Comenzamos,
como siempre, el Cajón de Sastre. En esta charla
informal se habló: de cómo iba la Antología; del cómo de la última tertulia,
el sábado 3 de junio. Se concretó un tiempo mayor al Cajón de Sastre
para revisar cuestiones de funcionamiento, reparto de responsabilidades.
Se recordó que la tertulia la hacemos entre todos. En esta tertulia se
abordará como ya estaba previsto, según el calendario, el trabajo de José
Manuel Vivas. Finalmente, se expusieron algunas experiencias de
presentaciones de libros. José Manuel comentó su experiencia de la Feria del
Libro de Plasencia, presentando su última obra publicada: Guaridas. Y por mi parte,
comenté la experiencia de presentación de mi libro, El nombre secreto del agua,
en la Fundación Caballero Bonald de Jerez de la Frontera. Subrayé el buen trato
que recibí por parte de su coordinadora Pepa Parra y de Juan Salguero,
exconcejal de ese Ayuntamiento. La presencia de la poeta Dolors Alberola hizo posible
un recitado con tonos femeninos.
Al cajón
de sastre le siguió la presentación de
nuestra invitada, Maribel Tena y
de su obra, Como suceden los árboles.
Coloco en un post aparte esta presentación. Después escuchamos a nuestra invitada. Esta comentó el hecho de la creación de su obra al mismo tiempo
que se le fueron haciendo preguntas. De entrada, dijo que en este poemario ha
ordenado sus obsesiones. Según ella, ha venido escribiendo de lo mismo que hasta
el momento. Reconoció que en este segundo poemario todo está más ordenado. Aquí
si hay un hilo conductor el suceder natural, como los árboles.
Este es un
poemario muy personal y esto se nota, más que en ningún otro, en el primer capítulo,
RAÍCES VERTICALES. En el segundo capítulo, EL PERÍMETRO DEL INCENDIO nuestra invitada
dice que convierte en objeto literario el nosotros. Fue importante escoger esta
imagen del incendio perimetrado, lo que afecta al entorno. La visión cambia en el
tercer capítulo, ASPIRACIÓN DE FRUTO, porque con él se muestra que no todo está
acabado, que hay posibilidad de regeneración después del incendio. En el libro
hay un movimiento de cámara -comentó nuestra autora- que va del “yo” al “nosotros”
para terminar en un “más allá” de lo que podría suponer la anécdota personal. El proceso de creación ha sido arduo e
importante.
Hablando
del estilo Maribel respondió “No pienso
mucho en el estilo, lo que sí hago-dijo- es leer en voz alta cuando creo que el poema está terminado.
En Como
suceden los arboles parece haber un estilo diferente pero eso se debe a
que la forma de trabaja ha evolucionado. Se ha pasado del impulso al orden. Y
esto ha hecho su efecto.
Maribel respondió
que de todas las partes la segunda le preocupó, especialmente por los primeros
versos. Tuve-expresó- una sensación de extrañamiento. Siempre me da
vértigo mirar desde los otros. Nunca consideré “lo otro”-diferente a mí- como
materia poética. Un día, por ejemplo-siguió- me descubrí mirando las noticias de una mujer india, no sabía el nombre
por eso-después de referenciarla-la llamé R. He aquí el poema:
R
Hoy
desayuno, como siempre,
un café
poco cargado
con las
noticias de fondo.
En Nueva
Delhi
un
fotógrafo ha elegido
como
modelos para su próxima campaña
a cinco
mujeres quemadas con ácido.
Una de
ellas es entrevistada
detrás
de su máquina de coser eléctrica.
Inclina
el rostro
-como
tantas veces lo haría antes-
para
concentrar su única pupila viva
sobre un
delicado pespunte.
Va
contando su historia
mientras
elige un retal estampado de explosivas flores
con el
que remendar el futuro.
El
párpado de su ojo izquierdo
está
plegado sobre sí mismo para siempre.
Me
pregunto por qué no puedo apartar la vista
del
hueco huérfano de luz,
del ojo
pandórico que encierra
toda la
barbarie de este mundo.
De su
nombre sólo recuerdo que empieza por R.
En la
tele, frente a mí,
un
cíclope de ternura
llora
únicamente por el ojo que fue.
De ese
pozo oscuro
mana el
agua de su rotunda belleza.
En mi
café,
un poco
más amargo,
destila
R su pena química.
Se le
dijo que en este libro, como en el anterior, hay un sello personal interesante.
Maribel es de estas poetas que fuera de líneas y de matrices prefiguradas nos
volverá a sorprender con su próximo libro.
Después de hablar de su
creación con diálogo incluido, Maribel Tena nos leyó algunos poemas. Así, entre
otros, de la primera parte leyó:
GEN
TAS2R38
Ya los
neandertales tenían en la lengua
un
pequeño territorio carnoso
que
permitía detectar lo amargo.
En forma
de invisibles partículas,
llegaba
hasta el fondo de su tosca boca
el aviso
de la vida y su veneno.
Parece
ser el motivo por el que algunos niños
-con su
limpia porción de instinto-
rechazan
el brócoli o un pomelo.
Soy
parte del misterio evolutivo
que
evitó el perfeccionamiento de ese gen.
Ahora
nos sabe dulce el beso nocivo;
la
palabra brillante que, como una baya,
hace
estallar en el paladar su toxina.
Se
adentra el pez de la desgracia en nuestra mandíbula
y allí
desova irremediablemente.
Bendito
el tiempo remoto
en que
era la lengua profeta del peligro.
De la segunda parte leyó R, poema arriba expuesto. Y de
la tercera parte, ORNITOLOGÍA PARA VIVIR
No
pronuncies sus nombres.
No digas
si eran tucanes acaso
abriendo
la cicatriz de oro de la mañana
en la
bahía de Kantiang;
si era o
no un gorrión
el
minúsculo animal herido
que cogí
del suelo en la avenida Canalejas
y murió
latiendo entre mis manos;
quizá
eran palomas torcaces
lo que
me despertaba en Lisboa,
tampoco
quiero saberlo.
Prefiero
desconocer cómo se llaman
los
pájaros que ahora mismo
-mientras
escribo este poema-
rompen
el cielo de la primavera que anuncian.
Tantas
veces
lo que
está en el aire,
lo que
ha empezado a amarse sin remedio,
deja de
pertenecernos si se nombra.
Agradecemos a Maribel tena
su presencia entre nosotros. Como siempre, nos hizo crecer ante la palabra
escrita. Un honor y un placer contar con ella en cada uno de sus partos
creativos.