto" de la sensibilidad.

Un abrazo fuerte.