domingo, 28 de abril de 2013

Pácido Ramirez en la tertulia de abril.



         El segundo viernes de abril, los tertulianos de Página 72 estuvimos hablando de literaturas y formas literarias aprovechando la presentación que Plácido Ramirez Carrillo hacía de un poemario “Este lugar al sol donde escribir” que está todavía trabajando. Esta obra, inédita, que nuestro tertuliano presentaba a la discusión de los concurrentes ha recibido, como proyecto, la Beca para la creación de la Junta, hoy Gobierno de Extremadura.




         Plácido comenzó explicándonos el sentido de este trabajo. Subrayó que este poemario es “un conjunto de pequeños poemas a modo de viaje poético por plazas y rincones del recuerdo, diálogos cercanos con el padre ausente, para que no haya olvido...”

           En el poemario hay otra intencionalidad, según declaró nuestro tertuliano, y es “servir de homenaje a ese gran poeta recientemente desaparecido, Ángel Campos Pámpano”. De él recoge nuestro autor unos versos para iniciar no solo algunos de sus poemas, sino también el título. Plácido, empleando el segundo verso de una estrofa del poeta de San Vicente, titulará su trabajo, "Este lugar al sol donde escribir ”:


                       …Concededme siquiera este refugio
                     este lugar al sol donde escribir”.

             Nuestro autor anota que el inicio de estos poemas se encuentra en la celebración de la navidad del 2009 cuando en el entorno familiar recuerda a su padre.

                    Estoy tan solo sin ti, padre
                    que voy abrochando los recuerdos...


          En principio fueron doce poemas que poco a poco se fueron engrosando. Versos que le han ido sirviendo de plataforma para que la memoria le lleve a aquellos momentos en los que sumar:

                    silencios largos,
                   nostalgias y ausencias.


           Será, esa parte de la memoria la que le lleva a recordar los momentos dramáticos de la emigración, cuando su padre tuvo que salir para Alemania:

                            Y luego llegó aquella madrugada gris
de aquel invierno frío.
La maleta de la tristeza en el andén
y tu partida para Alemania
como tantos hombres rotos.

           Con los poemas Placido repasa esas situaciones difíciles de su infancia; y de forma especial aquellos momentos vividos en Madrid. Con todo, la pretensión de nuestro autor es establecer un diálogo con el padre que ahora, por desgracia, está definitivamente ausente.
                               ...
                            Otra vez navegan los recuerdos,
y amanecen, haciéndose nombre,
y caricia, y acento nuevo.


            Y así, siguiendo esta traza del recuerdo, en la mayoría de los poemas, los versos finales estarán marcados por la contundente tristeza de la ausencia:
Y vuelvo a mirar tu retrato
y lloro,
mientras silbo.


             Para algunos de los tertulianos, la sencillez ambiciosa de los poemas de Plácido, llevan a sumar la delicadeza de quien recuerda otros momentos mejores, aunque estos tenga esa cadencia de la costumbre sin caer en el costumbrismo.

           A Plácido un autor, ya avezado en estas lides de la versificación, no le faltan capacidades para seguir trabajando en este poemario haciendo que el hilo conductor, el diálogo con el padre, se plasme con fuerza, como lo expresa esta estrofa:

              Ven conmigo, que nos llega la lluvia
               y se hace el silencio.


          Plácido tiene ese don, ese saber plasmar el sentimiento, el afecto, y el entusiasmo. Por ello, este prometedor poemario “Este lugar al sol donde escribir”, que generosamente llevó a la mesa de la tertulia, verá un día la luz cargado de esfuerzo, de trabajo y dedicación. Importa releer los poemas de los que surgen :

                                    …mil colores en las ventanas

y en cada mirada.




              Es probable que nuestra autor, como todos aquellos que se dedican al oficio de ordenar palabras y poemas, entre en su “ bosque de metáforas” para podar versos. Si lo hace merecerá la pena, porque este es un poemario interesante. Seguro que el resultado será, como siempre, feliz. Importa traer a colación aquel magnífico libro “Ensayo de la metáfora” donde nuestro autor recuerda aquellos tiempos de la gran ciudad:


                        Tras un feliz diagnóstico
                         esposa y madre sonríen.
                         ...
                      Asoma al balcón de la ciudad
                      la risa de un mediodía claro.


                     Circulo familiar que busca
                    los secretos del día.
                   Inmóvil suspira la tarde
                  atenta en este Madrid que se derrama.


         Placido, este “poeta de la tierra” , sigue ahondando en las emociones evitando así “pasar de puntillas” por ellas y saltar por encima de ellas como si estuviera haciendo “periodismo emocional” porque, y él lo sabe, este movimiento interior nos empuja a lo mejor y el poemario lo merece.


      En este libro se contiene una buena historia, la traza seductora que no se duda Plácido está tratando en esa “cocina” de su particular verso. El poemario, “Este lugar al sol donde escribir”, tiene todos esos elementos capaces de cautivar desde las pinceladas del recuerdo y las ausencias que nuestro tertuliano, trabajador incansable, deja. Y son esos aspectos de la emoción y los sueños, los que Placido recoge en la linea de sus poemas, los que propician algo diferente. Así lo expresa cuando, al final de este trabajo en ciernes, dice:

                     Ya sé padre, que quisiste soñar
                  para nosotros
                 un alba limpio y claro...


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