Hace casi un mes, el sábado 9 de
mayo, tuvimos la penúltima reunión de este curso. Esta vez la tertulia de Página 72 tenía el color de la ternura
y la asertividad. Este es el color emocional de nuestra tertuliana Milagrosa Ortega, escritora de
raigambre. La cita tenía como referencia la publicación de su poemario,
Álgebra esencial, por la Editora Regional.
Antes de que Mila nos introdujera en esta “joya”
de libro, tuvimos el consabido Cajón de Sastre.
Nuestra tertuliana se alegraba
porque el libro estaba ya aquí después de haber superado multitud de etapas, entre otras la de la duda. En este hecho de la publicación Mila pasó revista a
algunas personas que, de una forma u otra, le ayudaron a afrontar el hecho
mismo de escribir poesía. Escribir en este género era un sueño que ahora se había hecho realidad.
El libro viene a ser no una
declaración de intenciones sino un
testimonio de vida. Mila alude a este hecho del testimonio en el sentido
lato de la palabra, más allá de su connotación religiosa. En realidad el
vocablo griego martyría= testimonio,
nos lleva a bucear en el compromiso
y es esto lo que nuestra tertuliana nos manifestó respecto del escribir poesía.
Testimonio de vida es lo que va exponiendo en esas tres partes del poemario. Y así, de esta manera, nuestra poeta
nos fue indicando el sentido de cada una
de ellas:
-En la primera parte se recogen pequeños “tesoros” para deleite del
lector. Cada poema, con la relevancia de la primera persona, recoge el fruto de
episodios pasados.
-En la segunda parte, dirigida a un tú lírico, se ofrecen los versos en
tonos imperativos.
- Ya en la tercera y última parte, se habla del poeta, de la lucha, del
sufrimiento propio de la creación- de la martyría-.
Aquí se tiene un recurso, el del teatro. El poeta, otros personajes, otros
escenarios, hasta conseguir el poema.
El poemario tiene ese título, de Algebra esencial porque el planteamiento viene a ser como la
propia palabra árabe al-ŷabr indica:
recomposición y esta se consigue con la
combinación de ciertos elementos. Jugar con expresiones matemáticas con la
propuesta de resolución de cuestiones. De esta forma: en la primera parte es
clara esa Resolución de la expresión para t=0 teniendo en cuenta la
dedicatoria; en la segunda parte, con un contenido cargado de anáforas, el
título Polinomio de ritos viene a ser como un planteamiento similar al
de la aritmética de las sumas y restas, en un
intento de resolver problemas; y en la tercera parte, luz
exponencial, es esa misma luz la que se multiplica y expande en manos
del poeta. Y así, nuestra tertuliana, fue desgranando esos elementos de la
estructura que alberga el contenido, con unos versos que plantean más allá de
los simplemente figurados.
Mila continúo ahora deteniéndose
en cada parte y leyendo unos poemas.
Así, dijo, en la primera parte, el yo literario tiende a explanar lo
existencial. “No quiero cargar al hombre con los males de la humanidad”-dijo.
Subrayo que estos poemas se notaba ese tránsito vital, que ella misma, como
escritora había sufrido: del determinismo de las palabras al azar de las
emociones. Nuestra tertuliana lee unos poemas resaltando que estos no tienen
título solo horas que entre las dos primeras partes componen las veinticuatro horas
(lectura):
07:48
Qué luz puede acudir sin rebelión
a punto de ultimarse el viaje,
tras ungirnos los óleos
de todos los dioses olvidados,
por cuanto nos impusieron.
Es una losa universal la que nos
amamanta
con este espeso discurrir,
manoseada la tarde.
Siempre las dudas y los hombres.
13: 44
Cuándo no ha estado el hombre indefenso
Suspendido en el hueco abismal
Que se le acerca cada noche
Y de su sola respiración en la penumbra.
Cuándo dejó de ser cadencia
sutil
Que lo mantiene en el aire de sus castillos.
Cuándo no ha sido antifaz o escudo
Para albergar los fracasos de
otros.
Cuándo no, solo.
Los poemas están en ese contexto
donde la temporalidad es importante y algunos lo resaltan de manera especial
como este (lectura):
19:09
Demasiado enfermizo lo que me rodea
Salir indemne, intentar que el agua
no escape entre los dedos.
Cambiar el destino como si fuéramos dioses
obligados a permanecer
arrogantes,
superar las costumbres de
predicar en el vacío
y ser pacientes hasta la anestesia.
Reclamo el derecho a la
negación
y caer en el abismo,
llamo a la contemplación de la duda
el incendio glorioso de todas las banderas.
No hay más liturgia que este
momento
preciso.
No hay más respuesta que este instante.
único.
Hay poemas que tras su expresión
literaria se puede encontrar referencias personales en las que la emoción lo
abarca todo.
En la segunda parte se habla al
lector. Es el tú directo en los espacios anafóricos y con el verbo de los
versos en infinitivo. Así dice este poema (lectura):
03:23
Saber mirar
los colores impúdicos
las formas melancólicas,
situarse, tomar distancia.
Saber mirar
antes del título, detrás del epilogo,
los espacios vacíos,
entre las líneas de su boca,
en el ángulo del pubis
por la cerradura de una incógnita.
Saber mirar
los puntos suspensivos,
cuando todo se deja en el aire
y alguien se va dando un portazo,
advertir el peso de un pronombre,
la densidad de un verbo.
Saber mirar
los errores voluntarios,
las cicatrices que dejan las palabras,
sus faltas de ortografía,
las torpezas que te hacen hombre,
el hambre que es inteligente.
