martes, 3 de diciembre de 2013

Geometría de la Soledad. Miguel Angel Navarro.

                  

              El día 8 de noviembre, después del puente de los Santos, se tuvo la segunda reunión de Página 72. Una reunión a la que asistí después de un alta hospitalaria por haber tenido una intervención de arritmia. La amabilidad y generosidad de Antonio Castro hizo posible que estuviera para escuchar a Miguel Ángel Navarro que nos exponía su proyecto de novela Geometría de la Soledad.

                    En el Cajón de Sastre inicial una tertulina  propuso que para cerrar la tertulia, además de un aforismo, podría leerse un poema corto de algunos de los tertulianos. Además, se presentaron algunos de los libros para llevar. Esto es algo que puede resultar interesante una vez que se coja la mecánica de llevar un libro de interés para leer y devolver al mes siguiente.

                   Comenzó Miguel Ángel presentando su novela Geometría de la soledad. De esta hizo algunas anotaciones de interés. Entre otros asuntos, habló que con esta obra, su pretensión inicial era la de ampliar la novela del año anterior. Sin embargo, comprobó- según él-que la novela había tomado otro sesgo, ya que el personaje que se le apareció, le fue dando ideas, unas veces desordenadas y otras caóticas. De esta forma, nuestro tertuliano describió su particular modo, azaroso-aventurero, de escribir. Para él es el personaje el que le va marcando las pautas de la trama a desarrollar; como un a modo de genio-musa que le lleva por los vericuetos del enredo.


                    Los contertulios iniciaron su ronda de comentarios subrayando el valor de Miguel Ángel en este oficio de escribir. Es complicado, se dijo, hilvanar ideas y plasmarlas en el papel como nuestro tertuliano lo está haciendo. Se anotó también que en esta entrega de nuestro novel escritor había aspectos interesantes y arriesgados. Para la mayoría de los tertulianos, de esta obra en ciernes lo más relevante es el final.

                    Según la opinión general- esta novela da para otras novelas. Así, por ejemplo, hay aspectos de la obra, como las referidas al tema sexual que podrían ampliarse. Es el caso de unas secuencias con Magda, uno de los personajes, donde se dice de ella que le atraía lo indecoroso, todo lo permitido a los hombres en la sociedad de su época le atraía, el vino verdejo color caña que bebía su marido, fumar, andar desnuda por la casa y verse reflejada en un espejo del pasillo cuando iba de un cuarto a otro. Era atrevida, y aunque al principio simplemente se dejaba poseer por su marido, con el paso de los años fue encontrando nuevas opciones.” Este trozo, con posibilidad de ampliarse en un capitulo donde la sexualidad femenina desborde. No hace falta ser Gala para, como él, meterse en el pellejo de una mujer al modo de la Pasión turca.

                 “Nuestro autor, dijo un tertuliano, es un “pozo de sondeo” donde hay muchas cosas interesantes que hay que decantar”. En realidad, y en eso coincidimos todos, estamos asistiendo al proceso de un escritor que cada vez más sorprende. La tenacidad de Miguel Ángel le está haciendo progresar en la buena dirección. De esta manera se observa que en esta entrega hay mucha más naturalidad en los diálogos que en los escritos anteriores. Con esta obra, nuestro novelista en ciernes, sigue las pautas que él mismo indica en esta obra: Aunque no lo creamos todos tenemos una estructura de pensamientos (metafóricos). Somos (la) especie que relaciona ideas, aparentemente inconexas, para visualizar una realidad que a primera vista se nos escapa. De hecho, la mayoría de las palabras no se originaron por onomatopeyas sino por casualidades musicales y relaciones metafóricas.

                      Para nuestro autor escribir es algo divertido con todos los riesgos que supone hacerlo. Este comentario sirvió para hablar del elemento disciplinar que la propia escritura impone, que -según algunos- no siempre es divertido.En este sentido se anotó que merece la pena diferenciar entre el divertimento mientras se escribe y el respeto al lector que después va a ver el trabajo hecho. Es importante la disciplina y la técnica aunque estas se conviertan en un potro de tortura” necesario. 

                  En resumen, agradecemos la valentía de Miguel Angel al presentarnos esta obra Geometría de la soledad por que desde ella nos hizo entrar a todos en una discusión donde el hecho de escribir es un trabajo que conlleva una cierta fatiga, como expresa en sus páginas finales: “Por fin, agotada se quitó guantes y vestido, se aseó un poco en la pila y se puso su camiseta preferida con la que acudió a sentarse sin fuerzas frente a la pared.” Nuestro tertuliano en su próxima entrega,  nos seguirá sorprendiendo gratamente. Su obra, después de un trabajo concienzudo será, como expresa en boca de la protagonista de la novela, “ (la envidia de los dioses) que anhelan la intensidad de lo efímero...".

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