Ajolá. Esta era la palabra clave, el título del trabajo de Sandro Crespo en la última tertulia de Página 72. Con esta palabra, dejada por Manuel en una de las entradas del blog, nos decía que esta reunión en el campo (La Rabaza del Castro) era para él “una tertulia especial” y que por tanto “se merecía algo especial” y sigue anotando que “hasta ahí podía escribir” para terminar diciendo que iba a “dejar nuestras mentes —"ajolá" que maliciosas—recreasen mil lucubraciones. Esperad lo peor, aún os queda una semana para sufrirme”. Y efectivamente, pasó la semana y este día nueve, sábado, después de una comida “protoalentejana”, donde la “fritanga” y la caldereta, el “frango” y el “bacalhau” hicieron nuestras delicias, nos presentó este escrito.
Ajolá (El bagaje de una noche) es un trabajo sobre el impass que le provoca al escritor la página en blanco. El autor, Sandro Crespo. Un Sandro poeta que a las 00,01 “intenta elaborar una trama” y que después del segundo café de las 2,17 muy próximo a las 3,00 “ni una página…que llevarse de zambra por el caos de su argumento”. Más tarde terminará escenificando lo que no escribe. A las 5,22 solo consigue un tiritritán para terminar depresivo y casi tirando la toalla mientras murmura a las 7,37 que “quizá no sea poeta”. Pero a esta hora “Sandro rompe a escribir”, a lo mejor es por haber admitido su fragilidad, su nada. ¿Por qué será que cuando admitimos nuestro ser de fragilidades resurge la metáfora en el alma? ¿No será que al ser-poético le cuesta que lo encasillen? El caso es que este Sandro, escritor de formas particulares, siente que esta noche de vigilia es la “noche más intensa que jamás ha vivido”
“Ojalá que muchas noches sean como esta noche; y
que sean contigo.
Sandro escribe.” Y después de una dedicatoria
donde el devenir es devenido y en un eterno retorno puramente niezstcheano,
donde el instante es pura vitalidad, Sandro escribe tres poemas.
Después de la exposición de Manuel Romero Higes, vinieron los
comentarios, los sesudos, sensibles y maravillosos comentarios que, desde la
cordialidad y el respeto, se suelen hacer en esta joven tertulia de Página 72. Pasadas dos horas se dio por terminada la discusión y algunos, antes que los contraluces raianos confundieran los árboles con el arrullo de las lechuzas, volvieron a Badajoz.
Para otros, la fiesta nos duró, con los acordes de Manu Salitre, hasta las once. En este momento, con dolor, dejamos La Rabaza del Castro. Inolvidable este día. La memoria de las cosas felices la ha colocado en los estantes de favoritos.
Pasó este día y la tertulia Página 72 ya ha cumplido su año tercero. Ojalá y sigamos cumpliendo muchos más. Ajolá (Alá nos bendiga)
Para otros, la fiesta nos duró, con los acordes de Manu Salitre, hasta las once. En este momento, con dolor, dejamos La Rabaza del Castro. Inolvidable este día. La memoria de las cosas felices la ha colocado en los estantes de favoritos.
Pasó este día y la tertulia Página 72 ya ha cumplido su año tercero. Ojalá y sigamos cumpliendo muchos más. Ajolá (Alá nos bendiga)
Vaya, desde este rincón del blog, mis más sinceras
gracias a todos y cada uno de los componentes por haber hecho de este día último
de la reunión un día especial. Por esto retomo parte del correo personal que anoche les enviaba, como secretario, a cada uno de los tertulian@s:
Gracias a Antonio Castro y a Mari por su disponibilidad y por
dejarnos patear por el territorio de su casa. Gracias a los dos por la
paciencia que tuvisteis con todos hasta el último momento. Los más
pesados nos fuimos cerca de las once, hasta ese instante habíamos estado
seducidos por el "guitarrista" Salitre. Gracias Manu por tu forma de ser.
Quiero agradecer a mi mujer, a Gema,
acompañada después de Mari-la de Castro- el que se fuera con los niños al río
mientras nosotros escuchábamos el trabajo de Manuel Romero Higes. Por cierto un
buen trabajo. Gracias Manuel porque nos diste el desvelo y la vigilia de
una noche creativa. Ajolá merece su comentario aparte.
Gracias Miguel Angel por ti y por llevarnos a tu hijo
Miguel, espero que la próxima vez venga Margarita y la niña, que espero esté ya
recuperada.
Gracias, María Blázquez y Pepe, por venir y por esos hijos
vuestros, Antonio-un tesoro-Rebeca, Martín y Esteban, que fueron, junto con el
de Miguel, ese punto humano y espontáneo, alegre y jovial en un encuentro
de adultos. Aunque, a decir verdad a nosotros, y sobre todo a algunos, no le
faltó este valor de la jovialidad.
Qué sorpresa contigo, JoséEnrique Campillo, sabía de tu ciencia pero no de tus chistes,
secundados por los de ManuSalitre y José ManuelVivas. Gracias a vosotros por darnos esos puntos de risas que siempre
vienen bien, porque son como las matabichos del estrés.
Gracias a Fátima, la mujer de José M.
Vivas, por acompañarnos.
Gracias Mila por ese toque siempre sereno en las
reuniones, haces que éstas tomen un punto de equilibrio interesante.
Y como no, gracias a Dani por hacer hueco en su estudio de
fin de curso y concedernos todo el día. Reitero mi enhorabuena por el
entusiasmo que pones en todo lo que hacemos.
Gracias amigos, gracias por todo lo
que me aportáis, porque este
día, repito, he crecido, como persona, un poco más.
Bueno, me olvidaba de Duna, la perra
de la casa: genial, maravillosa...en muchos momentos me recordó a nuestra gata
Lola que, por cierto, mientras os escribo me mira, sin mirarme, con cara de
interesante.
Siempre serán recordados lo que no
asistieron por motivos personales: Trini,
Mamen, Sito, Plácido y Juan Ramón. Gracias
a ellos por avisar y por estar, aunque no físicamente.
Un
abrazote para todos y hasta el próximo año.
2 comentarios:
Gracias a ti, por darle perpetuidad con tus palabras, aunque el día sobreviva con fuerza en nuestros corazones.
¡Un abrazo, amigos!
Así fueron las cosas y así nos la contó el amigo Faustino...
Gracias por lo vivido, lo compartido y lo gratamente humano...
Abrazos en todas las direcciones.
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