martes, 8 de julio de 2014

"La poesía ha vuelto y yo no tengo la culpa".

                   Este verano he recibido el nuevo libro de  Alberto Basterrechea, Batania o Neorrabioso ( su tercer nombre): "La poesía ha vuelto y yo no tengo la culpa" dedicado por él mismo. Un honor. Me vinieron a la mente aquellos días en los que él, igual que otros, participábamos en el ya extinto foro Libertad 8.  Y Batania siempre levantaba ampollas.






                         Batania en su blog comenta que "en este libro, aparte de los setenta y cinco poemas, aparecen treinta y seis pintadas seleccionadas entre un total de 433 que han decorado / lucido / manchado las paredes de Madrid desde mediados de 2008. La mayoría de ellas se encontraron en la zona de Vallecas, Portazgo, Nueva Numancia, Puente de Vallecas, Pacífico, Atocha, Príncipe Pío, Lavapiés, Malasaña, Noviciado y Argüelles. El aerosol con el que fueron efectuadas es el Pinty Plus, el mismo que se puede comprar por 2´20 euros en cualquier tienda de chinos madrileña. 
Todas las pintadas aparecieron en lugares públicos: se entiende que los bancos, las multinacionales y las grandes superficies son también lugares públicos, al menos en el contradiccionario neorrabioso. 
No se adjuntan las calles exactas porque la mayoría de ellas han sido borradas por las brigadas de limpieza, como se puede comprobar en una de las imágenes. La autoría de estas pintadas, que en la mayor parte de los casos están extraídas de versos de mis poemas, sigue sin aclararse.




                  Del blog de Batania se dice en Km77.com que en él "cuenta sus inicios en la poesía, en los que recibió diferentes críticas acerca de la agresividad de sus escritos, «demasiado violentos para ser entendidos en una democracia». «Escribes demasiado rabioso» le decían.

                  Habla Neorrabioso  de su padre, que ya murió; de las mujeres que ha querido: Iratxe, Natalia. De cuando su madre le quemó sus balones de fútbol para que se le quitasen los pájaros de la cabeza, sin darse cuenta de que los pájaros en la cabeza eran lo más verdadero que él poseía.


 Habla de literatura y escribe, por supuesto, sus poemas, de los que extrae los versos que pinta por las paredes, unos versos con los que quiere llegar a los vecinos del barrio (el carnicero, la modista), aquellas personas que no suelen comprar libros de poesía."




                   Conforme vaya leyendo esta Antología "de caballos" iré publicando, en este medio, los comentarios.



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