El
sábado diez de enero tuvo lugar nuestra primera tertulia de este recién
estrenado 2015. Echamos de menos a algunos compañeros y compañeras que por
motivos, todos ellos justificados, no pudieron asistir a la tertulia. Evocando
a las fiestas navideñas que acababan de finalizar decoramos la mesa con un
bonito mantel sobre el que pusimos variadas golosinas que dieron un toque de
dulzura, a la frescura y hermosura de los poemas que nuestro querido compañero Faustino
Lobato nos presentó.
Tino
nos justificó su obra “El adjetivo
secreto del agua”, que surgió de la recopilación de los poemas que
anteriormente había publicado en su blog haciendo comentarios a fotos publicadas en el blog de Carlos Rivero (fotógrafo pacense) sobre el Guadiana. Según nuestro compañero sus poemas son “flases” de reflexión que surgen ante
algunas fotografías de Carlos. E n este momento, el poemario es un ensayo
enigmático que busca el equilibrio y en el que podemos encontrar algunos
elementos del exterior. El poeta enmarca la inspiración y el sentido a sus
poemas en la frase de Heráclito, constituyendo el mismo un elogio a dicho
filósofo griego: “Todo fluye, todo
cambia, nada permanece”. Tino divide dicha frase y crea cada una de las
tres partes en las que coloca sus poemas. Las páginas que están en letra
cursiva, así como la repetición de algunas palabras como fluir, están hechas a
propósito. Estas vienen a ser como puntos de reflexión desde los propios
versos.
Tino
nos propuso la lectura colectiva de su obra y al término de la misma tuvo lugar
el debate en torno a los siguientes temas: Intimismo y trascendentalismo en la
poesía de nuestro tertuliano.
La
poesía de Tino es muy intimista, reflexiva y trascendental. Se le valora su capacidad
para sacar partido a su introspección. Todos coincidimos en que es un poemario
muy completo y conseguido con hondura y profundidad. Se le sugiere que vuelva a
enviarnos el poemario con las fotos que, en un principio, ilustraron y
sirvieron de inspiración a sus poemas. Tino se compromete a ello.
El
título cumple el objetivo de fluir, aunque según algunos tertulianos Tino
debería trabajar más sobre este aspecto. Algunos tertulianos aprecian en el
título el elemento amatorio: El río se enamora de todo lo que se encuentra a su
paso, y al igual que las personas no somos capaces de poner nombre a todo lo
que amamos, el río tampoco encuentra cómo describir todas las sensaciones que
provocan su viaje interior.
Aunque
este es un poemario con una temática, aparentemente específica, como es la del
agua, este va más allá. El agua, dijo el autor, es sinónimo de fragilidad, pero
al mismo tiempo de fuerza y vida. El autor utiliza la paradoja con mucho estilo
con el objetivo de provocar al lector. Un ejemplo de ello lo podemos encontrar
en el poema de “Santorini”, con el verso de “un templo de amor sin ritos”. La
inspiración en Santorini, le viene de un documental que Tino ha visto sobre el
erotismo espiritual versus erotismo carnal. Él busca provocar en sus versos el
erotismo en el sentido platónico de la palabra.
Su
división en tres partes es un aspecto que gusta a todos y todas. La última
parte desvela el intimismo. Se resalta su ritmo interior, la cadencia, la
simbología lírica, lo cuidadas de sus palabras y metáforas y la fuerza que las
preguntas otorgan a algunos de sus versos. Utiliza un lenguaje poético y
tremendamente sensible.
Cada día
estreno luz en el borde
de las
márgenes; sigo por la delgada línea
del
pulso; sueño con la fuerza que desvela
el calor
del Paraíso.
Se
debate en la tertulia sobre lo apropiado de algunos términos como el de “tocón”
o “Santorini”. Tino nos explica que este último significa explosión volcánica. Es
un lugar al que uno siempre recurre y él lo interpreta como el que bloquea un
río.
Arde Santorini en el puerto de tus labios.
Vibra la isla entre tus muslos. Sin secretos,
el aceite se derrama, como luz,
sobre el ecuador de la carne.
Isla de sábanas y almohadones, olor
a siesta en el límite azul del sexo.
Vértigo de la sangre en la playa fálica
del sueño. Fluir de la pasión.
Santorini, memoria del tiempo detenido
en el roce de las manos por la cordillera
de tu espalda. Santorini. Se respira
el ácido temblor de un rap callejero.
Isla de fuego, firme en la retina de tus
ojos,
y en el centro del espejo, donde te alimento.
Tarde de julio, acuarela de palabras,
susurros a la sombra del agua.
Santorini, caligrama del deseo,
raíz de una utopía, palabra mágica.
Un espacio amante donde los sueños
se pronuncian
sin palabras. Santorini
un
templo de amor sin ritos.
Se
resaltan imágenes por su gran belleza, como los versos que se exponen a
continuación:
Paralelas,
puntos a la misma distancia
que no
se encuentran nunca aunque
se
prolonguen hasta el infinito.
Quién podrá detener esta corriente que arrastra la
luz
hacia aquel horizonte de aguas verticales.
Qué fuerza será capaz de frenar el misterio
de este paisaje ante el reflejo del viento.
Cómo descubrir el lenguaje de las hojas
que pasan recados al sol ante el temblor del alma.
El paisaje discurre con la levedad de un murmullo.
Y se hace canción bajo la carne del agua.
Cierro
los ojos.
Desde
estas líneas agradecemos a Tino el que nos haya presentado esta magnífica obra.
Una vez finalizado el debate despedimos la tertulia con el tradicional champán de nuestra querida compañera Trinidad Ródenas y de otros liquidos generosos y exquisiteces que los otros tertulianos trajeron y que agradaron a nuestros paladares. Fue una mañana muy agradable caracterizada por el encanto, simpatía y armonía que caracterizan a nuestros encuentros mensuales.
Una vez finalizado el debate despedimos la tertulia con el tradicional champán de nuestra querida compañera Trinidad Ródenas y de otros liquidos generosos y exquisiteces que los otros tertulianos trajeron y que agradaron a nuestros paladares. Fue una mañana muy agradable caracterizada por el encanto, simpatía y armonía que caracterizan a nuestros encuentros mensuales.
Texto de Juan Antonio Rincón.
Fotos de paisajes: Carlos Rivero
Fotos de paisajes: Carlos Rivero
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