miércoles, 30 de marzo de 2011

Mención especial



A nuestro contertulio de Página 72 Manuel Romero Higes, le han concedido una mención especial en el Concurso Nacional de Relatos de la Asociación de Mujeres Progresistas. Felicidades Manuel. Ya nos leeras a nosotros el relato.
Manuel se une a la ya galardonana tertuliana María Blazquez por sus poemas.
¡Ánimo al grupo!

martes, 29 de marzo de 2011


El próximo viernes día 1 de abril tendremos de nuevo la Tertulia .Esta vez viene, para dialogar con nosotros, Irene Sánchez Carrón. Todos los contertulios hemos tomado, como punto de `partida el poemario "Nigún mensaje nuevo", XII premio internacional de poesá Antoio Machado en Baeza" publicado en Hiperión.

Después, seguiremos creciendo, en esto de las letras, con algunos poemas inéditos de nuestra María Blázquez.

La hora, la de siempre, a las siete de la tarde, las seis del antiguo horario, en el Ateneo de Agustina de Aragón.

lunes, 28 de marzo de 2011

Ortotipoemario (~)

Quítatelo todo (...)

Yo me quedaré
                 aquí,                                             a una distancia "prudente"

Comiéndome una manzana ( ´ )

E  s  p  e  r  á  n  d  o  t  e  ,

s  f  i  n  o
 u  r  e  d  .

.sadlapse eD

domingo, 27 de marzo de 2011

Portas / Puertas



Anoche tuve la ocasión de ver Puertas la nuevas producción de Axpress-Arte, el grupo profesional de teatro de Campo Maoir que dirige María Lamas y Jão Custódio.
La puesta en escena se ha hecho en el especial día del teatro y en el marco del VII encuentro de Teatro que se desarrolla en Campomaior. Este gran equipo de profesionales de las artes escénicas ha tomado una obra del escritor pacense Juan García Sánchez, traducida para la ocasión por Jão Custódio.

La obra recuerda aquellas cuestiones existenciales del teatro de los años sesenta donde Samuel Bequett y su "Esperado a Godot" marcaban la visión de las vanguardias. En esta obra se aborda el tema de las elecciones personales y de como estas pueden influir o no en el futuro.

Para comprender un poco lo que la pieza tetral aborda, vale la sinopsis hecha desde el mismo grupo que la ha puesto en escena:
¿Y si un día se llegase a un punto del camino donde tener que confrontar con la necesidad de entrar por una o varias puertas para poder continuar o vivir?

¿Quién está al otro lado de la puerta? ¿Qué sigue? ¿Será la puerta verdadera? ¿Elegimos solos?
La vida de cada uno está construida de etapas, de elecciones, de decisiones tomadas en momentos claves. ¿Los caminos elegidos, en detrimento de otros, pueden alterar por completo nuestro recorrido e incluso nuestro destino final? Esta es la duda que nos asalta a todos. Los actos del pasado influyen en el presente.

lunes, 21 de marzo de 2011

Heme aquí




Antes de que acabe el día internacional de la poesía y siguiendo el consejo de Jose Manuel quiero traer a esta palestra un poema de Sofia de Mello:


Heme aquí
habiéndome despojado de todos mis mantos
habiéndome apartado de adivinos magos y dioses
para quedarme sola ante el silencio
ante el silencio y el esplendor de tu rostro
mas tú eres de todos los ausentes el ausente
ni tu hombro me sostiene ni tu mano me roza
mi corazón desciende las escalas del templo que no habitas
y tu encuentro
son llanuras y llanuras de silencio
oscura es la noche
oscura y transparente
mas tu rostro está allende el tiempo opaco
y no habito los jardines de tu silencio
porque tú eres de todos los ausentes el ausente.

Día Mundial de la Poesía (nada más y nada menos)

Hoy, 21 de marzo de 2012, se celebra el día mundial de la poesía. Algo que, concretamente, debería celebrarse todos los días, al menos de lunes a viernes, que luego está el fin de semana y hay que descansar un poco de todo (incluso de la literatura).

