lunes, 11 de junio de 2012

Ajolá y La Rabaza del Castro.



Ajolá. Esta era la palabra clave, el título del trabajo de Sandro Crespo en la última tertulia de Página 72. Con esta palabra, dejada por Manuel en una de las entradas del blog, nos decía que esta reunión en el campo (La Rabaza del Castro) era para él “una tertulia especial y que por tanto  “se merecía algo especialy sigue anotando que hasta ahí podía escribirpara terminar diciendo que iba a “dejar  nuestras mentes —"ajolá" que maliciosas—recreasen mil lucubraciones. Esperad lo peor, aún os queda una semana para sufrirme”. Y efectivamente, pasó la semana y este día nueve, sábado, después de una comida “protoalentejana, donde la “fritanga” y la caldereta, el “frango” y el “bacalhau” hicieron nuestras delicias, nos presentó este escrito.

Ajolá (El bagaje de una noche) es un trabajo sobre el impass que le  provoca al escritor la página en blanco. El autor, Sandro Crespo. Un Sandro poeta que a las 00,01 “intenta elaborar una trama” y que después del segundo café de las 2,17 muy próximo a las 3,00 “ni una página…que llevarse de zambra por el caos de su argumento”. Más tarde terminará escenificando lo que no escribe. A las 5,22 solo consigue un tiritritán para terminar depresivo y casi tirando la toalla mientras murmura a las 7,37 que “quizá no sea poeta”. Pero a esta hora “Sandro rompe a escribir”, a lo mejor es por haber admitido su fragilidad, su nada. ¿Por qué será que cuando admitimos nuestro ser de fragilidades resurge la metáfora en el alma? ¿No será que al ser-poético le cuesta que lo encasillen? El caso es que este Sandro, escritor de formas particulares, siente que esta noche de vigilia es la “noche más intensa que jamás ha vivido



Ojalá que muchas noches sean como esta noche; y que sean contigo.

Sandro escribe.” Y después de una dedicatoria donde el devenir es devenido y en un eterno retorno puramente niezstcheano, donde el instante es pura vitalidad, Sandro escribe tres poemas.




Después de la exposición de Manuel Romero Higes, vinieron los comentarios, los sesudos, sensibles y maravillosos comentarios que, desde la cordialidad y el respeto, se suelen hacer en esta joven tertulia de Página 72. Pasadas dos horas se dio por terminada la discusión y algunos, antes que los contraluces raianos confundieran los árboles con el arrullo de las lechuzas, volvieron a Badajoz. 


Para otros, la fiesta nos duró, con los acordes de Manu Salitre, hasta las once. En este momento, con dolor, dejamos La Rabaza del Castro. Inolvidable este día. La memoria de las cosas felices la ha colocado en los estantes de favoritos.


Pasó este día y la tertulia Página 72 ya ha cumplido su año tercero. Ojalá y sigamos cumpliendo muchos más. Ajolá (Alá nos bendiga)

Vaya, desde este rincón del blog, mis más sinceras gracias a todos y cada uno de los componentes por haber hecho de este día último de la reunión un día especial. Por esto retomo parte del correo personal que  anoche les enviaba, como secretario, a cada uno de los tertulian@s:

Gracias a Antonio Castro y a Mari por su disponibilidad y por dejarnos patear por el territorio de su casa. Gracias a los dos por la paciencia que tuvisteis con todos  hasta el último momento. Los más pesados nos fuimos cerca de las once, hasta ese instante habíamos estado seducidos por el "guitarrista" Salitre. Gracias Manu por tu forma de ser.  
Quiero agradecer a mi mujer, a Gema, acompañada después de Mari-la de Castro- el que se fuera con los niños al río mientras nosotros escuchábamos el trabajo de Manuel Romero Higes. Por cierto un buen trabajo. Gracias Manuel porque nos diste el desvelo y la vigilia de una noche creativa. Ajolá merece su comentario aparte.
Gracias Miguel Angel por ti y por llevarnos a tu hijo Miguel, espero que la próxima vez venga Margarita y la niña, que espero esté ya recuperada. 
Gracias, María Blázquez y Pepe, por venir y por esos hijos vuestros, Antonio-un tesoro-Rebeca, Martín y Esteban, que fueron, junto con el de Miguel, ese punto humano y espontáneo, alegre y jovial en un encuentro de adultos. Aunque, a decir verdad a nosotros, y sobre todo a algunos, no le faltó este valor de la jovialidad. 
Qué sorpresa contigo, JoséEnrique Campillosabía de tu ciencia pero no de tus chistes, secundados por los de ManuSalitre y José ManuelVivas. Gracias a vosotros por darnos esos puntos de risas que siempre vienen bien, porque son como las matabichos del estrés. 
Gracias a Fátima, la mujer de José M. Vivas, por acompañarnos.
Gracias Mila por ese toque siempre sereno en las reuniones, haces que éstas tomen un punto de equilibrio interesante. 
Y como no, gracias a Dani por hacer hueco en su estudio de fin de curso y concedernos todo el día. Reitero mi enhorabuena por el entusiasmo que pones en todo lo que hacemos. 
Gracias amigos, gracias por todo lo que me aportáis, porque este día, repito, he crecido, como persona, un poco más. 
Bueno, me olvidaba de Duna, la perra de la casa: genial, maravillosa...en muchos momentos me recordó a nuestra gata Lola que, por cierto, mientras os escribo me mira, sin mirarme, con cara de interesante.
Siempre serán recordados lo que no asistieron por motivos personales: Trini, Mamen, Sito, Plácido y Juan Ramón. Gracias a ellos por avisar y por estar, aunque no físicamente. 
Un abrazote para todos y hasta el próximo año.



2 comentarios:

María Blázquez dijo...

Gracias a ti, por darle perpetuidad con tus palabras, aunque el día sobreviva con fuerza en nuestros corazones.

¡Un abrazo, amigos!

José Manuel Vivas dijo...

Así fueron las cosas y así nos la contó el amigo Faustino...

Gracias por lo vivido, lo compartido y lo gratamente humano...

Abrazos en todas las direcciones.