En la segunda parte, dijo nuestra escritora, son importante, los gestos, como aparecen en el
siguiente poema que, también lee. En este
poema se ha permitido-comenta- ciertas
licencias literarias, como esta de la prosa poética. Algunos de estos
gestos son recuerdos de la infancia,
mensajes, en definitiva, que –a nivel literario- se han trabajado mucho:
13:40
Convives
con la ingratitud de la almohada
que no sabe abrazarte,
con la intransigencia del guarda
que te aleja del césped
y con la brevedad de los ocasos.
Convives
con la incomprensión de los
tontos,
las discusiones de los ignorantes
y la estupidez de los soberbios,
con la pureza de los yogurts light,
los sinsabores del pavo en finas
lonchas
y las bajas calorías de los
idearios.
Convives
con la crueldad del frio en
enero,
la locura de los ebrios,
con la penetrante luz de agosto
y la ingenuidad de los idiotas.
Convives
contigo mismo
y con el muchacho que recoge del
suelo
una nota manuscrita,
la lista de la compra con un
dibujo infantil
que traspasa una flecha.
Con la tercera parte, comenta Mila, se abre el mensaje a una tercera persona que no es otra que el
propio poeta. La carga es existencial,
donde la reflexión gira sobre el hecho de aceptar la equivocación. El equivocarse no corrompe al hombre y a veces, la necesidad de aceptar la
equivocación aligera la carga negativa que este hecho conlleva. Al respecto, leyó
un poema, este situado en la madrugada:
03:10
El extraño que sigue al epílogo
lo habita como un gusano de día y de noche
que es siempre insomnio.
Confunde la realidad con los actores
y en su memoria le hace aún más vulnerable,
un triste despierto.
No lo hiere el crepúsculo,
lo corrompe el amanecer
porque le exige seguir equivocándose.
A veces, lo
importante no es acertar sino admitir el fracaso en el camino. Nuestra tertuliana
hizo aquí un excurso, sobre el hecho de haber frenado su producción literaria,
por motivos que ahorro decir en estas líneas. Al final, el tiempo ha puesto
todo en su sitio.
Mila sigue leyendo unos versos de madrugadas
04: 38
Desconoce el último capítulo
y cómo reaccionará a las indicaciones.
Ese tono es inapropiado.
Ahora los pasos tras el fondo
y un mutis que no viene a cuento.
Se hace la luz exponencial.
Este verso es el que le da nombre
a la tercera parte.
Mila
fue interrumpida por los tertulianos cuando terminó de leer un poema donde se
resalta la dignidad de la persona en un contexto de crueldad y piedad.
Los versos finales dicen:
08:16
…
La dignidad es un matiz oculto,
Resquicio por el que no queremos que se cuele
Nada de nosotros.
Se hizo referencia a la película Múnich. Todos somos crueles, se comentó, y
esta depende también de las circunstancias. Es más fácil asumir que no somos
crueles- dijo nuestra poeta- y no admitir que somos crueles. La muerte nunca es
igual de un lado que de otro. Crueldad y piedad, a veces, se mezclan. A este
respecto, se aludió a otra película Despedidas
donde, también, la dignidad no está en el que muere sino en quien prepara al
muerto.
En el poemario son importante los micro-relatos, una licencia en el
conjunto de la obra-dice Mila-. Estos hacen
alusión al cotidiano. De algunos de ellos extraigo algunos versos:
En la primera parte relata este
gesto cotidiano de la gran ciudad:
11:01
Unas manos me entregan el billete
El descanso rebosa por su
sonrisa,
Cautiva enmudece tras el cristal
Es invierno ahí fuera.
En la segunda parte, de un hecho terrible:
04:12
Apacible y contemplativo
El sendero te invita a pensar
Juan José se quitó la vida,
Echo el pestillo de la puerta
Y nunca estuvo tan solo.
…
Estaba muerto al acostarse la
noche antes,
Muerto al hacer el amor con su
esposa,…
En la tercera parte puede ser un
sueño, ¿una pesadilla?
01:42
…
Tras competir con los minutos
Entre visiones fantasmales
Halla en el cajetín de las
máquinas de refresco
Un montón de monedas.
También defeca fuera de un
retrete
Antiguo y oxidado.
Despierta.
Una vez terminada la lectura de
poemas, las preguntas no se hicieron esperar. Y ante cuestiones como el tiempo
de la creación, nuestra poeta poeta comentó: “no siempre escribo cuando quiero, intento madurar las ideas mentalmente
y cuando tengo claro lo que quiero decir, lo anoto”. En realidad tengo poco tiempo-confesó-. Tengo una casa, familia, y estos son
importantes por eso la musa puede venir “pelando patatas”. En definitiva,
su forma de hacer ha sido comentada por otros autores y críticos del ámbito literario,
como Mila relató. Refiriéndose a su
escribir en sitios impensables, a recitar en lugares que no se lo hubiera propuesto,
la llamaron “activista cultural”.
Se elogió largamente esta
creación de Algebra esencial. Con lo que no se estaba de acuerdo era con el
prólogo. Este no le hace ningún favor a la obra y menos a la autora. Este libro, es fácil de leer, es tierno y dice
de forma asertiva lo que otros no se atreven a decir: Eximir al hombre de la
culpa. Toda la traza de los versos nos lleva a un realismo moderado que obvia
la tristeza.
Una vez hecho, este elogio se
invitó a Mila, cariñosamente, a seguir escribiendo poesía, a publicar cosas bellas
como esta. Junto a este hecho de la creación se aprecia el gran poder que nuestra tertuliana tiene de comunicación.
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