Se me ocurre que para celebrarlo en esta nuestra tertulia/blog podríamos escribir aquí algún poema propio o ajeno. Yo empiezo con algo de mi cosecha. Animaros.

En la verdad sobrevive un denso pesar,
el oscuro rincón de una falsedad obscena,
la rabia enjuta del embustero que sobrepone
a su convulsivo engaño
la proeza de no mentir por esta vez,
y sin que sirva de precedente.

jueves, 17 de marzo de 2011

Pensaba regalártelo

Pensaba regalártelo y no escuché,
en la red vimos fotos, desde un foro
leímos comentarios, a lo lejos
vídeos anunciaban maravillas entre
olas de arena blanca. Pensaba
regalártelo y no acerté.
Hoy estamos en la agencia, con pósters
y revistas del viaje, a la vuelta
desde el mando junto al sofá
pasaríamos nuestras vidas.
Más esta tarde cruzaremos
la puesta juntando las manos,
pensaba regalártelo y me
equivoqué porque si tú quieres
para siempre seremos presente.

“Silencios encontrados”



Hace un día el cartero me ha sorprendido con este envío de “Silencios encontrados”, una nueva entrega del proyecto POESIA EN LA DISTANCIA que tan magistralmente dirigen Pedro Javier Martín Pedrós y Lupe García Araya.
Pedro Javier tuvo la generosidad de pedirme la colaboración para este nuevo texto y tengo que decir que, además de ser un honor, ha sido algo divertido e interesante ya que se trataba de construir un poema con otro escritor en la distancia guardando ciertos ritmos de versificación libre.
Esta Antología, como las anteriores, se divide en dos partes: En la primera, aparecen los poemas que se han ido construyendo en la distancia; y en la segunda, se da cuenta de todos los escritores participantes incluyéndose tres poemas inéditos de cada uno de ellos.
En la primera parte de este libro, “Silencios encontrados”, he participado en varios poemas en común: el primero (pág.13) he continuado los primeros versos de Arantza Semprún , una profesora del IES Samaniego de Vitoria-Gasteiz perteneciente al grupo Poetas sin generación; el segundo poema (pág. 23), con los versos iniciales de mi autoría, he tenido la suerte de compartirlo con mi paisana Lupe García Araya iniciadora, junto con Pedro Javier, de este proyecto “Poesía en la distancia”.
Desde aquí vaya mis mejores deseos para estas dos mujeres con las que comparto la mesa de la palabra en la distancia, unos silencios contemplados en el eco de unos versos, en el vaivén de horizontes comunes que decontruye la distancia para construir una casa común: el poema compartido.
Gracias nuevamente a Pedro Javier Martín por hacerme participe de estos silencios poéticos, de estos sueño de poetas.

Retomo uno de los tres poemas inéditos con los que he colaborado en la segunda parte del poemario:

INSTANTES
Compró la tarde
y las prisas.

Quería descansar
en la corteza de sus brazos,
seguir la corriente de los labios
y grabar por los rincones
la magia
del deseo.


martes, 15 de marzo de 2011

Requiem por el Nautilus


Último día de navegación, 12’00 horas.
No importan las coordenadas.

El Nautilus se hunde.
Nos inundamos por momentos, los mecanismos del submarino fallan y la luz no llega a la profundidad en la que nos encontramos. Somos testigos de cómo la oscuridad lo invade todo, poco a poco. La tripulación ha puesto en marcha todos los planes de emergencia previstos, pero ninguno funciona, la nave no responde. Todos corren de un lado a otro con el desorden propio del pánico, buscan desesperados la grieta por donde creen que está entrando el agua.
A medida que avanza la sombra también avanza el caos. Nadie mira ya por nadie, la amistad parece haber huido hacia la superficie y los años de convivencia no pesan lo suficiente frente a la muerte. Se están deshumanizando al ritmo del hundimiento, venderían su alma al diablo a cambio de una burbuja de oxígeno que les diese tres minutos más para encontrar la forma de salvar el pellejo, o, sencillamente, tres minutos más.

