Me hiere retirar tu almohada cuando no estás;
el vacío se desviste en silencio,
la luz no hace juegos sobre la cama
sino curvas de sueño
que me derrotan más que el propio día.
Me hiere la firmeza de tu almohada
si la dejo en su sitio;
la carencia de arrugas no delata tu forma,
donde soy nave abandonada a ti.
Mi cuerpo se prolonga en tanto espacio,
donde empequeñezco cuando me abrazas.
Robo para mí, tu huella en la almohada.
María Blázquez
1 comentario:
Bien María. Gracias por compartir. Ya hablamos de estos versos que, como pequeños relatos, nos acercan a tu alma de poeta.
Un abrazote.
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