viernes, 18 de mayo de 2012

Quitar máscaras



Cuando en la confusión levantamos catedrales
y el color lo camuflamos con matices,
el cielo y la tierra es lo mismo;
el hombre vale el interés de un político,
al menor movimiento se le condena 
y a los verdugos se les premia.

Cuando la existencia es una máscara y el indígena
un Lázaro derrotado y apostamos por la infidelidad
como un logro moderno y el fuego sirve para no ver 
las cenizas del horror.

Cuando los silencios roban el vuelo de los ángeles
y empaquetamos la luz para venderla y el paisaje
deja de serlo y la ternura una broma de colección,
el engaño un guía para turistas despistados 
y la bondad una fábula, el egoísmo un valor.


Quién es Picasso y quién el que llegó en patera;
qué es el agua de trasvase y qué la ambición embotellada.
Cómo es la vida y cómo la suerte en la sangre de quien llegó
al olor del pan huyendo de la condena a morir.
Dónde está el norte, dónde enterramos el sur
Por qué mezclamos los crápulas con los santos y bendecimos
la traición sin distinguir la apariencia de la verdad
ni la paja del grano.


Quitemos mascaras para ver la cara oculta de la luna,
las llagas del niño basurero, el hambre del coral,
la huella desquiciada de la coca.
Todo es blanco o negro y el próximo un espejo donde mirarse.

Seré el tirano cuando me callo ante los cepos y las bombas lapas,
cuando permito que la justicia sea refugio de intolerantes,
cuando no dejo que amanezca en el dolor de los sin voz.

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