Yo también tengo miedo, pero no busco la grieta, no existe, lo sé.
He visto el alma del Nautilus, está cansada. La búsqueda de misterios o el logro de secretas proezas han dejado de alimentar su existencia. Las vidas que alberga no las siente como propias, sino como simples células envejecidas que controlan su destino y le obligan a seguir navegando, a respirar para ellas. Es más humano que máquina, le pesa el tiempo y la soledad.
La nave se deshace como un castillo de arena al subir la marea. Se diluye, muda, en este páramo de agua.

A lo largo de estos años el Nautilus y yo hemos vivido en íntima comunión. Cuando caminaba por los pasillos notaba su compañía, pero, a medida que pasaba el tiempo, esa presencia se hizo más fuerte, hasta un punto en que llegué a sentir la necesidad de consultarle interiormente mis decisiones a la hora de manejarle, percibía una creciente humanidad que buscaba hacerse un hueco, y llegó un momento en que me negué a dejarme llevar por aquello. Yo no tenía que pedirle permiso a mi creación para controlarla. Rechacé aquella sensación por orgullo, sin darme cuenta de que el Nautilus necesitaba un compañero o un padre, no sentirse ajeno a nosotros, sino formar parte de la tripulación.
Por la noche, cuando no éramos más que cerebros desconectados, mi nave seguía manteniendo el rumbo, nos protegía y respetaba nuestro sueño. Nunca fue libre, teniendo el poder en sus manos jamás campó a sus anchas por el gran azul, no se rindió ante el cansancio o se entregó a su propio disfrute, y yo no he sabido responder a su llamada de socorro ni hacerme cargo de su soledad.
Desde ese momento solo me llegó su silencio; un silencio negro y resignado, sin retorno. Eché en falta su extraña compañía, pero tampoco me permití reconocerlo.

Ahora no entiendo mi absurda actitud. Le he amado siempre, desde que lo imaginé, cuando solo era un ambicioso proyecto, lo mejor que he hecho. Pero ya es tarde, le he fallado.
Mi nave muere de humana, se disuelve lentamente, sus paredes ya son tan finas como los propios papiros que esconde entre sus reliquias y que, en unos instantes, flotarán en la indigencia. Nosotros quedaremos suspendidos en la ingravidez, nos venderá a las aguas.

El mundo entero ha relatado la historia de nuestro fin de múltiples maneras, somos una leyenda. Están convencidos de que dejamos de sondear las profundidades hace mucho tiempo. Esa certeza ha sido nuestra mejor aliada, nos ha dado la tranquilidad de vivir libremente mientras nos llegaba el eco de lo que contaban de nosotros sin tener que huir de una constante búsqueda, pero ahora que el Nautilus agoniza realmente, solo habrá calma. Nunca conocerán la verdad. Nadie le llorará ni buscará en los abismos para profanar sus secretos, será del mar; como nosotros.

Dicen que el capitán nunca abandona su nave, y aquí me hallo, velando la agonía de mi hijo. Es mi nave la que me abandona. Capitán de la nada abrazo mi destino, que me mira cara a cara con ojos oscuros de insondable profundidad...

domingo, 13 de marzo de 2011

Estrenémonos pues...

Hoy llueve a rachas
en las que uno piensa que Dios se enfada.

Escribo una carta sin remitente
y le prendo fuego.
Pienso en la muerte y salivo,
miro la lumbre y huelo el humo.

Sé que estoy vivo porque paladeo
y porque sigue el tinnitus en los oídos.
Porque sigo pensando en el canibalismo
como opción para no echar de menos.

Pero sobre todo porque cada vez hay más humo
y se oye llover más lejos.

El regreso

¿Cómo saber donde estoy
sin viajar?
¿Cómo ser Ulises sin barco
ni mar?
Viajar, emoción por descubrir
al encuentro de otros,
algo nuevo está por llegar.
El paisaje de encinas
empapa mi alma,
la dehesa es mi Ítaca.
Respiro hondo
Telémacos y Pénelope
están conmigo.

sábado, 12 de marzo de 2011

La siega

La espiga se asoma,
baila con la brisa de mayo
que acuna la siembra.
Ahora el sol lo inunda todo,
azota al grano, cabalga al destino.
No sé si es el trigo
el que llama al hombre,
quizás su afán de no estar solo,
ahora ya no es uno, sino varios.
Una mano agarra los tallos, la otra
mueve la hoz, el corte limpio
sin sangre, sin dolor.
La luz camina por las horas,
el sol impone polvo y sudor,
la siega avanza, la escena se repite,
el hombre se arraiga.

III de "La estela del guerrero"


No me repugnan sus cuerpos degollados

ni el barro que cubre vestidos y fusiles

me seduce el silencio al final de la batalla

necesito abrazarlos

la cinta roja que manó de sus heridas

me encadena

deseo enjugar, todavía cálido,

el sudor en sus frentes derrotadas

lamerles quiero el miedo que traslucen

los espantados ojos

y acercarme despacio hasta sentir

el frío que es la guerra.

lunes, 7 de marzo de 2011

II de "La estela del guerrero"



Se perfila un paisaje desolado

sucia la calle, un día de tiendas,

y hoy sólo los carteles colgando

de un ángulo que baila con el viento.

Compadezco a las sombras que habitan

los rincones orinados

de una vieja ciudad bombardeada.

Me atrapan desconchados los balcones

cristales que crujen a mi paso

es una mano invisible y atroz la que me arrastra

por las casas deshechas en escombros.

Helado clama el silencio

se escapa detrás de cada esquina

corre de un portal a un vertedero

de una alcantarilla a una terraza

y asaltan gritos anónimos

gemidos de niños asustados

una niebla sutil que aún pervive

entre árboles caídos y farolas.

Me saca a empujones de mi cama

el horror de este desánimo.

Me saca a empujones el guerrero

destripado en medio del camino

los brazos en cruz y el casco sin cabeza

ahora la ciudad es sólo polvo

ahora sólo escucho mi nombre

y no puedo negarme a esa llamada.

Sarajevo

Ayer, entre viejos papeles inundados de anotaciones y algunos poemas olvidados, encontré este poema escrito en momentos difíciles de digerir, esos en que las guerras crueles (todas las guerras son crueles, pero algunas aún más...) te dejan el corazón descerrajado y el alma en alfileres...

Todo vino a consecuencia de una más de las atrocidades que se cometieron, la de un francotirador que abatía cuanto ser humano (de cualquier índole y consición) se cruzaba en su punto de mira.

Era Sarajevo 1995... y quiero compartirlo con vosotros en estos momentos en que otro país se desangra en una lucha de hermanos, atroz, inmisericorde... ¿hasta cuando?



Punto de mira


Tras la ruina de la calle
una danza de proyectiles

invadía las aceras de sangre

y los portales de odios huérfanos
del miedo heroico de los rendidos

Una madre asustada recorre
los pocos metros que separan
una puerta incendiada
de otra puerta cosida por las balas

En mitad del camino
la derriba el dolor
de la carne atravesada
la furtiva carga de un francotirador
apostado en la cobarde sombra
de las azoteas

Nunca llegó a refugio alguno
ni retiraron su cuerpo
del asfalto carmesí
de brillos y de olvido

Tras la ruina de la calle
Sarajevo parecía un acantilado
de rocas rendidas
a un mar que rompía contra
la piedra devastada
por el odio

En mitad de la ciudad
el hijo llora
con los puños cerrados
y la garganta herida
por el grito
piel que se erige y se hace
antorcha a punto de extinguirse
sin mirada ni luz
con un breve hálito de misericordia
prendida en el corazón...

...coraza infranqueable